Aislado Entre Mujeres [65].

 

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Aislado Entre Mujeres.


Capítulo 65.


Libertinaje.



Durante una mañana, mientras desayunábamos, Macarena nos comunicó que ya es oficial: comenzará la campaña de vacunación contra el Covid. Esa noticia tendría que haberme puesto feliz, porque seguramente alegró a un montón de gente. Muchos deberán estar impacientes por recuperar su vida normal; pero yo no. Para mí significa que esta forma de vida en aislamiento, con mi familia, está llegando a su fin.

Sé que las cosas de ahora en adelante van a cambiar mucho. No sé qué tendrán en mente mis hermanas. Tal vez alguna quiera quedarse a vivir en esta casa durante años, aunque algo me dice que no será así.

— ¿Y es confiable esa vacuna? —Preguntó mi mamá.

—A ver, mamá… espero que no seas esa clase de persona que cree que nos van a poner un chip para controlar nuestras mentes o para rastrearse, como dicen algunos paranoicos.

—No, Maca, nada que ver. Yo sí quiero vacunarme, más miedo me da no hacerlo. Solo quiero saber si de todas las opciones que hay de vacunas contra el Covid vamos a tener la mejor.

—Bueno, cuando llegue el momento, tal vez puedas elegir la que querés… o quizás te pongan la que te toque. No lo sé. Lo que sí sé es que todas son efectivas. Y nos van a poner dos dosi

—¿Dos? Eso me tranquiliza, siento que es como un refuerzo.

Macarena consiguió calmar un poco a Alicia, pensé que mi madre opondría más resistencia ante la campaña de vacunación, porque es paranoica por naturaleza; pero entiende que el riesgo está en salir a la calle sin vacunarse. Sin embargo, las palabras de mi hermana no sirvieron para calmar mi preocupación con respecto a lo que va a pasar después.

—¿Qué piensan hacer cuando ya estén vacunadas? —Les pregunté a todas las presentes. La única que no estaba allí era Ayelén, que seguía con su práctica de pasar largas horas encerrada en el cuarto de mi mamá

—No lo sé —dijo Pilar—. Ni siquiera había pensado en eso.

—Yo quiero ir de vacaciones a la misma playa que fui con Camila Contreras —aseguró Macarena.

—Claro, porque tenés ganas de que te vuelvan a coger entre varios, en plena playa —dijo Gisela, con una sonrisa picarona.

—Por supuesto. Quiero disfrutar de mi libertad. Quiero pasear en concha por la playa y terminar garchando con el primer pijudo que me encuentre.

—Suena interesante —dijo Pilar, con una risita.

—¿Y vos, Gise? —Le pregunté—. ¿Tenés planes?

—Sí, lo hablamos con Brenda —miró a su amiga y las dos intercambiaron sonrisas de complicidad—. Vamos a alquilar un departamento para las dos.

—¿Van a formalizar su relación? —Preguntó Tefi.

—No, nada de eso. Seguiremos siendo buenas amigas… tan buenas que vamos a coger un montón. Pero no somos novias. —Dijo esto último mirándome a mí—. Con lo que ganamos en la oficina podemos permitirnos alquilar algo decente.

—¿Y vos, Tefi? —Preguntó Maca.

—Estoy como Pilar. No tengo idea de qué voy a hacer. Lo voy a pensar durante estos días.

Por alguna extraña razón, esas palabras me tranquilizaron un poco.

—Nahuel… ¿Tenés algo en mente? —Preguntó Pilar.

—Yo me voy a quedar acá —respondí al instante—. En esta casa tengo todo lo que necesito. ¿Por qué me iría?

—Se quiere quedar con la mamá —dijo Alicia, abrazándome fuerte. Mi cara terminó hundida entre sus grandes tetas—. Qué lindo… ojalá más de una decida quedarse un tiempo. Me da un poco de miedo que se vayan todas.

—Bueno, mamá… pero es lógico —dijo Maca—. Llevamos más de un año encerradas en esta casa, queremos salir un poco, a vivir la vida. Espero que no te opongas a eso.

—No, no… quédense tranquilas. Aunque me duela verlas partir, les juro que no voy a interferir. Solo quiero que sean felices. Ya les causé mucho daño por intentar cuidarlas a mi manera y sé que lo mejor es confiar en que ustedes sabrán qué hacer con sus vidas.

—¿Quién es esta mujer, y qué hizo con mi mamá? —Preguntó Pilar. Todos nos reímos.

Yo me quedé hundido en esas tetas, reflexionando sobre lo que va a venir y sintiendo nostalgia por el presente.


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—A ver, presten atención —dijo Macarena, al día siguiente. Tuvimos que convencer a Ayelén para que saliera de su cueva, para que todos pudieramos escuchar este importante anuncio—. Se decreta oficialmente el incio de la competencia de “chupar conchas”.

—¿Eso significa que ya podemos empezar? —Preguntó Gisela mirando a Brenda con una sonrisa libidinosa.

—Casi, ya arrancamos. Antes quería fijar algunas pautas: para empezar, el concurso no durará un solo día. Lo extenderemos a lo largo de toda la semana.

—¿Una semana completa? Me parece mucho.

—A ver, mamá… —continuó Maca—. Probablemente esta sea nuestra despedida del aislamiento y del estilo de vida que construimos durante estos meses. Considero que debemos despedirnos a lo grande. ¿No les parece?

—Estoy de acuerdo —dijo Pilar.

Todos asentimos, a Alicia no le quedó más alternativa que estar de acuerdo. La única que no emitió opinión fue Ayelén. Nos miraba a todos en silencio, como si aún siguiera traumada por la noticia de ser nuestra hermana. No la culpo, a mí también me tiene mal ese asunto.

—¿Y cómo vamos a hacer el concurso? —Preguntó Tefi—. ¿Se van a dar puntos por desafíos o algo así?

—No, va a ser mucho más subjetivo —dijo Maca—. Por eso es importante que respetemos una regla: La honestidad ante todo. Si no hacemos eso, el concurso no tiene sentido. Todas tendremos que chupársela a todas… y al final cada una va a decidir, de a cuerdo a su opinión honesta, quién la chupa mejor. Obviamente no pueden votar por sí mismas.

—Me parece bien, yo prometo que voy a ser sincera —aseguró Gisela—. No voy a favorecer a ninguna, ni tampoco a perjudicar.

—¿Aunque la ganadora pueda ser yo? —Preguntó Ayelén. No me sorprendió que esto la hiciera reaccionar. Esa pendeja es extremadamente competitiva.

—Sí. Si realmente considero que sos la mejor, lo voy a decir. Y lo mismo deberían hacer todas las demás. La competencia debe ser justa y equitativa. Aunque no sé cómo vamos a solucionar el problemita de Nahuel… el pobrecito nació con pene.

—Sí, pobre… no sabe lo que se pierde —dijo Macarena—. Pero también pensé algo para él. Participa como nosotras, así que puede ganar el concurso. Y dijo que quería aprender a hacerlo bien. Por eso armé un sistema especial para él. Sé que en más de una ocasión va a terminar con la pija dura… y la va a querer meter en algún agujero. No se lo deben permitir.

—Ufa, che! —Protesté—. ¿Una semana con la pija dura sin poder meterla en ningún lado?

—Podés meterla en el enchufe —me dijo Tefi—. Eso te daría un estímulo muy potente.

—Ja, ja… muy graciosa —dije, con sarcasmo.

—Si querés meterle la pija a alguna de nosotras, te lo tenés que ganar —continuó Macarena, y captó toda mi atención—. Acá también es importante la honestidad. Si Nahuel no la chupa bien, entonces no tiene derecho a meterles la pija en ningún lado, ni siquiera en la boca. En cambio, si lo hace bien… se la tienen que chupar. Si lo hace muy bien, tienen que dejar que se las meta por la concha… y si lo hace excelente. Bueno, tendrán que entregarle el culo.

—Epa… eso me gusta —respondí con entusiasmo—. Me voy a esmerar mucho.

—¿Están todas dispuestas a seguir estas reglas con absoluta honestidad? —Todas asintieron—. Y nada de regalarle agujeros por compasión, ¿ok? Si el pibe la quiere meter, entonces que aprenda a chupar una concha como es debido.

—Me parece bien —dije—, pero que reconozcan cuando lo hago muy bien… o excelente.

—Sí, eso es obligatorio. De lo contrario habrá consecuencias… y esto va a para todas, incluyendote a vos, Ayelén. Así que si alguna no quiere que Nahuel se las meta… entonces se quedan fuera del concurso y ya está. ¿Van a participar? —Una vez más, todas estuvieron de acuerdo—. Muy bien, entonces cuando le quieran chupar la concha a alguna, le piden permiso y ya está… excepto con Brenda, ella prefiere que lo hagan sin avisar. ¿No es cierto?

—Muy cierto —respondió la aludida, con una sonrisa angelical.

—Perfecto. Se da inicio al concurso…

—¿Y vos, Tefi? —Preguntó Ayelén—. ¿También vas a chupar conchas? ¿Ya no te compleja hacerlo?

No llevamos ni un milisegundo de concurso y Ayelén ya tuvo que generar un momento de tensión.

—Solo quiero ganar, igual que vos —respondió Tefi, encogiéndose de hombros—. Y espero que seas sincera si lo hago con vos.

—Quedate tranquila, sé que tenés un talento especial para chupar conchas… como si hubieras practicado mucho. Bueno, todas las que estamos acá chupamos más de una concha. Va a ser una competencia reñida. Que gane la mejor. Si alguna quiere empezar conmigo, la espero en mi pieza.

Giró sobre sus talones y se perdió en el pasillo en dirección al cuarto de Alicia. Pocos segundos después, Pilar la siguió. Ella notó la preocupación en la cara de Cristela y le dijo:

—No te preocupes, tía… voy en son de paz. Ya estoy harta de las discusiones de esta familia. Solo pretendo que nos llevemos bien… aunque sea por una semana. Y espero que todos hagan el intento de hacer las paces con Ayelén. Les guste o no, es nuestra hermana. Y sé que va a sonar raro después de lo que acabo de decir, pero… aunque nos hayamos llevado mal en el pasado, esa pendeja me calienta un montón. Me muero de ganas de comerle la concha.

—Estoy muy orgullosa de tus nuevas actitudes lésbicas, hermana —dijo Gisela, con una gran sonrisa—. Espero que te esmeres mucho conmigo. Pienso hacerlo con vos.

—Ay, carajo… es que… esto me pasa por leer tanto porno lésbico. Me pongo pajera y me dan muchas ganas de estar con una mujer.

—No sabía que leías porno lésbico —dijo Gise—. Siempre pensé que las historias que leías eran muy heterosexuales.

—Esas me aburrieron hace rato. Lo interesante llegó cuando empecé a explorar otro tipo de historias. Incluso algunas incluyen incesto.

—Upa… quiero leer algún libro de esos —dijo Macarena.

—Después te lo paso. Tengo uno de una chica que se coge al hermano que te va a encantar.

—Mirá vos… y te lo tenías bien guardadito, yegua. No me dijiste nada —Maca la miró con los brazos cruzados—. Decime la verdad: ¿de ahí surgieron esas ganas de probar la pija de Nahuel?

Pilar mostró una sonrisa macabra, creí que no iba a responder porque siguió su camino, pero se detuvo y dijo:

—Estaba desesperada por probar una pija… pero si era la de mi hermano, mejor. Y no me miren raro, a todas les calienta el incesto. Por eso esta semana va a ser un descontrol absoluto. Y vos mami, sos la más incestuosa de todas… sos la que más lo disfruta. No digas que no. Por eso querés que cortemos con esto, sabés que sino no vas a poder controlarte.

—Lo sé, admito que es así… aunque también lo hago por el bien de todos ustedes. Reconozco que el incesto siempre me dio morbo, desde que empecé a “jugar” con Cristela. Me gusta mucho, no lo puedo evitar. Por eso lo mejor para mí, y para ustedes, es cortar todo… aunque, esta semana la pienso disfrutar a pleno y sin culpa.

—Te morís de ganas de comernos la concha a todas, ¿verdad? —Le preguntó Pilar.

—Así es… y lo voy a hacer con mucho gusto. Si esta va a ser nuestra despedida del incesto, entonces creo que todos lo tenemos que disfrutar… de forma salvaje.

—Me gusta cómo habla esta puta —aseguró Gisela—. Y voy a aprovechar esta semana para saldar cuentas con vos ¿está claro? Por cada concha que chupes, a mí me la vas a tener que chupar dos veces.

—Está bien, acepto.

—Me la vas a chupar tanto que vas a terminar enamorada de mi concha —podía ver cómo esa segunda personalidad de Gisela iba ganando terreno a medida que ella se excitaba. Hasta le estaba cambiando la forma de mirar.

—Sí, te la voy a chupar toda, todos los días…

—Vení, puta… empezá ahora…

Gisela se quitó el pantalón y la tanga. Alicia se movió sin decir una palabra y fue a arrodillarse frente a ella. Todos nos quedamos mirando cómo empezó a chuparle la concha con absoluta devoción. Incluso Pilar decidió quedarse un poco más y admirar esta escena lésbica tan potente.

—Quiero que lo reconozcas, mamá… quiero que lo digas.

—¿Qué cosa tengo que decir?

—Vos lo sabés muy bien…

—Está bien… lo admito: soy lesbiana.

—¿A pesar de lo mucho que te gusta la pija? —Preguntó Gisela.

—Sí… las pijas me calientan, pero las conchas me enamoran. Prefiero a las mujeres. —Le dio una lamida a su hija.

—Cuando tenga una novia le voy a decir: “Soy lesbiana, como mi mamá”.

—Está bien…

—Y si es una muy buena novia, una que va en serio… entonces vas a coger con ella. Vamos a coger las tres juntas.

—¿Eso no va en contra del pacto que hicimos de ya no tener sexo entre nosotras? —Preguntó Tefi.

—No me importa. Esta mujer me debe mucho —insistió Gisela—. Y me debe una cogida con mi novia, por la vez que echó a patadas a mi amiga, mientras nosotras cogíamos.

—A mí me parece justo —dijo Macarena—. A Gise le debe más que a nadie.

—Sí, yo también considero que es lo apropiado —dijo Pilar—. Bueno, me voy a coger con Ayelén, no aguanto más. Si alguna se quiere sumar, ya sabe dónde encontrarnos.

Así fue como empezó esta semana de absoluto libertinaje. Al final Alicia estuvo de acuerdo en disfrutarlo a pleno y eso me alivió muchísimo. No quiero sentir su mirada inquisitiva cada vez que hago algo con una de mis hermanas.

Podría haberme lanzado al ataque sin más dilaciones, y eso hubiera sido un error. La escenita entre Gisela y mi mamá me dejó la pija dura y con ganas de acción. Sin embargo, las reglas del juego me impiden acercarme a cualquiera y simplemente penetrarla. Tenía que ganarme la oportunidad para hacerlo.

Hice un rápido análisis de mis posibilidades. La primera que descarté fue Macarena, mi experiencia previa me dice que ella será muy exigente… aunque también es la que más consejos podría darme sobre sexo oral. Le gusta enseñar. Probaré más tarde con ella. A Tefi también la descarté, ella me intimida un poco y también considero que va a ser muy exigente. Las dos opciones que me quedaban eran Cristela y Brenda. Ambas son buenas opciones. Cristela estaría dispuesta a ayudarme y sería comprensiva conmigo. Y Brenda… mmm no sé cómo actuaría ella en esta situación… y eso me despertó la curiosidad.

Me decidí por ella y recordé que no le gusta que le pidan permiso, por eso simplemente la tomé de la mano y la dirigí hasta mi pieza. Ella hizo el trayecto con una sonrisa de oreja a oreja. Parecía muy contenta de que yo la hubiera elegido. Antes de meternos en mi cuarto vi como Tefi llevaba a la tía Cristela hacia su dormitorio y Macarena prefirió hacer un trío con Pilar y Ayelén, porque la vi desaparecer en el pasillo. Me tranquilizó ver que todos habían encontrado a alguien con quien dar inicio al juego.

Comencé a desnudar a Brenda, al parecer le gustó que yo tomara la iniciativa. Permitió que le quitara toda la ropa y luego le pedí que se acostara en la cama.

Acaricié su vagina, estaba muy húmeda, evidentemente a ella también le afectó ver a Alicia practicándole sexo oral a Gisela. Sin más preámbulos, me lancé a chupársela. Lo hice despacio, como midiendo cada uno de mis movimientos. Fui pasando la lengua por distintos lugares de su sexo, intentando encontrar aquellos puntos que le agradaran más.

—¿Lo estoy haciendo bien? —Pregunté.

—Sí… pero no importa… metemela igual.

—¿Eh?

—Sí, quiero que me la metas. Ya mismo.

—Qué putita que sos —le dije, entre risas.

—Hoy ando con muchas ganas de coger. También me la podés meter por el culo, si querés.

—Me encantaría hacerlo, pero quiero respetar las reglas del juego.

—No hace falta…

—Para mí sí. Quiero aprender a hacer esto bien, y meterla es un buen incentivo. Me lo quiero ganar, tal y como dicen las reglas del juego.

—Ufa… ahora mismo me jode un poquito que seas tan noble; pero es algo admirable. Sos un buen chico, Nahuel. Me caés muy bien.

—Gracias… vos me caés muy bien a mí. Y me gustaría que fueras sincera. Gisela tiene mucho talento para esto, así que ya sabés lo que se siente cuando alguien lo hace bien. Te la voy a meter, con mucho gusto; pero solo si me lo gané de forma honesta. ¿Vas a ser honesta conmigo?

—Sí, está bien. Te prometo ser honesta.

—Muy bien, decime cómo lo hago.

Volví a la acción, su concha estaba deliciosa y yo realmente estaba disfrutando de lamerla.

—Mmm… vas a tener que esforzarte un poco más.

—¿Y cuánto sería un poco más?

—Mucho más —soltó una risita.

—¿Estás diciendo que soy malo en esto?

—Perdón, me pediste que fuera sincera… y es lo que pienso. Te falta mucho para alcanzar el nivel de Gisela… muchísimo.

—Está bien, me esforzaré más.

Reanudé las lamidas, esta vez puse más énfasis y me centré en aquellos rincones que creí que serían más efectivos. Su clítoris recibió varios lengüetazos y también lamí el centro de su sexo. Mi verga palpitaba, como si estuviera preparándose para saltar a la acción; pero las palabras de Brenda le dieron un duro golpe.

—Mmm… no, no está tan bien.

—¿Al menos alcanza como para que me la chupes? —Pregunté.

—No creo. Dijeron que te ganabas una chupada si lo hacías al menos bien… y esto ni siquiera llega a “bien”.

—Ay, carajo. No creí que fuera tan malo. ¿Qué estoy haciendo mal?

—Todo. Me la estás lamiendo como si estuvieras limpiándola. Es decir, son lamidas sin gracia. Lo importante es la actitud, no es solo una cuestión física. A las mujeres nos encanta sentir que nos comen la concha con ganas… con genuinas ganas.

—Mmm… ya veo. Voy a intentarlo otra vez.

Me gustaría decir que después de varios minutos de esfuerzo conseguí que al menos Brenda me chupara la pija; sin embargo, ella mantuvo su sinceridad intacta y me dijo que no había alcanzado ni los estándares mínimos. Le prometí que la próxima vez lo haría mejor.

El primer día me tuve que quedar sin nada, después de Brenda, Gisela entró a mi cuarto y me pidió que siguiera lo que mi mamá había comenzado. Chupársela a Gisela me inhibió muchísimo y sé que lo hice muy mal, ni siquiera tuvo que decírmelo. Se fue de mi habitación apenas unos minutos más tarde, sin decir nada. Pude notar la desilusión en su mirada.

Esa noche ni siquiera me masturbé, no quería darme ningún tipo de recompensas hasta hacerlo bien.


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No pienso aceptar la derrota tan fácilmente. Al día siguiente estuve a la expectativa, esperando encontrar el momento apropiado para volver a la acción. Además podía disfrutar de lo que hacían las demás. Parecían ocupadas en sexo a toda hora. Si bien a veces frenaban para comer, charlar un rato, ducharse o tomar algo, no pasaba mucho tiempo hasta que volvieran a coger con nadie. Daba la sensación de que la ropa se hubiera decretado prohibida en mi casa. Ninguna hizo el más mínimo intento por vestirse. La desnudez era total y constante, lo cual me provocaba erecciones a cada rato.

Esta vez no pude hacer un análisis para intentar encontrar mi mejor opción, me di cuenta de que todas encontraban pareja en menos de dos minutos.

Alicia salió del baño, recién duchada, dejó la toalla en el respaldo del sofá y mostró toda su desnudez.

—¿Quién quiere probar esto ahora mismo? —Preguntó.

Macarena, que se estaba acariciando la concha mientras veía como Tefi se la chupaba a Pilar (cosa que a mí también me tenía maravillado), se puso de pie y tomó a su madre del brazo, para llevársela a la pieza. Cristela se les sumó al instante. Estoy seguro de que formaron un buen trío, con mucha energía. A estas tres les encanta coger fuerte.

Sabía que Gisela y Brenda estaban en una de las piezas haciendo un 69, porque las vi al pasar, y eso me dejó con una sola opción: Ayelén. Ella estaba sentada en el sofá frente a Pilar y Tefi, disfrutando de la escena. Cuando nuestras miradas se cruzaron, me sonrió… eso me hizo subir la guardia. Sé que si sonríe es porque está planeando hacer algo malo… aunque había algo raro en esta sonrisa.

— ¿Querés seguir practicando conmigo? —Me pregunto.

—Eh… em… —la propuesta me dejó descolocado—. Bueno, si no te molesta…

—Dale, vamos…

Se puso de pie y fue directamente hacia mi dormitorio. La seguí y al entrar la encontré acostada en la cama, con las piernas bien abiertas. No dijo nada, se limitó a señalar su concha con una sonrisa.


Diario de Cuarentena:

<Tenga cuidado, cadete Nahuel… esto podría ser una trampa>.


Me acerqué con cautela y me ubiqué justo entre sus piernas. Ella estaba radiante, preciosa… no lo voy a negar, al verla tan dispuesta frente a mí, se me despertó la verga. Podrá ser odiosa, pero también es preciosa.

Metí la cabeza entre sus piernas con mucho cuidado, como si su vagina tuviera dientes. La acaricié, como si quisiera comprobar que no me mordería… o algo peor. Cuando entendí que estaba comportándome como un idiota, me lancé a lamerla. El primer contacto no estuvo nada mal, Ayelén no hizo ningún intento por humillarme. Ni siquiera se movió. Pocos segundos más tarde logré ganar algo de confianza y empecé a chuparla con más ganas.

—Centrate más acá —me dijo—, en la zona del clítoris.

La miré sin dejar de lamer. ¿Había escuchado bien? ¿Me estaba dando consejos de cómo practicar sexo oral a una mujer?

Hice lo que me pidió, pasé mi lengua varias veces por su clítoris.

—No es necesario que el contacto sea directo… podés jugar un poco con la tensión, lamiendo alrededor del clítoris. Por acá…

Con su dedo trazó un círculo que dejaba a su “botoncito de placer” en el centro. No podía creer que justo ella, de todas las mujeres de mi casa, fuera la que me estuviera enseñando a hacer esto. Sus consejos parecían sinceros, por eso los puse en práctica. Lamí todo alrededor del clítoris y pude notar cómo ella se estremecía y empezaba a gemir.

—Ahora andá acercándote de a poco al clítoris…

Fui trazando un camino en espiral hacia el centro y cuando llegué a destino se me ocurrió darle un pequeño chupón.

—Mmm… sí, eso estuvo bueno. Podrías repetir todo el proceso otra vez… pero tampoco abuses, es aburrido si hacés siempre lo mismo.

Repetí el proceso dos veces más y después volví a utilizar la vieja y confiable táctica de: “Pasá la lengua por donde se te ocurra”. Esta última parte no pareció convencer tanto a Ayelén, sus gemidos se apagaron poco a poco.

—¿Qué tal lo hice? —Pregunté, para estar seguro.

—Bien… digamos que te ganaste una chupada de pija; pero no me la podés meter.

Eso me sorprendió muchísimo. Con Brenda ni siquiera había conseguido alcanzar el primer objetivo.

—Me sorprende que estés siendo tan honesta. ¿De verdad me la vas a chupar?

—Sí, prometí no hacer trampas y voy a cumplir… porque quiero una competencia justa.

—¿Ah si? ¿Y ya te chuparon varias la concha?

—Pilar, Macarena, tu mamá y Brenda. Todavía me faltan las demás. Seguramente la próxima será mi mamá.

—Y de las que ya lo hicieron ¿quién pensás que podría ganar el concurso?

—Pienso que lo podría ganar yo —respondió, demostrándome que la vieja Ayelén seguía estando ahí—. Pero como no puedo votar por mí misma, de momento diría que va ganando tu mamá.

Con todo el odio que le tiene a Alicia, que la posicione como una posible ganadora tiene que servir como prueba de su absoluta sinceridad. Eso me conmovió. En ese instante supe que Ayelén estaba haciendo un enorme esfuerzo por hacer las paces… por sentirse una más de la familia… por sentirse querida.

—Muy bien… aunque a Gisela también le hicieron muy buena fama —le dije—. Va a ser una competencia muy dura.

—Así es… en especial porque muchas están aprendiendo nuevas “técnicas”. En especial de Alicia y Cristela, que son las más experimentadas. Pero yo les llevo ventaja a las demás, porque vengo cogiendo con ellas desde antes de la pandemia, ya aprendí mucho. Bueno, ¿querés que te la chupe ahora o te lo reservás para más tarde?

—Si prometés que lo vas a hacer cuando yo te lo pida, lo dejamos para más tarde.

—Muy bien —se puso de pie y salió de la pieza—. Avisame cuando lo quieras… ah, y si querés ganarte una chupada de pija prácticamente gratis, chupale la concha a Pilar. Es la menos exigente de todas.

—Bueno, gracias por el dato.



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Al tercer día de concurso la situación escaló. Salí de mi cuarto y me encontré con lo que parecía un hospital de campaña improvisado. Los sillones habían sido trasladados contra las paredes del living y el lugar que antes habían ocupado ahora estaba destinado a colchones. Había tres, de dos plazas, dispuestos uno junto al otro. Entre los tres formaban una gran colchoneta en el piso. Y, como no podía ser de otra manera, sobre los colchones ya había acción. Gisela, Cristela, Macarena y Brenda formaban una especie de rueda entre ellas. Después Pilar me explicó que a eso se le llama “Daisy Chain” en jerga pornográfica y que ella había leído sobre esas prácticas en sus novelas eróticas. La premisa era sencilla: cada mujer debía chuparle la concha a la que tenía acostada delante, y a su vez esa debía chupársela a la siguiente.

Brenda se la estaba chupando a Cristela, a su vez Cristela se la chupaba a Macarena, quien le estaba comiendo la concha a Gisela. Y para completar esta “rueda”, Gisela se la estaba chupando a Brenda.

Que esta escena estuviera sucediendo en el living de mi propia casa me daba a entender el nivel de libertinaje que habíamos alcanzado. Antes las prácticas incestuosas debían ocurrir dentro de las habitaciones, a puerta cerrada. Después pasamos a tener algunas interacciones en las salas comunes; pero siempre sintiendo mucha culpa e intentando no abusar de ellas. Pero ahora… no había límites ni vergüenza ni secretismos. Todas cogían en cualquier lugar de la casa, sin ningún tipo de problema.

En uno de los sillones contra la pared estaba Alicia, arrodillada frente a Tefi. Obviamente le estaba chupando la concha; pero lo que más me llamó la atención fue ver a Ayelén acostada en el piso boca arriba, Alicia estaba sentada en su cara. Se ve que ya se estaban llevando mejor. Eso me agradó mucho.

Pregunté dónde estaba Pilar y Tefi me dijo que recién había salido de bañarse, que ahora debería estar en su cuarto.

Encontré a Pilar acostada en su cama, masturbándose. Tenía los ojos cerrados y metía dos dedos en su sexo con rapidez.

—¿Por qué no estás en el living, con las demás? —Pregunté.

—Ah… hola Nahuel. Solo estaba “calentando motores”, y pensaba en las cosas que hice en estos últimos días. Me gusta recordarlas, a veces me caliento más mientras las recuerdo que en el momento del acto en sí.

—Ah, será porque estás acostumbrada a leer sobre sexo.

—Sí, eso mismo pensé. El sexo físico sigue siendo algo nuevo para mí. En cambio, llevo muchos años pajeándome con novelas eróticas. Ojalá cuando termine esta puta pandemia pueda encontrar a alguien con quien coger… aunque, lo veo difícil.

—¿Por qué? Si sos re linda, a muchos les encantaría coger con vos.

—Puede ser… pero me da vergüenza andar encarando tipos.

—No te preocupes por eso ahora, y acordate que tenés como hermana a Macarena. Ella te puede ayudar con ese tema.

—Eso espero. Me encantó probar tu verga, pero me gustaría probar otras… sino nunca voy a conseguir un novio.

—Te va a ir bien, te lo aseguro. Mientras tanto… ¿no querés que te la chupe? Quiero aprender a hacerlo bien.

—Sí, dale… pero no te ofendas si yo me quedo con los ojos cerrados pensando en otra cosa.

—Para nada, pensá en lo que quieras… y espero que lo disfrutes.

La concha de Pilar estaba muy húmeda, clara señal de que llevaba un buen rato tocándose. Esto me gustó. Sus labios vaginales son más carnosos que los de mis otras hermanas, tienen un toque especial.

Mi táctica consistió en replicar lo que aprendí de Ayelén. Lamí alrededor del clítoris, una y otra vez. Aproveche cada momento que llegué al centro para dar unos buenos chupones. También bajé un poco más y lamí el centro mismo de la concha, metiendo la lengua. Eso pareció gustarle a Pilar, porque gimió cada vez que lo hice.

Estuve chupando un buen rato y esperaba haberme ganado al menos un buen pete.

—¿Y qué tal estuvo? —Pregunté.

—Uf… muy bien, hermanito. Muy pero muy bien.

—Aunque, no llega a excelente.

—Mmm… quizás para “excelente” todavía te falta un poco; pero un “muy bien” significa que me la podés meter.

—¿Qué? ¿De verdad?

—Sí, claro… cogeme durante un rato. Te lo ganaste.

Me posicioné sobre ella, con la pija dura, y comencé a meterla lentamente. Ayelén tenía razón: Pilar es menos exigente. Algo me decía que mis otras hermanas no hubieran calificado esto de “muy bueno”, por eso debería seguir esforzándome. Pero con Pilar ya era suficiente como para enterrarle la verga… y sentí un inmenso alivio cuando lo hice. Ya extrañaba esa tibia sensación de meter el pene en una concha húmeda y bien dilatada. Pilar volvió a cerrar los ojos y yo se la fui metiendo despacito. No costó mucho hundirla toda. Empecé a dar embestidas cortas y aproveché para chupar sus tetas. Dios, qué rico es jugar con estos pechos tan grandes. Le chupé los pezones con fuerza y logré hacerla gemir.

Estuvimos cogiendo en la misma posición durante unos cuantos minutos y yo la saqué antes de acabar.

—¿Me vas a dar de tomar la leche? —Preguntó.

—No, todavía no quiero acabar. Tengo que guardar fuerzas para el resto del día. Confío en que me ganaré la oportunidad de metérsela a otra… o que al menos me la chupe. Si empiezo acabando ahora, después no se me va a parar.

—Ufa… está bien. Qué lástima… con las ganas que tenía de tomarme la leche.

—Te prometo que si antes de dormir todavía no acabé, te la doy a vos.

—No creo que eso pase.

— ¿Por qué no?

—Porque ya la estás chupando muy bien, estoy segura de que se la vas a meter a alguien más. Aunque… por ahí, si tengo suerte, me puedo comer una concha llena de leche. Eso también me gustaría mucho.

—Bueno, entonces te aviso si ando con ganas de acabar, y vemos cómo lo hacemos.

—Okiss… ah, y ya que estamos… ¿podés decirle a Brenda que venga? Saqué un buen dildo de la reserva de mamá y se lo quiero meter por el culo. Me encanta meterle cosas por el culo a esa putita, chilla como loca. Es preciosa… sería lindo tenerla de cuñada.

Me guiñó un ojo. Entendí la indirecta.

Regresé al living y encontré a varias de las chicas caminando de acá para allá, estaban sirviendo algo fresco para tomar. Era jugo de frutas, ese que viene en caja. Pedí que me llenaran un vaso y le dije a Brenda que Pilar la esperaba. Ella pasó a mi lado, me acarició la verga y dijo:

—Espero que vengas a buscarme en algún momento —luego se perdió de vista.

—Me parece que a esa chica le pasa algo con vos —dijo Cristela, alcanzándome el vaso de jugo—. Deberías hablar con ella.

—Emm… no sé, puede ser. —Me acerqué más a ella y susurré—. ¿Creés que aceptaría si le pido que seamos algo más que amigos?

—Mmm… ni idea, con las mujeres nunca se sabe, Nahuel. Mirá todos los problemas que tuve con tu mamá… cuando creí que por fin íbamos a estar juntas y que todo marchaba perfecto, me dijo que lo nuestro se tenía que terminar. Así, de un día para otro, sin previo aviso. Ahora entiendo sus razones; pero igual me confundió mucho cuando me lo dijo.

—Qué animal complicado la mujer.

—¡Ja! Y no te creas que los hombres son tan simples. Tienen sus vueltas. Lo peor es cuando son muy posesivos. Nunca seas así, Nahuel. No importa quién sea la mujer que te acompañe en tu vida, ella no te pertenece. No es un objeto con tu nombre impreso. ¿Está claro?

—Sí, muy claro.

—Dale espacio para respirar, y que sienta que aún tiene el control de su vida. Pero bueno, no quiero darte un sermón aburrido. Es solo que… me sentiría muy desilusionada si mi único sobrino varón, criado entre mujeres, se convierte en un misógino posesivo. Lo sentiría como un gran fracaso.

—Creo que todas mis hermanas lo sentirían igual. Muchas gracias por los consejos, tía. ¿Querés que te devuelva el favor de alguna manera? ¿Querés que te la chupe?

—No, quiero que me la metas por el culo.

—¿En serio?

—Sí, quiero me des bien duro —me agarró la pija, que enseguida se me puso dura—. Decime, Nahuel… ¿te sentís con la confianza suficiente como para ganarte la oportunidad de metérmela por el culo? Porque sino, no me hagas perder el tiempo.

—Ah… ya veo… em… mejor lo dejamos para otro momento. Me vendría bien practicar un poco más.

—Ok, si necesitás practicar, tenés muchas opciones. Yo te di varias clases de “educación sexual”, esa etapa ya la pasamos. No me busques para “practicar”. Buscame cuando quieras rendir un examen final.

—Entendido.

En ese instante me dije: “Nahuel, tenés que esforzarte al máximo”. Y comencé mi rutina de entrenamiento intensivo.

*Suena música de Rocky Balboa*

Dediqué todo el resto del tercer día y la cuarta jornada completa para chupar tantas conchas como pude. Arranqué con mi mamá, Alicia se mostró muy abierta (y no solo de piernas), me dio algunos consejos que sumé a los que me había dado Ayelén. Alicia me recompensó con una chupada de pija, aunque no logré conseguir más. Sin bajar los brazos, continué con Gisela. Ella se puso muy exigente y salvaje. Se sentó en mi cara y me inhibió tanto que no conseguí un gran resultado. Tuve que irme con las manos vacías.

Mi intento con Macarena tampoco fue el más fructífero. Ella me pidió que se la chupara estando acostada boca abajo, porque estaba entretenida con la concha de Tefi. Aproveché para chuparle un poco el culo, cosa que también sumaba puntos para el campeonato, lo sé porque vi a Alicia chupándole el culo con mucha intensidad a Gisela y ésta le dijo que si seguía así, ganaría el primer puesto. Yo quedé lejos de eso, pero al menos conseguí que Maca me la chupara un ratito.

Y así seguí, probando, fracasando, y consiguiendo pequeñas recompensas. En ocasiones me fui con el gran premio de meterla en la concha de alguna, y cada vez fueron menos las veces que me fui con las manos vacías. Al menos conseguía que me comieran la verga. Incluso Tefi tuvo que chupármela un buen rato, a pesar de que me aseguró que no lo conseguiría.

Todo el tiempo escuchaba una voz en mi cabeza que me decía: “Vamos, Nahuel… no te rindas, vos podés. Seguí así”.

Busqué a todas (menos a Cristela) al menos una vez, con algunas probé varias veces. En especial con Pilar… sabía que chupársela a ella era garantía de meterla por la concha, aunque la desgraciada no me dio el “excelente” que necesitaba para metérsela por el culo.

Pero esto no me detuvo. Seguí adelante, aunque a veces terminara agotado. Esto se convirtió en un verdadero desenfreno sexual, no hay persona en mi casa que pase más de una hora sin tener sexo con alguien… a menos que quieran dormir.


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Al día siguiente se generó una situación que, desde la perspectiva de mis hermanas, se vio algo controversial. Claro, ellas entraron a mi cuarto sin haber visto todo lo que ocurrió antes. Me encontraron con la tía Cristela en cuatro patas sobre la cama, mientras yo le taladraba el culo. La tenía muy dura y estaba feliz de poder metérsela por allí, en especial porque ella acompañaba la culeada con magníficos movimientos de cadera y unos gemidos que erizan la piel. Y ni hablar de cómo se sacuden sus tetas y sus nalgas con cada una de las embestidas.

—Ay, sí… sí… dame, dame… rompeme el culo… uy, qué rico…

—¡Hey, eso es trampa! —Protestó Tefi. Entró acompañada de Ayelén, Gisela, Macarena y Pilar… seguramente todas fueron atraídas por los gritos de Cristela—. Se supone que Nahuel debe ganarse la oportunidad de meterla por el culo.

—Eso… tiene que chuparla excelente —añadió Macarena.

—Uf… no se metan, putas —chilló Cristela—. Nahuel se ganó el derecho de darme por el culo.

— ¿Ah si? ¿Y se supone que debemos creerte? —Preguntó su propia hija—. Últimamente te la pasás pidiendo “favores anales” a cualquiera que tenga un strap-on. Te morías de ganas de que Nahuel te la metiera por el culo.

—Así es; pero eso no quita que él se lo haya ganado. No les hagas caso, Nahuel… seguí dándome duro, que me encanta.

Eso fue exactamente lo que hice.

—Yo le creo —dijo Alicia, que entró en ese momento—. Cristela entiende a la perfección las reglas del juego… si dice que Nahuel se lo ganó, entonces es cierto. —Mi madre se sentó en la cama justo frente a su hermana y abrió las piernas, para que ella le chupara la concha—. Estuvo practicando mucho… la última vez que lo hizo conmigo, terminé toda cogida… aunque por la concha. Todavía le faltaba un poquito de práctica… aunque no demasiado.

—Bueno, a mí también me la chupó muy bien —dijo Ayelén—. La última vez también me cogió; pero de hacerlo muy bien a hacerlo excelente hay una diferencia.

—No protesten —dijo Gisela—. Nahuel ya nos cogió a todas al menos una vez. Era cuestión de tiempo que consiguiera metérsela por el culo a alguien.

—A mí me cogió dos veces —dijo Brenda, quien acaba de asomarse dentro de la pieza—. Aunque todavía me debe una buena sesión de sexo anal.

—Y la vas a tener, chiquita —dijo Cristela—. Te puedo asegurar que la próxima vez que te la chupe, vas a terminar con el culo bien roto. Ahora, si no les importa… quiero coger con mi hermana y mi sobrino. Si no tienen nada mejor que hacer, vayan a chuparse las conchas entre ustedes.


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Después de haber conseguido metérsela por el culo a la tía Cristela, me sentía mucho más confiado… y el sexto día fui por el culo de Tefi. Aunque antes se la tenía que chupar, por supuesto.

—Vas a tener que esforzarte más, hermanito —me decía Tefi—. Te noto la pija muy dura, sé que te morís de ganas de meterla; pero si no me la chupás mejor, vas a conseguir nada.

—Estoy haciendo mi mejor esfuerzo —aseguré.

Reanudé la tarea, empleé todo lo que había aprendido. Le di mucho énfasis al clítoris, generé momentos de intensidad y de calma, le metí los dedos, los saqué. Moví la lengua de formas que ni sabía que la podía mover… pero nada parecía funcionar.

Creí que para este momento, después de haber practicado tanto, ya lo tendría dominado. Estaba convencido de que había logrado desarrollar una técnica eficaz. No entiendo por qué con Tefi no está funcionando. Ya me duelen las rodillas de estar agachado frente al sofá. A ella se la ve muy cómoda, con las piernas completamente abiertas.

Miro a mi alrededor, intentando encontrar a alguien que me asista. Mi mamá está gimiendo y disfrutando mucho de la chupada de concha que le está dando Pilar. Tiene los ojos cerrados y no me está mirando. En los colchones del piso están Gisela y Macarena haciendo un 69, tampoco me pueden ver, tienen la cabeza metida entre las piernas de la otra. Brenda está en cuatro patas en el piso recibiendo una dura cogida anal, cortesía de Cristela, que eligió un dildo tan ancho como mi pija y la está castigando sin misericordia. Los gritos de Brenda es lo que más se escucha. Fue buena la idea de usar música para enmascarar los sonidos de esta especie de orgía familiar, de lo contrario los vecinos comenzarían a sospechar.

La única que no tenía pareja era Ayelén, estaba en uno de los sillones individuales masturbándose mientras observaba toda la escena.

—Te está mintiendo —dijo, cuando nuestras miradas se cruzaron.

—¿Qué?

—Sí, Tefi te está mintiendo.

—Yo no estoy mintiendo —se defendió mi hermana.

—Nena, conozco muy bien la cara que ponés cuando estás caliente. Sé que tu hermano te está chupando muy bien la concha —se puso de pie y se acercó a nosotros—. Estás haciendo trampa.

—No estoy haciendo trampa… solo —Tefi comenzó a reírse—. Solo quiero molestar un poco a Nahuel… obligarlo a esforzarse más.

—¿Viste? Te dije que mentía.

—Ah, no… yegua malparida —me puse de pie con la pija palpitando de rabia—. Ahora vas a ver, esta me la vas a pagar. Te la voy a meter toda.

—No me vas a meter nada —dijo entre risas. Intentó escaparse pero Ayelén la detuvo.

—Merece que le des bien duro, por mentirosa —dijo mi prima… bueno, prima y hermana. Es complicado—. Y por el culo, porque estoy segura de que se la chupaste muy pero muy bien.

—Sí, le voy a dar por el orto —dije, forcejeando con Tefi para que se diera vuelta.

—Rompele el culo a esta puta.

—Ay, no… no, sueltenme…

Tefi y Ayelén se reían en el forcejeo. La estaban pasando bien. Me conmovió que Ayelén se pusiera de mi lado e intentara ayudarme. Era su forma indirecta de decir que quiere hacer las paces conmigo. Acepté la tregua.

Estefanía quedó con el culo apuntando directamente hacia mí, mientras Ayelén la sostenía con fuerza. Por más intentos que haga por escaparse, no lo va a conseguir. No tiene fuerza suficiente como para superarme a mí y a Ayelén trabajando juntos. Puse la verga en la entrada de su culo y empecé a meterla.

—Ay, no… no… me vas a romper el orto… no, soltame…

—Te va a romper el orto por sucia tramposa —le recordó Ayelén mientras la verga iba entrando más y más.

Tefi tenía una buena dilatación, unos minutos antes estuvo recibiendo el mismo tratamiento anal que ahora Cristela le está dando a Brenda… y chilló como puta igual que ella. Yo pude verlo mientras mi mamá me chupaba la verga… fue un gran espectáculo. Me gustó tanto que terminé dándole de tomar la leche a Alicia… y ella lo agradeció mucho tragándosela toda.

Pero mi verga ya había recuperado la rigidez de antes y estaba lista para otra batalla, en esta ocasión contra el culo de Estefanía.

—Ay… no… auch… me duele…

—Mentira, qué te va a doler… si mi mamá te rompió el orto con el dildo, ya lo tenés re abierto. Dale duro a esta puta.

La hundí casi hasta el fondo, clara señal de que el culo de Tefi estaba muy bien dilatado.

—Uhhh… por dios… auch… eso ah…. casi me partís al medio de un pijazo, pendejo… ah…

—Te lo tenés merecido, por no decirme la verdad. Y yo creyendo que te la estaba chupando mal —empecé a darle duras embestidas.

—Mamá, ayudame… auch, Nahuel me va a romper el culo —chilló Tefi.

—Lo siento mucho, hija… te lo merecés. Rompele el culo Nahuel. Dale con todo.

—Ay, pero mami… me tendrías que defender a mí… auch… auch… soy tu hija.

—Las reglas fueron muy claras, Tefi. Tenías que ser honesta, y no lo fuiste. Ahora habrá consecuencias. Merecés que te rompan el culo.

—Eso mismo —dijo Macarena a mi espalda, de reojo vi que ella y Gise se habían sentado en el sofá para admirar este espectáculo—. Rompele el culo, por tramposa.

—Sí, dale duro… —me alentó Gisela—. Se lo merece. Y de paso que le chupe la concha a Ayelén, para que pague con intereses.

—Me parece una excelente idea —dijo Ayelén, y comenzó a presionar la cabeza de Tefi para abajo—. Dale, chupá… chupá… tramposa de mierda.

—Y nada de quejarse —le dijo mi mamá—. A chuparla. Vos conocías las reglas del juego desde el principio.

—Ufa… está bien…

Resignada Tefi tuvo que bajar la cabeza y comenzar a lamer la concha de Ayelén, entretanto yo cobré venganza contra su culo. Le di tan duro como lo había hecho la tía Cristela momentos antes. Ahora los gemidos de Tefi competían con los de Brenda, Macarena se vio obligada a subirle el volúmen a la música.

Mientras le daba duro a Tefi, Gisela se me acercó con una jarra de cerveza bien fría. Esto ya parecía una especie de discoteca donde todo el mundo podía coger libremente.

—Hacela sufrir a esta putita —me dijo—. Ella se lo buscó.

—Así es —dijo Ayelén—, y creo que lo buscó a propósito… mirá… se nota que le gusta que le den duro. ¿No así, putita?

Tefi no respondió, pero sus gemidos y la forma en que chupaba la concha de Ayelén nos dejó en claro que la estaba pasando de maravilla. Eso me incentivó a darle con más ganas… y la recarga con cerveza fría ayudó mucho. Me permitió acelerar el ritmo, darle duro, como lo hubiera hecho un actor porno. Tefi chilló y se sacudió; pero ya no intentó huir.

Estuve dándole durante un buen rato, mientras las mujeres de mi familia me alentaban a seguir y a metérsela más duro. Para mí fue uno de los mejores momentos del concurso. Coroné este momento de victoria llenando la cara de Tefi con semen… y ella permitió que Ayelén se la limpiara toda con la lengua. Después entre las dos me la chuparon un rato, para tomarse hasta la última gota de esperma.


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Con Brenda caímos rendidos a la cama, por fin pude ganarme la oportunidad de metérsela por el culo. Fue alucinante. Ella se mostró tan contenta como yo de que pudiéramos hacer eso. Su culo recibió mucho castigo durante estos días, en especial por parte de Gisela y Cristela; pero en ningún momento se quejó cuando se la metí. Al contrario, me pidió que lo hiciera tan fuerte como me fuera posible… y así lo hice. Le dí duro y parejo, sin detenerme, durante varios minutos, hasta que acabé dentro de ella.

Estaba intentando recuperar el aliento cuando la vi a los ojos. Me pareció preciosa, tanto que sentí cómo el corazón se me estrujaba. La besé en la boca sin dudarlo y ella respondió con la misma pasión.

—¿A qué se debió eso? —Me preguntó.

—¿Eh? Solo fue un beso… ¿te molesta que te bese?

—No, para nada, Nahuel. Me encanta que me beses. ¿Sabés una cosa? Me caés tan bien… y cogés tan lindo, que si las circunstancias fueran diferentes, te pediría que fueras mi novio. ¿Te acordás cuando nos hicimos pasar por novios durante unos días? Ahí descubrí que sos super amoroso, atento, simpático… divertido. En fin, sos un excelente candidato. Me gustás mucho.

Me senté en la cama sin dejar de mirarla a los ojos, esta confesión me dejó con el corazón en un puño y el cerebro hecho un flan.

—¿A qué te referís cuando decís “si las circunstancias fueran diferentes”? ¿Qué nos impide ser pareja? O sea… a mí también me gustás mucho.

—Gracias, me hace muy bien escucharlo —acarició mi verga, ya flácida, y me dedicó una sonrisa que me derritió—. Pero si fuéramos pareja, estaría compitiendo todo el tiempo con tu hermana… y no quiero eso. No sería sano.

—Pero… pero… si Gisela ya dijo que te ve como una amiga, y no como su pareja.

—No hablo de Gisela, sonso.

—Ah… —una vez más, me dejó descolocado y aturdido.

—Es obvio que te pasa algo con Tefi. Lo puedo notar en todo: en la forma en que la mirás, en cómo hablás con ella… y en cómo te la cogés. Dios… ya quisiera yo que me cogieras una sola vez con las mismas ganas que te la cogés a ella.

—Creo que recién lo hice con muchas ganas.

—Uy, sí… me va a quedar doliendo el culo durante unas horas. Me encantó, de verdad. Pero… cuando estás con Tefi… es algo especial. Salta a la vista. Todas en la casa se dieron cuenta de eso, hasta tu mamá. ¿Por qué te creés que ella quiere prohibir el incesto en esta familia? Tiene miedo que a vos y a Tefi se les ocurra ser novios o algo así… imaginate, si hasta rechazó la oportunidad de estar en pareja con su propia hermana, que es la mujer que más ama en el mundo, solo porque le da miedo que vos y Tefi quieran hacer lo mismo.

— ¿Y cuál sería el problema si decidimos hacerlo? Es decir, no hay una persona en esta familia que no haya pasado por el incesto. Todas lo disfrutaron en más de una ocasión. Si mi mamá y mi tía se quieren tanto como para estar juntas, deberían hacerlo. Contarían con todo nuestro apoyo.

—Eso lo saben; pero con vos y Tefi es distinto.

—¿Por qué? ¿Qué tiene de diferente? Me parece injusto… si Alicia quiere tener como pareja a su propia hermana.

—Cristela no puede dejar embarazada a Alicia, Nahuel. Ni Alicia puede embarazar a Cristela. ¿Entendés adónde quiero llegar?

Lo entendí perfectamente. Fue como un baldazo frío de realidad. Leí muchas veces sobre los conflictos genéticos que pueden tener los hijos que son fruto de una relación incestuosa. Ese es el principal miedo de mi mamá… y aunque me duela reconocerlo, tiene razón.

—Yo no quiero tener hijos —aseguré.

—Eso lo decís ahora, que tenés dieciocho años. Cuando seas más grande quizás cambies de opinión… y Tefi también.

—Entonces… con más razón, si no puedo estar con Tefi… ¿por qué no puedo estar con vos?

—Ya te lo dije, Nahuel. Por más que no estés físicamente con ella, siempre vas a estar pensando en Tefi. Yo no puedo competir contra tu hermana… ni quiero hacerlo. Tengo que pensar un poquito en mi propia felicidad.

Me di cuenta que Brenda es una chica muy madura y perspicaz, eso hizo que me gustara aún más. Y otra vez me duele reconocer que tiene razón.

—No sé qué decirte.

—No hace falta que digas nada —volvió a acariciar mi verga—. Aunque considero que necesitás tener una buena charla con Tefi… y a su vez, Tefi debería hablar con Ayelén.

—¿No lo hicieron ya?

—No, le pregunté a Tefi si ya había aclarado sus asuntos con Ayelén y me dijo que no. Aunque ya se llevan mejor. Espero que consigan hacer las paces de forma definitiva.

—Yo también lo espero… y gracias, Brenda, por ser tan sincera. Te voy a extrañar mucho cuando ya no vivas acá.

—Por eso no te preocupes, podés llamarme para coger todas las veces que quieras, siempre voy a estar dispuesta a hacerlo… al menos mientras siga soltera.

—Y si alguna vez supero esto que me pasa con mi hermana, te aviso…

—No creo que eso ocurra; pero bueno… ¿querés que te la chupe?

—Em… no sé, ahora necesito pensar en muchas cosas.

—Ok, pensá tranquilo… mientras tanto yo te la chupo.

—No hace falta, en serio…

—Ay, Nahuel… que no lo hago por vos. Tengo ganas de comer pija… y si no aprovecho ahora, después me van a ganar de mano las otras putas.

—Ah, en ese caso, adelante…

Brenda se la tragó toda y en pocos segundos consiguió ponerla dura otra vez. Yo cerré los ojos y me sumergí en mis pensamientos.



—-------


La fecha límite para el concurso llegó. Había pasado una semana desde su comienzo y solo quedaba una cosa: decidir quién lo había ganado. Por eso estábamos todos reunidos en el living. Pilar y Gisela habían preparado una inmensa torta de chocolate, crema y frutillas para celebrar. Estaba deliciosa, la acompañamos con un buen café colombiano, cortesía de Tefi. Ni siquiera quiero preguntar cuánto gastó en esto. Un kilo de café calidad premium no debía ser nada barato. Pero como ella misma dijo: “La situación lo amerita”.

—Muy bien ¿tienen en mente quién pudo haber ganado? —Preguntó Macarena, mientras se atragantaba con torta de chocolate.

Por supuesto, estábamos completamente desnudos. De verdad me gusta compartir estos momentos tan mundanos viendo a mis hermanas sin nada de ropa y que eso no les importe en lo más mínimo.

—Yo tengo algunas dudas —dijo Pilar—, pero al menos sé quiénes fueron las mejores.

— ¿Viste, hermanito? Dijo “las” mejores —comentó Tefi—. Eso significa que vos no estás ahí.

—No importa, sé que no hay chances de que yo gane. Me alegra haberlo hecho lo suficientemente bien para poder darte por el culo… y tres veces —en los últimos días de desenfreno sexual, el culo de Tefi sufrió en tres ocasiones porque no le quedó más alternativa que decir la verdad y afrontar las consecuencias.

—A mí me pasa como a Pilar —dijo Cristela—. La competencia está muy reñida.

—Hagamos una cosa —sugirió Macarena—. Cada una va a mencionar a las que consideren las tres mejores, sin ponerles un orden específico. La que más votos reciba al final, será la ganadora. Eso sí, tienen que ser absolutamente sinceras. De lo contrario no sirve de nada.

—Me parece buena idea —dijo Pilar—. Empiezo yo. Mis votos van para Gisela, Cristela y Ayelén.

—Hey, ¿y yo? —Protestó Macarena—. Fui la que te llevó a tus primeras experiencias lésbicas.

—Sos buenísima, Maca; pero ellas me parecieron mejores.

—Yo voto por Cristela, Alicia y Macarena —dijo Ayelén. Nos sorprendió la tranquilidad con que lo dijo, a pesar de que Alicia vendría a ser como su “archienemiga”, la votó como una de las posibles ganadoras. También votó a Maca… y nunca se llevó especialmente bien con ella.

—Bien, para mí las ganadoras están entre Brenda, Alicia y Ayelén —dijo Gisela—. ¿Para vos quiénes fueron las mejores, Maca?

—Mis votos van para Tefi, Gisela y… aunque me cueste admitirlo, Ayelén. ¿Y vos, mamá?

—Voto igual que Pilar: Gisela, Ayelén y Cristela.

—Ay, me honra que hayas votado por mí, hermana —dijo la tía Cristela con una gran sonrisa—. Para mí también sos una de las posibles ganadoras. Mis otros votos van para Brenda y Ayelén.

—Ay, qué emoción —dijo Brenda—. Tengo dos votos, no lo puedo creer. Para mí las mejores fueron Gisela, por supuesto, Ayelén y Alicia. ¿Y vos, Tefi? Sos la única que queda, ya que Nahuel no puede votar.

—Justamente uno de mis votos va para Nahuel —eso quizás fue lo más sorprendente que escuché en toda la votación—. Se esforzó mucho. Aprendió a hacerlo muy bien. También voto por Gisela… y Ayelén.

Noté que Ayelén intentó esconder su sonrisa metiéndose un gran pedazo de torta en la boca. Seguramente le alegrará mucho saber que Tefi la considera una de las mejores.

—¿Se dan cuenta de lo que acaba de pasar? —Preguntó Macarena—. Hay una ganadora indiscutida. Todas votamos por Ayelén.

—¿Gané? —Preguntó la rubia, sorprendida.

—Eso parece —dijo Alicia—. La única que no votó por vos, fuiste vos misma. Pero todas consideramos que sos una de las mejores.

—Genial —dijo, tomando un sorbo de café.

Hizo como si el triunfo no le importara demasiado, sin embargo yo sé que estaba cometiendo una inmensa alegría. Hasta tenía ganas de llorar, lo sé por sus ojos vidriosos. No lo va a admitir jamás, pero para ella era sumamente importante ganar este concurso. No solo porque no le gusta perder en nada, sino porque esta victoria simboliza el perdón. Es como si todas le estuvieran diciendo: “Te perdonamos por todo el daño que causaste, te queremos y te aceptamos como sos”. Y lo más importante, es que considero ésta una victoria muy sincera. No creo que mis hermanas se hayan puesto de acuerdo para que Ayelén ganara.

—Como premio —dijo Macarena—, te ganaste el derecho de pedirnos a todas que te chupemos la concha una vez, cuando vos quieras… y no nos podemos negar.

—Mmm… me gusta ese premio, en especial donde dice que no se pueden negar.

—Lástima que se haya terminado el concurso —dijo Pilar—, y que tengamos que volver a la normalidad. Aunque no podemos negar que nos divertimos.

—Sí, fue muy divertido… y excitante —aseguró Alicia—. Pero ahora habrá que seguir con nuestras vidas.

—Escuché que ya están vacunando gente —comentó Tefi.

Y esa noticia, que seguramente alegró a mucha gente en todo el mundo, para nosotros fue símbolo de tristeza y desazón.


—----------


Gisela fue la primera en conseguir turno para vacunarse y ese día noté que no era el único que sentía cierta desazón por estar llegando al final de un estilo de vida al que nos estábamos acostumbrando. Estos últimos días de puro desenfreno sexual fueron maravillosos, los mejores de mi vida. Lo más sorprendente es que no hubo discusiones de ningún tipo, por primera vez en años, todos en mi familia se estaban llevando bien con los demás… incluso con Ayelén.

Mi prima (y media hermana) parecía haber encontrado la paz y la alegría. Ya no hacía comentarios incisivos ni me molestaba a mí o a Alicia. Al contrario… nos demostró que tenía un cariño especial hacia nosotros. Hicimos muchos tríos juntos y ella nos pedía que por favor siguiéramos haciéndole de todo. Como si con esto quisiera compensarnos por tanto maltrato. Incluso llegué a escuchar cómo le decía a Alicia “Te quiero, tía”, justo antes de bajar a comerle la concha.

Yo sentía que aún tenía una charla pendiente con Tefi, porque en estos días solo nos limitamos a coger como animales cada vez que tuvimos la oportunidad de hacerlo.

—Bueno, al menos la pasamos bien —dijo Pilar, cuando Gisela regresó de su primera dosis de vacunación—. Ahora que terminó el concurso… ¿qué vamos a hacer?

—¿Y por qué tendríamos que dejar de “pasarla bien”? —Preguntó Macarena—. Propongo que sigamos cogiendo, que esto sea un descontrol total.

—Pero mamá dijo que teníamos que terminar con esto… —comentó Pilar.

—Y vamos a parar, las circunstancias nos van a obligar a hacerlo —dijo Maca—. Cuando ya todas estemos vacunadas, cada una tomará su rumbo. Ya no vamos a poder estar juntas para coger.

—No lo había pensado así —dijo Alicia—. Pero tenés razón.

—Entonces, mamá… ¿qué hacemos? —Preguntó Pilar—. La que decide sos vos.

Alicia mostró una sonrisa lujuriosa, si está muy excitada no es difícil convencerla.

—Que siga el descontrol, hasta que alguien decida mudarse. Mientras tanto, disfrutemos a pleno estos últimos días que tenemos juntos. Y de paso… podemos grabar muchos videos y sacar fotos, para tenerlos de recuerdo.

—Esa idea me gusta —aseguró Tefi—. Además de ahí podría salir mucho material para nuestros OnlyFans…

—Muy bien, aprovechemos que tenemos los colchones en el living —dijo Alicia—. Vamos a coger hasta que nos aburra.

—¿Y yo? ¿Ya puedo meterla cuando me dé la gana o me lo tengo que ganar otra vez?

—Ya te lo ganaste, Nahuel —dijo Gisela—. Ya no hace falta obligarte a chupar conchas, aunque seguí haciéndolo cuando tengas la oportunidad.

—Bueno —dije, acostándome en uno de los colchones—, si alguna tiene ganas de chupar pija, la espero.

—Yo quiero… —dijo Tefi al instante.

—Y yo también —añadió mi madre.

—Hey, compartan… yo también quiero —se sumó Cristela.

Y antes de que me diera cuenta, la boca de Ayelén ya estaba en mi verga, no sé ni de dónde salió ni cómo hizo para adelantarse a las otras. Tefi fue la segunda en prenderse a chupar. Alicia se acostó sobre mí, ofreciéndome su concha para que la chupe, y también se sumó a la lamida de verga. Después sentí otra lengua más… y otra… y otra.

—Che, dejen un poco de espacio, yo también quiero —dijo Gisela.

—Yo llegué primero —reclamó Ayelén.

—Si nos organizamos, hay para todas —escuché que dijo Brenda.

—Correte un poquito, nena, me estás clavando el codo en la costilla —le dijo Cristela a no sé quién.

Lo único que sabía era que todas estaban aprovechando cualquier milisegundo para darme potentes chupones en la pija. Se me puso sumamente dura. Tuve que empezar a lamer la concha de mi mamá, porque me la puso contra la cara, y eso me impidió ver lo que ocurría. No tardé mucho en darme cuenta que todas las mujeres de la casa estaban chupándome la verga al mismo tiempo, luchando entre ellas por ganar un poco de espacio.

—Auch… de a una —supliqué—. Ah… me van a arrancar la pija… despacito.

Eran verdaderas sanguijuelas, chupaban cada centímetro de mi miembro como si fueran ventosas. Y mis huevos… dios, parecía que me los querían arrancar a chupones. No sabía quién se estaba empeñando tanto en esta tarea, incluso era imposible saber si la boca que chupaba era la misma que antes o si ya había cambiado. Mi verga estaba en medio de un nirvana. Las sensaciones eran tantas y tan potentes que mi cerebro no podía asimilarlas todas.

Tanta sobrecarga de estímulos sexuales hizo que mi verga comenzara a palpitar como un volcán. Hasta fue doloroso sentir cómo el semen se acumulaba en mi miembro. Alguien me lo estaba apretando con mucha fuerza, como si no quisiera que yo acabase… y para colmo la concha de mi madre casi no me permitía respirar. Estuve a punto de gritar que tuvieran un poco de piedad conmigo, cuando la mano que aprisionaba mi verga se soltó y la explosión fue espectacular. Sé que mi semen saltó como si fuera una erupción. Imposible saber cuánto salió, pero fue una de las acabadas más potentes de mi vida. Fue como sentir toda mi energía sexual siendo succionada hacia a afuera de golpe. Estas putas, sedientas de leche, lamieron todo con devoción. Sé que se habrán pasado la lengua por sus caras, porque no creo que ninguna se haya salvado de recibir unas cuantas salpicaduras.


Diario de cuarentena:

<Se aproxima el final de esta larga guerra… y no sé si saldré con vida. El enemigo me supera en número y no tiene ni un gramo de misericordia. Espero que me recuerden por mis pequeñas victorias y que sepan que nunca me rendí>.   


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Comentarios

IonLitio ha dicho que…
Wow....que decir....me voló la cabeza la química entre Nahuel, Ayelen y Tefi... Me encantó...
Ya no puedo tener resentimiento con Ayelen, hizo un cambio de 180°....y espero que sea real y sincero (aunque se que es una historia)...en fin....un Excelente relato.
Emperor_69 ha dicho que…
A la verga, que buen principio del fin, mi polla está arrojando presemen, y sin tocarme, lo que le dieron a Nahuel prácticamente fue porque ya no lo podrán mucho, es mi opinión y se siente tristeza el que esta larga serie vaya a acabar, pero toda historia tiene su fin, hasta los imperios duraron Miles de años, pero no se puede vivir atado, no hay mal ni bien que dure cien años, felicidades Nokomi, eres la mejor, digo, si eres mujer, todo indica que si, te invito por favor a qué me des opinión a mis historias que estoy comenzando, buscame en Todo Relatos como Eduard28, mi principal historia es De Santurrona a Promiscua, gracias por inspirarnos a tantas pajas.
paneb2 ha dicho que…

En estos tiempos tan convulsionados y con tanta tristeza por doquier,
este es el tipo de final que esperaba, lleno de paz, de perdón. deseaba
que Ayelén volviera a ser una joven llena de amor(nunca fue mala) y lo
está logrando; igualmente Gisela está aprendiendo a perdonar.

Creo que tendremos un gran final. Gracias Nokomi, eres grande.
Emperor_69 ha dicho que…
Perdón,quise decir que lo que le dieron al pibe fue porque prácticamente ya no lo podrán ver mucho, fin.
chinitus ha dicho que…
Sinceramente me encanto cada momento del relato, al leer me metí tan tanto en el personaje de Nahuel que sentí que era yo, y se me hizo un nudo en el pecho cuando Brenda medio que lo rechazo, pensé que como venia la historia le iba a decir que si de una, pero esa vueltas que haces te hacen una excelente escritora. Y la verdad que aunque la odie en muchos capítulos me dio un poco de felicidad lo de Ayelen.
No veo la hora de ver como termina, aunque no quiero que finalice esta historia.
Ragnarok543 ha dicho que…
tremenda genia nokomi, solo queda decir gracias por tan magnifica historia mi favorita, mi unico deseo ahora es que alicia y cristela queden como pareja formal
Gabimaru ha dicho que…
Sin duda es la mejor historia de las que e leído, algunos capítulos quizá bajaban en ritmo pero en su mayoría fueron excelentes. También me gusto lo de la Milf mas deseada pero al final me incomodo y deje de leerla, pero esta serie al contrario te deja con una sensación de no querer que termine y que el tiempo pase aprisa para poder leer el próximo capítulo, gracias por esta serie tan cargada de comedia, drama y mucho erotismo.
Su trabajo me inspiro a incursionar en este genero, estoy escribiendo una especie de "laguna azul" en un mundo post apocalíptico nuclear con mutantes y pandillas jajajajaja ya veremos si me animó a publicar esta historia de amor filial ggggg
De nuevo gracias y felicitaciones por tan excelente trabajo.
Kei ha dicho que…
Grandioso capitulo... Maravillosa escritora, sin duda extrañare tanto esta serie, en verdad son pocos los autores que cómo tú, dejan esa inquietud para seguir leyendo, que describen tanto la historia y que saben crear a cada personaje.

Dolerá ver este final y me encantaría que tal y como lo haces, sea un final que nadie espera.

Ojalá te animes a crear alguna historia que no alejada del erotismo y morbo, sea una historia de comedia y amor. Tal vez algdo un poco diferente, me gustaría conocer otra temática en tus relatos o si es que ya los tienes. Dónde podria leerlos?...

Saludos y muchas felicitaciones por tan grandiosa labor
RojanKhxzr ha dicho que…
Me alegra haber estado en esta historia desde el principio y ver como aya está cerrando es hermoso. Muchas felicidades Nokomi, creas maravillosas tramas.
Cheche ha dicho que…
No quiero que termine, no quiero que termine! 😭
Aunque el cambio de Ayelen fue de un día para otros y lo sentí un poco forzado me encantó porque yo siempre supe que ella en el fondo no era una maldita jajaja
Mi personaje favorito es Alicia 😍 y mi segundo personaje favorito es Estefanía pero es solo por favoritismo porque todas las mujeres son encantadoras.
Todas en esa familia son mujeres con las que cualquiera soñaría y lo digo en serio.
Por ejemplo mi novia tiene mucho de Brenda 🥰🤤
Se que no es mi decisión pero me encantaría que después de terminar esta sería sacarás especiales de esta y otras como: "Aislado entre mujeres - fiesta de navidad" o "Strip poker en familia - vacaciones sol arena y sexo" o "Un fin de semana con mis hermanas - Luci consigue trabajo" jajaja no se 😂 hablo de capítulos random así jajaja
Shrek los tiene, por qué no el Nokomiverso?! 🙇🏻‍♂️😇
Pero quiero ver qué pasará con Tefi y Nehuel 😍😍😍
Dakon ha dicho que…
Que si me imaginé a Nahuel comiendo concha con música de Rocky de fondo?
Bro, puse el soundtrack mientras leía el cap jaja
Se acerca un gran final y toda la nostalgia que acarrea. Definitivamente, mi favorita del Nokomiverso
Nokomi ha dicho que…
El capítulo 66 (y FINAL) de "Aislado Entre Mujeres" ya está disponible para los que me apoyan en Patreon. Lo voy a publicar acá el 17 de Septiembre.
LionC ha dicho que…
Soy el único que le está dando nostalgia ver que esta obra llega a fu fin? Casi se me sale una lagrimita del ojo por que mi verga ya esta llorando a mares de leche, te amo nokomi.
David Duran ha dicho que…
Hola Nokomi, e aqus la primera vez que te escribo. Primero felicitarte por esta gran obra erótica, de todas tus obras es mi favorita. Soy un madurito español de buen ver y aficionado a los relatos eróticos. También soy dibujante y estaría encantado en hacerte algún dibujo de tus personajes o tal vez dibujarte a ti. Estaría bien hacer un cómic de "aislado entre mujeres" pero eso ya son palabras mayores, mucho trabajo aunque se podría hablar.
Si estás interesada te puedes poner en contacto conmigo por email:
daviduran2021@hotmail.com
Saludos y besos
NARKD ha dicho que…
Hola nokomi. Leo tus relatos desde la primera versión de stick poker.
Sinceramente en el principio no leía nada respecto al incesto. Pensaba que no era necesario y que moralmente no debía leerlo.
Pero es que en todas tus historias los personajes son tan vivos. Tan emocionales y reales que dices woow. Y cuando leí la milfs más deseada me quedé mudo. Digo quien llora en un relato erótico. Sentí una necesidad de comentar cuando Termino la milf más deseada pero no lo hice por qué quería realizar una ilustración. Pero con el.paso del tiempo no pude hacer algo que valiera la pena.
Luego termino stip poker. Fin de semana. Y tenia ese sentimiento de quiero demostrar mi aprecio. Actualmente tengo varios bocetos de las chicas de aislado. Pero lamentablemente mi PC murió.
Y es que le tengo un cariño enorme a esta historia que me acompaño momentos difíciles. Por qué más allá de lo lo erótico. Los momentos cotidianos y de cariño son los que más gustan.mi capitulo favorito es la revelación de tefi cuando vende fotos. Nunca llore tanto en mi vida. Y realmente te agradezco de corazón tu trabajo tu esfuerzo y dedicación. Muchas gracias.

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