[Micro Relato] Dildo Streamer.

Dildo Streamer.




Samira estaba convencida de que ninguno de los otros streamers podía ganarle en una pelea de Street Fighter V. Ella los invitaba a participar de su propio canal, que se había vuelto sumamente popular en los últimos meses, y los humillaba.
Las derrotas de sus invitados eran contundentes; sin importar con qué personaje jugara Samira. Ella sabía que tenía un gran talento para este juego y se pasaba largas horas practicando.
Su confianza la llevó a iniciar apuestas con los otros streamers, y ésto empezó a darle buenas sumas de dinero. Incluso había llegado a derrotar a algunos que decían ser jugadores profesionales de Street Fighter V. 
Tal vez fue el exceso de confianza lo que la llevó a apostar contra Jin Xin Liu. Un coreano que había ganado varios torneos profesionales de Street Fighter. Samira perdió en su primera pelea contra él, pero la diferencia fue muy poca. 
Ésto le dolió, pero aún confiaba en sus capacidades. Dobló la apuesta… volvió a perder. 
Jin Xin Liu le ganó más de veinte veces seguidas y ella, ni por asomo, podía cubrir el dinero que había apostado. 
El coreano sentía admiración por Samira, por su talento y por su belleza. 
En algunas ocasiones Samira se mostró en las transmisiones usando grandes escotes o minifaldas muy cortas; esto la ayudó a ganar muchos seguidores. Además subió algunas fotos algo picantes a Instagram; sin llegar a mostrar demasiado. 
Ella no quería conseguir seguidores solo por su atractivo físico; pero no le molestaba que algunos pocos se fijaran en ella por sus hermosas piernas y su torneado culo. 
Jin Xin Liu hizo un trato con Samira. 
Ella tuvo que mandarle fotos sumamente eróticas, exponiendo su concha y sus tetas. Pero allí no terminó el asunto. Debía mucho dinero y lo que más morbo le daba al coreano era que Samira se expusiera ante sus seguidores. Ella no tuvo más remedio que aceptar las condiciones. 
En un nuevo canal de streaming, uno que permitía contenido sexual explícito, Samira apareció, usando unas largas medias de encaje blancas, sin ropa interior. Sus seguidores sabían que ella se presentaría en ese canal, porque se vio obligada a anunciarlo. 
Aunque nadie imaginó que de entrada la verían exponer su lampiña concha. Los comentarios de los pajeros no tardaron en llegar. Ésta era la humillación más grande de su vida. Todos esos tipos y algunas mujeres, se masturbaban mientras la veían desnuda; y era apenas el principio.
Otra de las fascinaciones de Jin Xin Liu era el sexo anal. En varias de las fotos que le pidió a Samira, la obligó a meterse dildos de distintos tamaños, por el culo. Ella era virgen, al menos de la cola, y le costó mucho generar la primeras penetraciones anales.
Sin embargo dildo tras dildo, foto tras foto, tuvo que reconocer que la cosa no estaba tan mal. Una vez incluso llegó a masturbarse durante un largo rato, metiéndose un dildo por el culo. Pero éste era uno de tamaño normal.
Ahora Samira debía ir más lejos… mucho más lejos. Tenía que hacerlo en vivo y en directo, para todos sus seguidores. Se puso de rodillas en su cama y apuntó su gran culo a la cámara. Luego hizo aparición el gran dildo que la acompañaría. 
Era una verga monstruosa de color rojo, con una textura que, seguramente, haría estremecer a cualquiera que se tuviera que meter eso por el culo… y Samira debía hacerlo. Esto cerraría las negociaciones con Jin Xin Liu, ya no le debería nada.
Para eso debía renunciar a su integridad, delante de sus seguidores, y mostrarse como a una puta que le encantaba meterse grandes dildos por el orto.
Con el estómago hecho un ovillo, se dispuso a seguir adelante. No le quedaba más alternativa, por más humillante que fuera. 
Se había mantenido sexualmente discreta por mucho tiempo, para que sus seguidores no la tacharan de puta; pero ahora, por culpa de su ambición como apostadora, debía exponerse ante todo el que quisiera verla. 
Quizás entre el público habría familiares, amigos o conocidos, que ya estaban admirando su concha. Incluso era posible que más de uno ya se estuviera masturbando e imaginando irreales escenas sexuales junto a ella.
Samira se lubricó el culo, lo mostró a la cámara, junto con su concha, y colocó el monstruoso dildo entre sus piernas. Puso la punta contra la entrada del culo y comenzó a bajar lentamente. No quería extender más el momento, pero la dilatación anal le impedía hacerlo rápido. 
Segundos antes de transmitir en vivo estuvo metiéndose por el culo el más grande de sus dildos, y lo hizo hasta que consiguió que éste entrara y saliera sin esfuerzo. Pero ahora se enfrentaba a algo considerablemente más grande.
El precalentamiento le dejó una excitación enorme, por eso no se inhibió tanto al mostrar toda su concha en vivo, hasta podría decir que le gustó que todos pudieran ver lo mojada que la tenía… y lo dilatado que estaba su culo. Pensó: “¿Ésta es la Samira que ustedes querían ver? 
¿La Samira que hace streaming mostrándose desnuda? ¿La Samira puta? Bueno… yo les voy a mostrar a la Samira puta”.
El dildo comenzó a penetrar su culo y sus nalgas bajaron, hasta tocar sus talones. Ella soltó un gemido de placer. 
No sería capaz de describir lo que sintió cuando cada uno de los pliegues y rugosidades del consolador rozaron el interior de su culo. Fue lo más maravilloso que experimentó en su vida.
―Me metieron varias pijas en el orto ―dijo en voz alta, para que toda su audiencia pudiera escucharla―; pero ninguna como esta tremenda poronga. Me encanta.
Subió y bajó lentamente, para que todos pudieran contemplar cómo ese dildo le violaba el culo y ella lo recibía con placer.
El show se extendió durante varios minutos, de monótonos movimientos y penetraciones anales. Ella alcanzó un potente orgasmo. Mostró lo dilatado que le había quedado el culo, sonrió a su audiencia y se despidió.
Después de la transmisión Samira tuvo tiempo para reflexionar sobre lo ocurrido, y para corroborar que todos parecían estar hablando de ella y su magistral show con el dildo en el culo. El video se volvió viral y su fama comenzó a incrementarse a cifras que ella nunca imaginó. 
Cuando hizo su siguiente stream jugando Street Fighter V, rompió todos sus récords personales de índice de audiencia. Sabía que muchos estaban ahí para mirarle las tetas y para fantasear con su culo. Pero no le molestó en lo más mínimo.
Apenas una semana después de haberse metido el dildo en el culo, decidió repetir la proeza… y supo que esta clase de streaming sexuales habían llegado para quedarse. Le fascinaba que su público se excitara tanto al verla en posiciones sexualmente explícitas.


-FIN-

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