Un Fin de Semana con mis Hermanas [05].

 


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Un Fin de Semana con mis Hermanas.


Capítulo 05.

Los Secretos de Mamá.


Sábado por la noche. Para mí los sábados a la noche son sinónimo de pasarla bien. Salgo con mis amigos, o invito a mi novia a “mirar películas” a casa… y sí, obvio, cogemos hasta que ya no podemos más. Es muy raro que llegue la noche de un sábado y yo no sepa qué hacer para divertirme… y hoy, que se dio la casualidad de que mis padres no están en casa, no sé qué hacer.

Después de la discusión con Florencia, no tengo ganas de juntarme con mis amigos… de hecho, no tengo ganas de salir de casa, quiero quedarme acá, toda mi atención está puesta en lo que puede ocurrir en esta casa durante los próximos días. Sin embargo hace como tres horas que estoy encerrado en mi cuarto y ni siquiera me animo a hablar con Lucía, porque no sé a qué nos podría llevar esa charla. Si Florencia nos llega a descubrir en una situación sospechosa, se acabó… le cuenta todo a nuestros padres y… no sé qué podría pasar. Lo digo muy en serio, no tengo idea de cómo podrían reaccionar mis padres si llegaran a enterarse de los jueguitos sexuales que tuve con mis hermanas. 

Probablemente mi papá dejaría de hablarme por el resto de mi vida, que no sería muy larga, porque mi mamá me mataría, eso sí lo puedo asegurar. Sé que ella es una persona de mente abierta, hasta cierto punto; pero no creo que sea capaz de tolerar que yo ande “jugando” de esa manera con mis hermanas. 

Estaba pensando en recurrir a las revistas porno que guardo bajo la cama, solo para hacer algo, cuando alguien golpeó la puerta de mi cuarto.

一¿Quién es? 一Pregunté.

一Florencia.

一¡No estoy haciendo nada!

一Ya sé… no seas tan perseguido.

一¿Entonces qué querés?

一Necesito mostrarte algo.

一¿A mi?

一A vos y a Lucy. Ahora la llamo a ella…

一¿Esta es otra de tus amenazas? 一Pregunté, desconfiando de ella… y motivos para hacerlo me sobran.

一No, nada que ver. Es… es otra cosa. No sé si les va a gustar… pero creo que tienen que verlo. 

Comencé a asustarme. ¿Y si ella había encontrado huellas en la casa que no eran nuestras? No sé por qué pensé en eso… quizás por haber visto tantas veces “Mi pobre Angelito” e imaginar que entrarían ladrones a casa apenas mis padres se fueran. 

Abrí la puerta y Flor ya no estaba ahí. La encontré frente al cuarto de Lucy, justo en el momento en que mi hermana menor abría la puerta. Flor se había puesto un shorcito muy pero muy corto, que dejaba la mitad de sus nalgas a la vista. En cambio Lucy solo tenía puesta una tanga y una remerita. No se molestó en cubrirse. 

一¿Qué pasa? 一Le preguntó a su hermana mayor.

一Tienen que ver algo que encontré en la pieza de papá y mamá.

一¿Estuviste revisando? 一Dijo Lucy, con tono burlón一. Después te quejás de nosotros… 

一¡No estuve revisando nada! Pasé por la pieza y vi que la tarada que sacó la caja de abajo de la cama, no volvió a guardarla. Estaba ahí, abierta, a la vista de todo el mundo. Entré para guardarla, cuando me encontré con esto:

Nos mostró un pequeño objeto de plástico, color azul. Al principio pensé que era un llavero, o quizás el repuesto de la llave del auto. Pero no… era un pen-drive. 

一¿Y qué hay con eso? 一Quiso saber Lucy一. Es un pen-drive. No sabemos lo que puede tener… a menos que alguien se haya tomado la molestia de revisarlo, sin pedirle permiso a mamá. 

Florencia se puso roja de rabia y yo sonreí, ahora sí que mi hermanita la tenía acorralada.

一¿Lo estuviste mirando? 一Le pregunté a Flor. 

一Sí. 

一¿Y por qué hiciste eso? 一Preguntó Lucy一. ¿Ves? Vos sos la peor. Nosotros solamente buscamos la clave de internet; pero vos te metiste en la vida personal de mamá… o la de papá. No sé de quién es eso.

一Es de mamá. 

一¿Estás segura? 一Pregunté.

一Sí, estoy muy segura. 

一¿Y por qué me dijiste que tal vez no me iba a gustar lo que tenías para mostrarme? ¿Acaso mamá asesina personas y guarda fotos de los cadáveres en el pen-drive?

一¡No, tarado!

一Ah, basta de tantas vueltas 一dijo Lucy一. Dame eso. 

Arrebató el pen-drive de las manos de Florencia y fue hasta el living, donde estaba la computadora conectada al televisor. Se quedó allí de pie durante unos segundos y luego volvió a su pieza.

一¿Qué estás haciendo? 一Le preguntó Flor.

一El puerto USB de esa compu está roto… lo rompió papá el día que quiso conectar la filmadora. Vamos a usar mi compu. 

一Sabía que había sido él 一dijo Flor一. Pero siempre lo negó… y le echó la culpa a mamá.

Sacó su laptop, volvió al living y se sentó en una mesa que está de forma perpendicular al televisor, por lo que ella se quedó mirando la pantalla de lado. Mientras tanto Florencia y yo nos acomodamos en el sofá. Lucy usó un largo cable USB para conectar su laptop directamente al televisor. Cuando prendió la computadora pensé que veríamos lo mismo que ella, pero no fue así. Apareció una pantalla con fondo azul, y nada más.

一¿Qué estamos viendo? 一Pregunté.

一Estoy usando el televisor como segunda pantalla. Porque no quiero que vean mi compu.

一¿Tenés fotos porno tuyas? 一Le pregunté con tono de burla.

一Algunas 一respondió con seriedad一. Y no quiero que las vean. 

Su respuesta me dejó muy impactado. ¿Qué clase de material tendría? No quería que lo viéramos… incluso después de los momentos morbosos que compartimos juntos. Aunque tal vez lo dijo para que Florencia vea que ella no tenía intenciones de provocar otro jueguito sexual. 

一Bueno, vamos a ver qué hay acá… para que Flor se haya escandalizado tanto. 一Lucy pasó unos segundos mirando su pantalla, sin compartir nada en la que podía ver yo. La incertidumbre comenzó a crecer, y más cuando vi cómo ella abría tanto los ojos一. A la mierda 一dijo, boquiabierta. 

一Dale, pendeja… mostrá 一le dije, impaciente一. No tiene gracia si solamente vos mirás.  

En ese momento apareció en la pantalla del televisor una imagen que nunca podré borrar de mi memoria: mi madre, arrodillada en el piso, con una gruesa pija en la boca y otra más en la mano. La foto había sido tomada desde arriba, desde el punto de vista de los tipos. 

一Les dije que no les iba a gustar 一las palabras de Flor flotaron en el aire, todo lo demás era silencio. 

Lucía cambió de foto, era muy parecida a la primera, solo que esta vez mi mamá tenía en la boca la otra pija. 

No es la primera vez que veo a mi madre en un contexto sexual, y sé que hizo cosas que mi padre no sabe; pero jamás me imaginé que llegaría al punto de chupar dos pijas a la vez. O sea, en mi loca imaginación mi mamá tiene un amante. No puedo asegurar eso, pero lo sospecho desde hace tiempo. Pero de ahí a pensar que se la cogieron entre dos… no… uno simplemente no piensa esas cosas de su madre.

一¿Será que uno de esos es papá? 一Preguntó Lucy.

一No, ninguno de los dos es papá.

一¿Cómo podés estar tan seguro, Benja? 一Quiso saber Flor.

一Porque yo fui mil veces al club con papá y lo vi en las duchas… les puedo asegurar que ninguno de esos tipos es papá.

一Pero, ¿cómo podrías diferenciar a un hombre por su pene? 

一¡Ay, Flor! ¿No es obvio? 一Dijo Lucy一. Lo que Benja intenta explicarte es que papá no tiene la verga así de grande.

Florencia se quedó en silencio, parecía frágil y asustadiza, algo poco común en ella.

一¿Entonces quiénes son? 一Preguntó después de un rato一. ¿Papá sabrá de esto?

一Dudo mucho que lo sepa 一dije一. A mí siempre me dio la impresión de que mamá tenía secretos. Que tenía algún “amigo” con el que se encontraba de vez en cuando… pero nunca me imaginé que llegaría a este punto. No parece ella. 

一No, para nada 一dijo Flor一. Siempre creí que mamá encontraría humillante una situación como esta. Solamente vi esas dos fotos y no quise ver más. Los llamé a ustedes… porque me da miedo encontrarme con más cosas…

一Y hay más 一aseguró Lucy一. ¿Les muestro?

一Sí, mostrá 一le pedí.

En pantalla apareció una nueva imágen, esta mostraba a mi mamá en cuatro patas, sobre la cama. Estaba completamente desnuda y en primer plano se podía ver cómo le metían una verga por la concha… mientras ella chupaba la otra. 

一No lo puedo creer 一dijo Flor一. No puedo creer que mamá sea tan puta. 

一Así es 一dije一. Sexualmente activa, sí… siempre lo sospeché. Pero… ¿así? ¿con dos tipos…? 

No sabía cómo organizar eso en mi mente. Sé algunos de los secretos de mi madre, algunos de sus “tropiezos”, como los llama ella; pero nunca me contó de esto. 

一Tiene que ser un error 一dijo Florencia.

一¿Un error? 一Preguntó Lucy, con incredulidad一. Nena, lo estás viendo con tus propios ojos… es una foto de mamá con dos tipos.

一Pero… quizás es vieja, de antes de haberse casado con papá.

一No, para nada 一aseguré一. Mamá se mantiene joven, sí, podría pasar por una mina de treinta y pico… pero pretender que esa foto sea tan vieja es absurdo.

一Bueno, quizás fue… un pequeño tropezón. Algo que hizo una noche de locura, estando borracha… 一Florencia parecía dispuesta a justificar los actos de nuestra madre.

一No lo creo 一dijo Lucy一. Es más, estoy segura de que vamos a encontrar cosas mucho peores que a mamá chupando dos pijas.

一Me cuesta creer que mamá haga cosas peores que esta. Para mí ya vimos lo peor. 

一Estás siendo muy ingenua, Flor 一le reprochó nuestra hermana menor一. Si estas son las primeras fotos, las que vienen deben ser mucho peores. ¿Vos qué pensás, Benja?

一No sé qué pensar. Las dos pueden tener razón. Es difícil imaginar a mamá en ese tipo de situaciones.

一A mí de por sí me cuesta imaginarla excitada 一dijo Florencia一. Es decir, uno siempre cree que las madres no se calientan…

一Yo la veo muy caliente 一dijo Lucy, señalando la pantalla一. Y sé que habrá cosas mucho peores.

一A mí me parece que no 一insistió Flor.

一¿Querés apostar? 一Preguntó Lucy, desafiante. 

一¿Y qué vas a hacer si yo tengo razón? No me digas que vas a apostar plata, porque sé que no tenés ni un centavo. 

一No, pero podemos hacer una apuesta más… interesante. ¿O tenés miedo? 一Lucy parecía estar divirtiéndose mucho. 

一¿Qué tipo de apuesta? 一Quiso saber Flor.

一Emm… veamos. Hay muchas fotos, si la que sigue es peor que esta, yo gano. Si es más… tranqui, la que gana sos vos. Y así con cada foto. Benja puede ser el juez, él determina si considera que lo que viene es más porno o no. Y la que pierde se deja meter los dedos por la otra.

一¿Y qué te hace pensar que yo te quiero meter los dedos? A mí esas cosas no me gustan.

一No, pero es humillante tener que entregar la concha si sabés que perdiste una apuesta. 

一Mm… bueno, sí… eso es cierto 一Flor se acarició el mentón一. Está bien, acepto… porque sé que la primera que va a terminar con los dedos adentro sos vos. 

一Ya veremos. Benja, vos sos el juez.

一Por mí perfecto 一Este nuevo juego ya me estaba gustando一. Y les aviso que voy a ser completamente neutral, a mí me da igual cuál de las dos va a terminar llena de dedos.   

一Pero antes de empezar 一dijo Flor一, quiero aclarar que esto lo hago por joder, porque no quiero que estemos peleados. Sin embargo no quiero escuchar que alguno diga: “Ay, cómo te gustan estas cosas”, porque no es así.

一Está bien, está bien 一dijo Lucy一. Prometo no hacer ningún comentario al respecto, a mí tampoco me gusta que nos peleemos… y menos en el único fin de semana en el que papá y mamá no están. ¿Se imaginan si terminamos odiándonos después de pasar unos días juntos? Seríamos un fracaso como hermanos. Papá y mamá estarían en todo su derecho al decirnos: “Nunca más los dejamos solos”.  

Nos quedamos en silencio durante unos segundos, las palabras de Lucy eran muy ciertas, y estoy seguro que ninguno de los tres quería llegar a esa situación. 

一Perfecto, ya quedó claro que esto es un juego y nada más 一dije一. Nadie va a estar acusando a la otra de ser una degenerada… acá la única degenerada es mamá… y eso es algo que cada uno procesará a su manera. 

一Me da miedo no saber con qué nos podemos encontrar 一dijo Flor一. Pero confío que esta no es la madre que yo conozco 一señaló la imagen en pantalla一. Esto tiene que ser un pequeño desliz… quizás estaba borracha o algo así. Por eso apuesto que la próxima foto no va a ser tan porno como esta. 

一Hay muchas fotos 一aseguró Lucy一, si vamos de a una foto no terminamos más. Mejor hagamos la apuesta por packs de cuatro fotos. Si las cuatro fotos que vienen son menos porno…

一No, pará… vos decís eso porque viste algo 一dijo Flor一. Qué tramposa.

一No vi nada, en serio. Es que, de verdad, hay muchos archivos… y yo quiero ver todo lo posible…

一Lucy tiene razón 一intervine一. Si solamente miramos una foto por apuesta, nos va a carcomer el ansia por saber qué más hay. Cuatro fotos puede ser una buena idea. Empecemos de una vez. 

一Ufa, está bien 一Flor protestó, pero ella sabía que ésto era lo más justo, si es que pretendíamos avanzar un poco.

Lucía pasó a la siguiente foto, luego la siguiente y así, hasta que vimos cuatro. En todas pudimos ver a mi madre sacándose una selfie frente al espejo con una tanga bien chiquita. Su espalda bronceada acaparaba la mayor parte de la imagen y se podía ver que no llevaba corpiño, incluso en una de las fotos se veía una de sus tetas de lado, con el pezón incluído. 

一A esta le gusta hacerse la pendeja 一dije.

一Pensé lo mismo 一dijo Lucy一. Yo tengo muchas fotos así… pero se me hace raro ver que mamá también las tenga. 

一Pero definitivamente ganó Florencia 一aseguré一. Estas fotos, ni a palos, son más porno que las anteriores. Así que Lucy… a entregar la concha.

Flor sonrió y le hizo señas a su hermana menor para que se acercara, cuando la tuvo delante le dijo:

一Pensé que estabas haciendo trampa, pero era cierto que no habías visto nada. Sos orgullosa y no te gusta perder… como a mí. 

一Perdí de buena fe, me ofende que pienses que soy tramposa. 

Se bajó la ropa interior y puso el culo a disposición de su hermana. La sonrisa de Flor se agrandó. Acarició esos labios vaginales y luego metió dos dedos, yo pude ver todo desde muy cerca. Realmente me calienta mucho ver a dos mujeres tocándose, especialmente si son mis hermanas. 

Esos dedos terminaron llenos de jugos vaginales, y a Lucía pareció no molestarle demasiado, incluso giró su cabeza hacia mí y me sonrió, como diciendo: “Ya nos llevamos bien otra vez”. 

Con esto se rompió el hielo, el juego ya había comenzado y teniendo en cuenta el carácter competitivo de estas dos, sé que se va a poner muy interesante. 

Lucy volvió a la compu y nos permitió ver las cuatro fotos siguientes, que eran muy parecidas a las anteriores, pero con sutiles diferencias. En una imagen pudimos ver a mi mamá de frente, con sus tetas completamente al aire, y en las otras volvía a estar de espalda, pero ahora su tanga estaba metida entre sus labios vaginales. Esas conchas que comen trapo me vuelven loco, y aunque se trate de la concha de mi mamá, no puedo negar que me calentó. La verga se me empezó a poner dura. 

一Gané de vuelta 一dijo Flor一. Esto también es poco pornográfico.

一No, esperá 一protestó Lucy一. Es menos porno que las dos fotos que vimos al principio; pero más porno que las cuatro anteriores a ésta. Y la idea es esa, si es más porno que lo anterior, gano yo.

一Tiene razón 一intervine, con mi papel de juez一. Acá se le ven las tetas y la concha… bueno, ya pueden verlo 一señalé la pantalla一, tiene la tanga recontra encajada. 

一Pero… en la anteriores también tenía la tanga medio metida 一dijo Flor.

一Sí, pero no tanto como esto 一acotó Lucy.

一Es cierto. Miralo de esta forma, Flor 一expliqué一. Si mamá subiera alguna de estas fotos a Instagram, por las anteriores no le bloquearían la cuenta, solo en una se le ve apenitas un pezón, lo podría tapar con un sticker. Pero si sube cualquiera de estas fotos, le bloquean la cuenta, por subir contenido explícito. Mirá… se ven más los labios de la concha que la tanga. 

一Ufa… está bien.

一A pagar la apuesta, hermanita 一se burló Lucy 一. Al parecer nuestra querida Lali es más puta de lo que creías. 

Florencia se desnudó de la cintura para abajo y luego se puso en cuatro a mi lado. Lucy no tuvo piedad, fue directo a meterle los dedos en la concha. Flor soltó un “Auch” en voz baja, pero no hubo más quejas, recibió su castigo con orgullo, manteniendo la frente en alto mientras su hermana menor movía los dedos como si la estuviera masturbando.

El juego comenzó a ganar ritmo. Ya sabíamos las bases, y las fotos de mi madre eran de lo más variadas. En la siguiente ronda volvió a ganar Lucy, porque Lali apareció en las fotos sin la tanga, con las piernas abiertas frente al espejo. Ver a mi mamá con la concha abierta me puso la pija como un garrote.

Flor recibió los dedos una vez más, y pude notar que ya tenía la concha bien húmeda. Espero que lo esté disfrutando tanto como yo creo. 

Una ronda más y la ganadora fue Florencia, porque si bien había una foto más en concha, las otras tres eran bastante tranquilas, solo era mi mamá en bikini, junto a la pileta de casa. Estaba sexy, sí… pero no pornográfica. Tuve que intervenir diciendo que si tres de las fotos eran tan “soft”, entonces la ganadora era Flor.

Así fue que Lucy volvió a recibir los dedos de su hermana en la concha, y esta vez la tarea se extendió un poquito más de lo esperado, cosa que agradecí, porque ver los dedos entrar y salir de esos gajos, es hermoso. Sin embargo yo ya estaba caliente, en parte por las fotos de mi madre y por cómo se castigaban mis hermanas la una a la otra. Necesitaba más.

 一Che, muy lindo el castigo de los deditos  一dije 一. Pero me parece un poquito soso. A ustedes ni les molesta que les metan los dedos. Así no tiene gracia. 

 一Puede ser… ¿Se te ocurre un castigo mejor?  一Preguntó Lucy.

 一Sí, pero no sé si van a estar de acuerdo… en especial Flor. 

 一Que se joda Flor. Vos sos el juez, tenés el poder de cambiar lo que sea en el juego… y si es para volverlo más interesante, entonces mejor.

Miré a Florencia, las palabras de Lucy parecían no gustarle demasiado, por lo que agregué:

 一Mirá, Flor, si querés podemos dar por terminado el juego ahora… queda en un empate. Pero si vas a seguir, entonces que sea bajo mis condiciones. Lucy tiene razón, soy el juez, y acá se hace lo que yo digo. 

Ella evaluó la situación durante unos segundos, luego dijo:

一Está bien, acepto a seguir. Sé que vas a sugerir cosas que no me gustan; pero lo mismo va a ir para Lucy. Si ella pierde, tiene que hacer lo mismo.

一Sí, eso sí… las reglas son duras, pero justas 一aseguré一. Van a ser iguales para las dos.

一Bien, si es así, sigo. ¿Cuál va a ser el nuevo castigo para la que pierda?

一Em… 一pensé un segundo, la respuesta llegó a mi mente como cuando se enciende una lámpara一. Una lamida de concha. 

一Ay, pero si gano no quiero estar lamiéndole la concha a esta 一dijo Flor.

一No me estás entendiendo. La que va lamer concha es la que pierda. 

一Ah… em… bueno, eso sí que sería un castigo.

一Y uno bastante humillante 一dijo Lucy一. A mí me encanta. Quiero que esta puta venga arrastrándose para lamerme la concha.

一Te recuerdo, hermanita, que si la que pierde sos vos… me la vas a tener que comer toda. 

Lo sabía. Ellas podrían tener sus límites en cuanto al sexo, en especial Flor; pero eso quedaba opacado ante el orgullo de alsarse victoriosa. 

一Bien, veamos las fotos que siguen 一dijo Lucy一. Y te digo, hermanita, que sos un poco boluda. ¿De verdad creés que las fotos que siguen van a ser menos porno que estas? 

一Podría haber más fotos de mamá en bikini 一respondió一. Y si las cuatro son así, gano yo.

一Veremos…

Lucy pasó las siguientes fotos, poniendo algo de suspenso. Efectivamente, dos de las fotos mostraban a mi mamá en bikini, muy sonriente. En una de las imágenes se veía su culo claramente; pero en el pack anterior había una foto que mostraba toda la concha. Hasta ahora iba ganando Flor, y ella ya estaba saboreando la victoria, cuando llegaron las últimas dos imágenes de la tanda. 

Lali… nuestra querida madre… volvió a demostrarnos que tenía secretos muy bien guardados. Bueno, casi… si estuvieran tan bien guardados no habríamos sido capaces de encontrarlos. 

Estas dos fotos parecían ser la continuación de las dos primeras. Ahora mi mamá tenía una de las pijas en la boca, y la otra bien metida en la concha. 

一¡Perdiste, nena, perdiste! 一Exclamó Lucy一. No hay chances de que esto sea menos porno que lo anterior. Me la tenés que chupar.

Flor se puso muy tensa. Miró la pantalla con rabia, casi como si estuviera culpando a nuestra madre por lo que tenía que hacer.

一Yo no lo puedo creer, qué desilusionada estoy 一dijo一. Pero me comprometí con el juego…

Lucy se acercó al sillón dando saltitos, sus pequeñas tetas rebotaron con gracia. Se sentó en el lugar en el que había estado su hermana y abrió las piernas… apoyando una de ellas sobre mi muslo. 

Flor se mordió el labio inferior, no parecía nada contenta con el castigo impuesto y yo comencé a dudar de ella.

一Dale, nena 一le dije一. Tenés que hacerlo, sino vas a quedar marcada como una rata cobarde toda tu vida. 

Me fulminó con la mirada, pero no dijo nada, sabía que yo tenía razón. 

Lucy comenzó a masturbarse como si nosotros no estuviéramos ahí. 

一¿Qué hacés, nena? 一Preguntó Flor.

一Estoy preparando la concha para vos, quiero que esté bien mojadita cuando le pases la lengua. 

Sé que esto molestó a Flor, ella odia que Lucy se burle cuando le gana en algo, lo que sea; sin embargo Flor no protestó. De haberlo hecho solo hubiera conseguido empeorar la situación, las burlas de Lucy se harían más evidentes. 

Resignada, se puso de rodillas frente al sillón. Por un segundo sus ojos se posaron en mi bulto, que ya estaba bien marcado. No dijo nada al respecto y giró su cabeza hacia la concha de Lucy. Se quedó allí durante unos segundos, sin hacer nada.

一Dale, Flor 一dije一. Si no empezás de una vez, te doy el desafío por perdido.

一No, pará… 一me di cuenta de que lo último que quería era quedar como una rata cobarde一. Es solo… que esto no es fácil.

一Va a ser mucho más fácil si dejás de pensar 一sugirió Lucy一. Dejá de darle tantas vueltas, y mandate de una vez. Así me animé yo la primera vez que chupé una concha. Lo importante es no pensar de más. 

一Puede ser…

Flor volvió a fijar su mirada en la concha, ahora se la veía mucho más resuelta y comprometida. 

Se mandó de una hacia adelante y su lengua hizo contacto con los húmedos labios vaginales de Lucy. Creí que se apartaría de inmediato, como si hubiera lamido una superficie demasiado caliente; pero no fue así. El segundo lenguetazo fue incluso más firme que el primero. Y luego hubo un tercero. Lucy me miró con los ojos muy abiertos, como si dijera: “No puedo creer que se haya animado”. 

一Bueno, ya está 一dijo Flor, luego del cuarto lengüetazo一. Tampoco voy a estar todo el día con esto.

一No, fue muy poco 一se quejó Lucy.

一A mí me parece que fue más que suficiente 一se defendió Flor一. Hay que situar el límite en alguna parte. Tampoco te voy a hacer sexo oral… son solo unas lamidas.

一Benja, decile algo…

一Flor tiene razón, Lucy. Tiene que haber un límite…

一¡Toma! 一Exclamó Flor, con aire triunfante.

一Pero Lucy también tiene razón en otra cosa 一agregué一. Cuatro lamidas es poco. Tendrían que ser por lo menos el doble.

一¡Ajá! 一Esta vez el grito fue de Lucy一. Ya escuchaste, nena… a seguir chupando 一se abrió la concha con dos dedos. 

La rabia en la cara de Florencia se hizo evidente, pero ella sabía que no estaba en posición de quejarse, al fin y al cabo le di la razón en algo. Solo intenté ser justo… y un poquito pervertido.

Resignada, volvió a lanzarse contra la concha de Lucy y pasó cuatro veces la lengua, como quien lame un helado sin ganas. Aún así me pareció muy erótico, porque luego de cada lengüetazo cerró la boca, como si estuviera degustando los jugos vaginales de su hermana. 

一Che, ¿no les parece que estamos encarando esto muy mal? 一Preguntó Flor.

一¿Por qué lo decís? 一Dijo Lucy, mientras se frotaba el clítoris.

一Y… porque convertimos en un juego lo de mamá. O sea, nos acabamos de enterar que ella le pone los cuernos a papá… y que estuvo con dos tipos… y lo primero que hacemos es apostar…

一¿Y qué querés que hagamos? 一Dijo Lucy, encogiéndose de hombros一. ¿Que nos quedemos llorando por los rincones, lamentando que nuestra madre sea una puta? 

一No, claro que no… pero esto… me parece demasiado. Una da un poquito de remordimiento.

一No vas a pensar lo mismo cuando sea yo la que tenga que chuparte la concha. 

一Solo porque me gustaría verte humillada 一Flor volvió a mostrar su sonrisa.

一Lucy tiene razón 一dije一. Después cada uno pensará cómo va a asimilar todo este asunto de mamá; pero ahora lo más importante es saber qué tan lejos llegó… y quién de las dos perderá más veces. Si querés podemos terminar ahora, Flor… pero la que va ganando es Lucy.

一Ni loca le regalo la victoria a esta tarada. 一Se puso de pie一. Dale, vamos a ver qué hay en las otras fotos, que no creo que sean más porno que éstas. 

Pero lo fueron. Quizás no en contenido, pero sí en cantidad. Esta vez pudimos ver cuatro fotos consecutivas de mi mamá cogiendo y chupando pija a la vez. Una de esas fotos me resultó muy excitante, era una en la que Lali aparecía acostada boca arriba, con las piernas abiertas. Recibía una pija en la concha y se estaba comiendo la otra. Me invadieron unas ganas tremendas de masturbarme… y a Lucy también, de hecho ella lo hizo. Una vez más aseguró estar preparando la concha para la lengua de Flor.

Esta vez Florencia no discutió, la derrota era obvia. Se arrodilló ante Lucy e hizo algo que me sorprendió. En lugar de pasar la lengua sin ganas, como la vez anterior, abrió la boca y la pegó a la concha de Lucy, como si quisiera engullirla entera. Lucy soltó un gemido cuando la lengua empezó a moverse… yo no podía ver nada de la lengua, pero sí podía ver a Flor succionando con su boca. Luego de unos segundos, se apartó.

一¿Fueron al menos ocho lamidas? 一Pregunté, con la pija muy dura.

一No sé… ni las conté 一dijo Lucy一. Pero le doy la prueba por superada… uf, nena…. qué comida de concha te mandaste. Si no fueras mi hermana, te pediría que sigas. 

一Si querés que siga, vas a tener que ganar. Y después de estas fotos, lo dudo mucho. 

Las siguientes imágenes dieron un poquito de debate, porque pudimos ver a Lali completamente desnuda con una verga en la concha, pero su cabeza apenas si se veía, por lo que no pudimos determinar si estaba chupando una verga o no. En un par de fotos daba la impresión de que sí lo estaba haciendo, especialmente por la posición de su mano. Pero como no se pudo ver con claridad, tuve que darle la victoria a Florencia.

一¡Al fin! 一Exclamó ella, que ya estaba quedándose atrás en el marcador. Esto volvía a acercarla un poco.

Tomó asiento junto a mí, abrió sus piernas y esperó a que Lucy se arrodillara. La más pequeña estaba a punto de empezar, cuando señaló mi bulto y dijo:

一Che, ¿y si hacemos esto aún más interesante? La que pierde tiene que darle un chupón en la pija a Benja.

一Me encanta esa idea 一dije de inmediato.

一Hey, no, eso es trampa 一se quejó Flor一. Lo decís para no comerme la concha a mí…

一Ay, nena… como si no me hubiera comido tu concha antes. ¿Acaso te olvidás de lo que pasó ayer?

一Pero no es lo mismo. Yo gané. Me la tenés que chupar.

一No protestes, te la chupo toda… y es más, lo hago pagando el doble, así quedamos a mano.

Flor no alcanzó a responderle que ya tenía a su hermana pequeña comiéndole la concha. Lucy dedicó tanto entusiasmo a la tarea que Flor comenzó a retorcerse y a gemir, como si se la estuvieran cogiendo. Era impresionante ver a Lucy succionar y lamer, todo a gran velocidad. Cambiaba de una estrategia a la otra, y lo hacía a la perfección, como si hubiera tenido años de entrenamiento. Me pregunté cuántas veces le había comido la concha a su amiga. 

No aguanté más, saqué la verga y empecé a pajearme delante de ella. Lucy me miró el miembro de reojo, pero no dejó de chupar. Solo después de unos segundos me la agarró, acercó su boca y me dio un fuerte chupón en el glande.

一Listo, ya pagué mi precio. Si tanto te gusta el asunto de chupar las conchas, lo podemos dejar…

一No es que me guste, es que son las reglas 一dijo Flor.

一Sí, claro… en fin. Eso lo dejamos… pero de ahora en adelante, al terminar, hay que darle un chupón en la pija a Benja. ¿Está claro?

一Por mí está bien… y si lo digo yo, que soy el juez, entonces se hace así. 

一Bien… lo hago siempre y cuando esta boluda no ande diciendo que me gusta la pija de mi hermano o algo así.

一Nadie te va a decir nada 一respondió Lucy一. Quedate tranquila, no seas tan perseguida. Y por más que no me creas, para mí no fue fácil darle ese chupón, se siente muy raro, es mi hermano… pero… quiero que el juego sea equitativo, y nena, a mí sinceramente no me molesta chuparte la concha. Tenés linda concha. Por eso quise agregar al más al castigo.

一Igual no sería equitativo, porque yo estaría haciendo dos cosas que no quiero, y vos una. 

一Bueno, yo agregué algo más… tampoco dije que sea perfecto. 

一Es cierto 一dije一. Si a una le gusta más una cosa eso ya es problema de ustedes. Lucy, mostranos las fotos que siguen, a ver qué más hizo la “mamá perfecta”. 

Lo que siguió tomó por sorpresa a todos, porque no fue una foto, sino un video. Se reprodujo al instante y allí pudimos ver a Lali chupando las dos pijas a la vez. 

一Por dios, mamá… qué bajo caíste 一dijo Flor.

一A mí no me molesta que chupe dos pijas a la vez 一aseguró Lucy一. Aunque sí me pone mal saber que papá es cornudo. Y no te quejes, Flor… porque a vos te re imagino haciendo esto alguna vez. 

一Quizás… no lo sé… pero estoy segura de que si hago algo así, será antes de casarme, no después.

一Por ahí el problema es que mamá no disfrutó de su vida de soltera 一dije一. Entonces ahora se está poniendo al día… se está comiendo juntas las pijas que no se comió cuando era soltera.

一Puede ser 一dijo Lucy一. Tiene sentido. Papá y mamá se casaron siendo muy jóvenes. Ella siempre me dice: “No te apures a tener novio, tenés toda la vida para enamorarte”.

一A mí me dice lo mismo 一aseguró Flor一. Y más me lo dijo cuando me puse de novia. Creo que ella se dio cuenta antes que yo que esa relación no iba a funcionar. Por cierto, me parece que perdí… esto es mucho más porno que lo anterior… es un video.

一Me alegra que lo admitas 一dijo Lucy.

一Es que no se me ocurre nada para argumentar contra esto… ¡Ay, por dios!

La exclamación de Florencia llegó en el mismo momento que una de las vergas eyaculó, justo contra la cara de nuestra madre. Lali abrió grande la boca y dejó que el semen le llenara la lengua, lo mismo pasó un segundo después, cuando la segunda pija eyaculó.

一Ah, bue… 一dijo Lucy一. Esta señora pasó de ser mi mamá a una estrella porno en cuestión de segundos. 

一Y con esa boca me besos 一dijo Flor, con cara de asco一. Que a mí no se me acerque más.

一Ay, nena… los lechazos que te habrás tragado 一dijo Lucy一. No te hagas la puritana ahora. 

一Pero… es mi mamá… las madres no tienen que hacer esas cosas.

一¿Y por qué no? 一dije一. Evidentemente ella la pasa bien. A mí se me hace raro que se porte así… pero no me molesta. Es su vida. Ahora, Flor… de rodillas. Tenés que pagar.

Lucy se puso en posición, al lado mío, y Flor se arrodilló lentamente. Estaba pensativa. No sé qué pasaría por su mente. Algo la tenía preocupada. ¿Era el tener que chuparme la verga o porque vio a su madre tragando leche de dos pijas? 

Como se demoraba, Lucy la tomó por la cabeza y prácticamente la obligó a prenderse a la concha. Florencia chupó como lo había hecho la vez anterior, con la boca muy pegada a los labios vaginales. Lucy soltó un par de gemidos muy bonitos y se sacudió un poco. Cuando Flor terminó, pensé que dudaría una vez más, pero no lo hizo. Se lanzó contra mi verga y le dio un fuerte chupón. Me tomó tanto por sorpresa que me doblé por la mitad, como si hubiera querido alejarme de ella. Cosa que no haría, nunca me alejaría de una chica linda que me quiere comer la pija, solo fue que pensé que no lo haría.

Sin embargo su chupón fue enérgico, húmedo… y emitió un chasquido que solo escuché contadas veces mientras mi novia me comía la verga. 

一¡Wow! Te animaste 一dijo Lucy.

一Empleé tu técnica… de no pensarlo mucho. Simplemente lo hice y ya está.

一Bien, me parece muy bien. Me alegra que estés comprometida con el juego. Ahora vamos a ver qué más hay en la carpeta porno de mamá… aunque creo que voy a perder. Esto de la doble acabada va a ser difícil de superar.

La imagen en pantalla cambió y los tres nos quedamos atónitos, no sabría decir a cuál le sorprendió más lo que vimos. La foto mostraba a mamá, muy sonriente, junto a una gruesa verga erecta… pero esta verga no estaba en su boca, sino en la de… ¿Lucy?

¿Pero qué carajo hace mi hermana menor chupando pijas… con nuestra madre al lado?

 


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Comentarios

Joandigo ha dicho que…
Lucy: Jajaja, que graciosa se ve mama chupando una pija
Sale en pantalla una foto de ella chupando una pija junto a su madre
Benja y Flor: jajaja, espera... ¿que?

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