Lista con todos los textos de:
El Vicio de Escribir.
Caos Creativo.
Si hay algo que define muy bien mi forma de escribir, esa es la palabra “Caótica”. Existen autores sumamente meticulosos, que antes de embarcarse en un nuevo proyecto, diagraman paso a paso cuál será del desarrollo de la historia y de los personajes.
Leí muchos consejos dados por escritores (profesionales y amateur) que creen que todos pensamos de la misma manera, y que todos podemos organizarnos igual. No contemplan la personalidad de cada individuo, ni se detienen a pensar en cuánto influye esta personalidad durante el proceso creativo.
A mí nunca me sirvieron de nada la mayoría de esos consejos. Ni siquiera un poco. Hice varios intentos de diagramar una rutina de escritura y corrección de texto; pero no me funcionó nunca. Esto se debe a que soy una persona muy organizada en ciertas cuestiones prácticas; pero absolutamente caótica en lo que se refiere a la creatividad. Sí, sé que suena contradictorio, pero es la verdad.
Puedo tener mis textos perfectamente organizados en carpetas y subcarpetas, mis documentos de texto siempre son prolijos, con márgenes, una letra agradable, títulos llamativos y notas (cuando las considero necesarias). Esa es la parte mejor organizada de mi trabajo; sin embargo esa organización no me sirve de nada al momento de crear una historia. Ahí es donde toma el mando mi lado más caótico.
Hay varios escritores profesionales que me sirven como guía o como “modelos a seguir”, y sin duda el que más destaca entre esos escritores es Stephen King. Leí (y sigo leyendo) muchas obras de su autoría, y siempre quedo fascinada con su forma de narrar. No pretendo contar historias al mismo estilo que él, ya que considero que yo estoy forjando mi propio estilo. Sin embargo hay muchos matices que los tomé de él, a veces a conciencia otra veces sin siquiera darme cuenta.
Stephen King dijo que a él no le gusta atar a un personaje al guión, y que éste se viera condicionado por el mismo. Prefiere no tener un final definido y estructurado y forzar a los personaje a entrar en él. Comentó que prefiere ir desarrollando los personajes de acuerdo a lo que van viviendo y que vayan resolviendo (o no) los distintos dilemas que se van a ir cruzando por el camino. Esto es mucho más fácil de lograr cuando se tiene personajes bien definidos. Si el escritor conoce bien sus personajes, sabrá cómo se van a comportar en cada situación.
A mí me encanta esa forma de contar una historia, me gusta sentir una gran libertad para ir contando lo que yo quiera e ir improvisando sobre la marcha. Claro, esto no siempre se puede hacer así. Hay que tener un poco de planificación previa porque algunos elementos que aparecerán en el futuro, deben quedar previamente justificados, de lo contrario no tendrían sentido. Sin embargo, a pesar de que haya ciertos elementos planificados, me gusta tener la libertad suficiente como para poder sorprenderme a mí misma. Mientras más libertad narrativa tenga, más voy a disfrutar del proceso creativo y de la escritura. De hecho algunas de las historias que escribo empiezan a aburrirme un poco cuando ya sé exactamente qué tiene que pasar desde el punto narrado hasta el final, cuando ya no tengo margen para la improvisación. El proceso de narrar los capítulos finales suele ser más mecánico. Aunque bueno, en un diálogo o en una escena en particular siempre pueden aparecer pequeños matices que no habían sido planeados.
Hoy en día estoy escribiendo una serie titulada Intriga Lasciva. Esta historia se basa en un grupo de amigas que crean un club de detectives en el instituto al que concurren. Como ya se imaginarán, al tratar con misterios a resolver (además de la trama erótica), me obliga a planificar mucho y a pensar muy bien cada paso antes de darlo. Me gusta justamente por eso, es un desafío narrativo diferente a los relatos que suelo escribir. Aún así, me gusta dejar lugar para la improvisación, y en cuanto sienta que la historia está demasiado estructurada, sé que puedo tomar alguno de los personajes y llevarlo a vivir una pequeña aventura, antes de seguir con el desarrollo de la historia principal.
Me encantan esas “pequeñas aventuras” que escapan un poco de la trama principal. Sé que algunos de mis lectores más “básicos” las odian, porque ellos buscan que toda la historia se centre en un punto concreto y que no se aleje de ahí en lo más mínimo. Pero yo me aburro mucho cuando tengo que escribir algo así. Las “pequeñas aventuras” me sirven para darle un toque de frescura a la historia, para llevar al lector a un rumbo que no tenía pensado y para que yo pueda descansar un poco de todo el peso de la línea argumental principal. Además muchas veces utilizo estas aventuras para desarrollar mejor a los personajes.
Gracias a proyectos como Intriga Lasciva estoy empezando a planificar un poco más algunos de mis relatos, especialmente aquellos que incluirán muchos elementos y personajes. Pero no es una planificación estricta. Tomo notas de situaciones que me gustaría que ocurrieran, pero eso no significa que sí o sí las vaya a incluir en el relato. Estas notas me ayudan a reflexionar sobre una idea concreta y a buscar la mejor forma de contarla y el momento propicio para incluirla. Pero si se da el caso de que, con el tiempo, la idea ya no me resulta interesante o tal vez hacerla encajar en el relato en cuestión sería muy forzado, entonces la quito.
Esto no significa que elimine esa idea para siempre. Porque puede que la idea sea buena, pero que no encaje bien con cierto relato; pero sí quede bien en otro. Ahí es donde entra la ventaja de narrar muchas historias a la vez, esto me permite ir pasando ideas de un relato a otro y así poder incluirlas donde mejor encajen.
Para citar un ejemplo de esto puedo mencionar los capítulos 29 y 30 de Venus a la Deriva. Los eventos narrados allí fueron pensados originalmente para un relato nuevo, pero después de analizarlo me di cuenta de que encajaría muy bien dentro de la historia de Lucrecia. Para que esto fuera posible, solamente tenía que desarrollar un poco más a Candela, la madre de Lara y así lo hice.
Otro motivo por el que me sirve narrar varias historias a la vez, es que esto me permite descansar un poco entre relato y relato. A veces no tengo ganas de escribir una historia en concreto, y hacerlo sin ganas no da buenos resultados. Por eso aprovecho para narrar otras historias.
Desde la creación de mi página de Patreon, estoy estructurando esto un poquito más. Si bien sigo narrando muchas historias a la vez, siento un poco más de responsabilidad por las mismas y ésto me lleva a seguir trabajando en ellas.
No podría centrarme en un solo relato y nada más, porque en poco tiempo terminaría harta del mismo, por más que la historia me guste mucho. De vez en cuando necesito dejar descansar un relato durante unos días y analizar bien si voy a seguir adelante con una idea en concreto y cuál es la mejor forma de introducir esta idea. Ese tiempo de reflexión es vital, y gracias a eso muchas veces se me terminan ocurriendo nuevas ideas que me gustan mucho.
![Venus a la Deriva [Lucrecia]](http://3.bp.blogspot.com/-wJVhRLMnF08/Xy5lPyX3dPI/AAAAAAAABJY/Sg23WdW55DgvrG0R5v7yVq_Im3AZvVAKQCK4BGAYYCw/s1600/Venus.jpg)
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