Aislado Entre Mujeres [66] [FINAL].

 

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Aislado Entre Mujeres.









Capítulo 66.


Salgan al Sol.




La campaña de vacunación fue un éxito a nivel mundial. La mayoría de los miembros de mi casa ya recibieron su segunda dosis. Tefi, Ayelén y yo somos los únicos que solamente nos vacunamos una vez. Al ser los más jóvenes también somos los que menos riesgo corremos si es que nos contagiamos. Alicia quería que nos quedemos todos encerrados hasta que el total de la familia ya tuviera la segunda dosis, pero fuimos justamente nosotros, los más jóvenes, los que les dijimos que aprovechen para salir un poco…

—Siempre y cuando cumplan con las medidas de prevención —pidió Alicia.

—Sí, mamá… quedate tranquila —dijo Macarena—. No tenemos pensado ir a una fiesta llena de gente. Solo queremos aprovechar para buscar algún departamento económico para alquilar. ¿No es cierto, Gise?

—Así es. Con Brenda ya empezamos a consultar por teléfono algunas inmobiliarias.

—Espero que no empieces con otra crisis de pánico —le pidió Cristela a su hermana—. Con la última ya tuvimos suficiente.

Esa crisis a la que hacía referencia ocurrió por dos motivos: mi madre empezó a sufrir los efectos del “Síndrome de nido vacío” al darse cuenta de que algunas de sus hijas se mudarían y porque Cristela la invitó a caminar por la ciudad, ir a una plaza… ver un poco de cielo. Incluso mi tía quiso alentarla haciendo sonar una canción de rock muy vieja llamada “Salgan al Sol”, de un tal Billy Bond. Ni idea de quién es este señor. Aunque debo reconocer que la canción me pareció simpática. Hubiera sido una tontería hacerla sonar en una radio durante el aislamiento obligatorio, porque justamente incitaba a la gente a salir a la calle; pero para este momento parecía muy apropiada.

Tardamos casi dos horas en tranquilizar a Alicia y nos hizo prometer que no la obligaríamos a “salir a pasear” y que no nos mudaríamos todos al mismo tiempo. Incluso yo añadí que no me mudaría hasta que ella cumpliera noventa años y tuviera que internarla en un geriátrico. Esto, a pesar de que lo dije en tono de broma, la tranquilizó mucho.

Creo que el momento exacto en el que Alicia empezó a sentir los efectos del “Síndrome de Nido Vacío” (como le gustaba llamarlo a Macarena), fue cuando Pilar anunció que se iba a mudar. Pretendía compartir el departamento con Maca, lo alquilarían a medias. Me sorprendió mucho que Pilar decidiera mudarse; sin embargo, luego de una charla con Gisela, entendí que Pilar buscaba libertad. Quería estar lejos de mamá en el caso de que conociera a un buen amante… o una buena amante. ¿Y dónde encontraría más libertad que junto a Macarena?


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Mientras llegaban las últimas dosis de la vacuna, el clima en mi casa se fue enfriando. Ya no vivíamos en un libertinaje permanente. Quizás porque ya nos estábamos aburriendo de tanto sexo desenfrenado, o porque Alicia cada vez ponía peor cara ante el asunto y no dejaba de repetir: “Ya deberíamos ir cortando con todo esto, me lo prometieron”.

Ella seguía acostándose con alguna de sus hijas, pero más que nada lo hacía con Brenda y con Ayelén. Más allá de que estas dos le calientan un montón, me dio la impresión de que buscaba coger con ellas porque eran con las que menos vínculo familiar tenían. Brenda ni siquiera es pariente y Ayelén es su sobrina, y entre cogerte a tu hija y a una sobrina… hay diferencia. A quien más evitó mi madre fue a mí, y como lo noté no le insistí. Eso sí, pasé unas noches de lo más intensas con la tía Cristela, a las cuales una vez se sumó Macarena y otra vez Pilar. Otro momento destacado de estos días fue el tremendo trío que hicimos Brenda, Gisela y yo… esa noche Gisela estuvo más puta de lo normal y me permitió darle muy duro por el culo durante largo rato, mientras Brenda le comía la concha.

Con Tefi estuve una sola vez, y fue un raro trío con Pilar. Noté que Pilar se sentía algo rara y cuando le pregunté qué le ocurría dijo que, por alguna razón, le resultaba muy fácil coger con Macarena; pero se le hacía muy extraño hacerlo con Tefi. Como que ya se había hecho la idea de que a Tefi no le gustaban las mujeres… pero bien que le comió la concha. Igual esto no nos impidió disfrutar del trío. Ni tampoco fue la última vez que vi a Pilar y a Tefi dándose una chupada de concha mutua.

Cuando por fin ya todos estuvimos vacunados con la segunda dosis, llegó el momento de salir al sol.


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La primera toma de contacto real con “el mundo exterior” fue un partido de fútbol con mis amigos del club. Hicimos un siete contra siete en la cancha de césped sintético. Tefi y Pilar, que andaban aburridas, decidieron acompañarme. A Alicia no le hizo mucha gracia que nos juntáramos con tanta gente. No quería que vayamos. Pero mientras nosotros salíamos de casa, Cristela la llevó a su cuarto y se encargó de distraerla. Sabemos que eso terminó en sexo duro, a pesar de que ese tipo de acciones ya deberían ir terminando. Cristela convenció al decirle “Podría ser la última vez que cogemos juntas”.

El partido estuvo muy bien, fue bueno reencontrarme con varios de mis amigos después de tantos meses de aislamiento. Me enteré que algunos de ellos llevaban haciendo vida prácticamente normal desde hacía meses. Incluso me recordaron que varias veces me invitaron a salir. Les dije que yo no tuve tanta suerte porque mi mamá se tomaba muy en serio el asunto del virus. Aunque la verdad es que hubiera rechazado sus invitaciones aunque Alicia me hubiera dado permiso para salir. En ese entonces prefería quedarme en casa, disfrutando de los últimos días de sexo defrenado.

—Debió ser muy aburrido —me dijo Sebas, mientras nos cambiábamos en el vestuario, antes de iniciar el partido. Él es uno de los que podría meter en el grupo de “mejores amigos”.

—No te creas, nos las ingeniamos para divertirnos, dentro de la medida de lo posible. Nunca me sentí solo, en mi casa somos un montón.

—Ah, que suerte… para mí tampoco estuvo tan mal, me la pasé jugando a la Xbox —Él tenía Xbox y yo PlayStation, un motivo de discusión eterna que nos impedía jugar juntos un montón de juegos—. Lo que sí costó fue pasar tantos meses sin ponerla —Hubo un tiempo en el que pensaba que Sebas alardeaba de sus “conquistas sexuales” y que se trataba de puro palabrerío. Hasta que conocí a dos o tres chicas que pudieron corroborar que él sí tenía suerte cuando se trataba del sexo opuesto. Y no es tan difícil de creer, ya que es un chico bastante apuesto, de pelo negro y ojos verdes—. ¿Y si me presentás a una de tus hermanas? Tefi es re linda…

Todo mi sistema nervioso se puso en alerta. No me molestaría que Sebas tuviera sexo con alguna de mis hermanas, de verdad… solo me jodería (muchísimo) si lo hace con Tefi. Y quizás un poquito con Gisela… aunque Gisela es demasiado para él. Sebas nunca sobreviviría a un encuentro de sexo intenso con mi hermana mayor.

—Em… bueno, lo voy a pensar —respondí evadiendo un poco la pregunta—. Aunque Tefi no es la única hermana que tengo. Y también está mi prima, Ayelén… ella también es muy linda.

—No, Ayelén no. Ni loco. Esa pendeja está re loca. Una vez le miré el culo y me dijo que si volvía a hacerlo, me cortaría las pelotas y me las haría comer.

—Eso suena como algo que Ayelén diría. Ok, descartada… pero todavía hay opciones. Bueno, el partido ya va a comenzar… vamos.

—Espero que no estés tan oxidado. De todos nosotros sos el único que juega más o menos bien. Te necesitamos.

Durante el partido hice todo lo posible. Estoy oxidado, de eso no me caben dudas; pero al menos pude mantener intacta la dignidad. Empezamos perdiendo dos a cero y luego empatamos con dos goles míos. En cada uno de estos goles me llegaron, desde la tribuna de madera, los gritos de celebración de mis hermanas. No había mucha gente y la mayoría parecía estar a favor del equipo contrario, por lo que agradecí tener un poco de apoyo. La más efusiva a la hora de festejar era Pilar. Gritaba, saltaba y agitaba los brazos por encima de su cabeza. Me pareció gracioso cómo sus grandes tetas rebotaban para todos lados, para colmo ella había optado por usar una blusa ligera y escotada. Pensé que en cualquier momento una de sus tetas saldría a festejar con ella. Por suerte esto no ocurrió, aunque sí hubo momentos en los que casi ocurre.

Al final perdimos, mi equipo erró muchos goles y yo fui el único que consiguió anotar. Al menos fue un digno marcador de cinco a cuatro. Dimos batalla. Mis hermanas me consolaron con un abrazo cada una y cuando volví al campo de juego me encontré con Sebas.

—Estuvimos muy cerca de ganar —le dije.

—Ajá…

—Si no hubieras errado el tiro que mandaste por encima del travesaño, al menos hubiéramos empatado —esto se lo dije medio en broma, sinceramente no me importaba demasiado el resultado del partido.

—Sí, puede ser…

—La próxima vez nos va a ir mejor.

—Ajá…

Me di cuenta de que Sebas no estaba prestando atención a nada de lo que yo decía. Tenía la mirada perdida, en dirección a mis hermanas. De pronto el sudor de mi cuerpo se enfrió. Seguramente ya estaba imaginando todo lo que podría hacer con Tefi.

—Che…. tu hermana —dijo por fin.

—No creo que a Tefi le intereses mucho —dije, en un movimiento cobarde y desesperado.

—No, no… me refiero a la otra. ¿Cómo es que se llama?

—¿Pilar?

—¡Qué pedazo de tetas que tiene!

El alma me volvió al cuerpo. Siento un gran afecto hacia Pilar, pero no es la misma clase de sentimientos que tengo por Estefanía. Me pareció fantástico que Sebas estuviera tan embobado con ella.


Diario de Cuarentena:

<Sabemos lo que está pensando, cadete Nahuel. Es una táctica cobarde; pero es lo mejor que tenemos. En el cuartel miraremos hacia otro lado y diremos que usted hizo lo que se debía hacer. El honor solo le sirve a los que mueren en combate>.


—Si te gusta Pilar, deberías intentar algo con ella —le dije.

Vi esto como una oportunidad para que tanto yo como Pilar ganemos algo. Yo mantenía a Sebas lejos de Tefi y Pilar podría llegar a conseguir su tan añorado “Príncipe Azul”, aunque este boludo no tiene nada ni de príncipe ni de azul. De todas maneras, sigue siendo una buena opción.

—¿Creés que tengo alguna oportunidad con ella?

—Absolutamente —Pilar podría llegar a odiarme por esto, pero en tiempos de desesperación uno toma medidas desesperadas—. Mirá, te la voy a hacer corta: sé que Pilar se muere de ganas de garchar con alguien. Ella misma me lo dijo. —No quería hacerla quedar como virgen, al fin y al cabo ya no lo es—. Estos meses de abstinencia sexual le pegaron mal. Estoy seguro de que si vas de frente y la invitás a coger, te va a decir que sí.

—Eh… ¿para tanto es?

—Sí, sí… de verdad. Te aseguro que no se va a negar. Pero… se lo tenés que proponer vos, si esperás que ella te venga a buscar, no lo va a hacer. Para esas cosas es un poco tímida. Andá… decile que querés charlar con ella en un lugar más… tranquilo. Si te dice que no (cosa que no creo que pase), yo asumo toda la responsabilidad.

Me hizo caso, se acercó Pilar, le habló y pude notar cómo a mi hermana se le iluminó la cara de alegría. Para ella debió ser como un sueño que un chico atractivo la invitara a un lugar más íntimo. Miró a Tefi, en busca de complicidad, y Tefi se limitó a asentir con la cabeza. Luego vi como Sebas y Pilar se dirigían solos hacia la zona de los vestuarios.

—¿Vos tenés algo que ver con todo esto? —Preguntó Tefi, cuando me acerqué a ella.

—Em… digamos que aceleré un poquito el proceso. A Sebas le gustó mucho Pilar. ¿Vos qué pensás de él?

—Me parece un boludo.

—¿Ah sí? —Dentro de mí se inició una silenciosa celebración—. ¿Si te hubiera invitado a vos, hubieras aceptado?

—No, ni loca. —La celebración interna se transformó en un verdadero jolgorio, aunque mantuve mi rostro impávido—. No es la clase de tipos que me gustan, me parece un inmaduro. Aunque… para Pilar está bien. Ella va a saber mirarle el lado atractivo.

—Es posible, sí… Bueno, ¿volvemos a casa? No me gusta bañarme en el vestuario… y Pilar se va a demorar un rato.

—Sí, vamos. Lamento que hayan perdido. Vos jugaste muy bien.

—Muchas gracias.

En mi interior no había ni un ápice de sensación de derrota. Sentí que yo me había quedado con la chica que me gustaba. Aunque esa chica fuera mi hermana…

Nadie dijo que las victorias debían ser perfectas.


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Al día siguiente, mientras desayunábamos (a las dos de la tarde, por nuestros horarios vampíricos), Alicia nos dijo:

—¿Alguien sabe algo de Pilar? Desde ayer que no la veo.

—Yo sí sé, pero me hizo prometer que no dijera nada —comentó Macarena, con una sonrisa picarona—. Quédense tranquilas que está bien… muy bien, diría.

—Oh… ¿tuvo suerte con Sebas? —Preguntó Tefi.

—¿Quién es Sebas? —Quiso saber Cristela.

—Es un amigo de Nahuel. Ayer, después del partido de fútbol, Pilar se fue a charlar con él… en privado —arqueó una ceja en un gesto que me pareció sumamente sensual.

—Ay, qué lindo —exclamó Brenda—. ¿Así que Pilar consiguió a su príncipe azul?

—Yo no estaría tan segura —dijo Macarena.

—¿A qué te referís? —Le preguntó Gise—. ¿Acaso pensás que ese tal Sebas no va en serio?

—No me refiero a eso… ya se van a enterar, cuando Pilar vuelva. Yo tengo información clasificada que no puedo revelar.

No entendíamos de qué estaba hablando ni por qué se hacía tanto la misteriosa. Lo importante es que podíamos confiar en ella si decía que nuestra hermana estaba bien.

Pilar regresó a casa alrededor de las cuatro de la tarde. Estaba muy feliz… eufórica. Lo primero que hizo fue correr hasta Macarena y darle un fuerte abrazo, las dos intercambiaron chillidos de felicidad, esos tan agudos que revientan tímpanos y que solo las mujeres son capaces de emitir.

Aunque una vez escuché a Sebas gritando de una forma muy parecida cuando encontró una araña dentro de sus botines.

—Dale, nena… no aguanto más de la ansiedad —dijo Tefi—. Contanos de una vez qué fue lo que pasó con Sebas.

—Ya les cuento… pero antes traigamos el televisor, tengo algunas fotos y videos que mostrarle.

—Uy… hay porno. Esto se puso más interesante —noté un gran entusiasmo en Ayelén. Quizás un poquito exagerado. Se ve que se muere de ganas por formar parte de este grupo de hermanas. Después de pasar tanto tiempo sintiéndose rechazada, es lógico que ahora quiera sentirse incluída.

Nos apresuramos a preparar todo. Colocamos uno de los televisores más grandes frente a uno de los sofá del living y Pilar conectó su teléfono. La incertidumbre y la ansiedad general no hacían más que crecer.

—¿Maca les contó algo? —Preguntó Pilar.

—No, solo mencionó que tenía información privilegiada —respondió Cristela—, y la muy yegua no quiso compartirla. Lo único que sabemos es que este chico, Sebas, te invitó a charlar en privado…

—Así es. Fuimos a los vestuarios. Yo estaba re nerviosa, Sebas es un chico muy lindo y si bien siempre me pareció un boludo, esta vez lo vi con otros ojos. Como si la cuarentena lo hubiera hecho madurar un poco. Nos quedamos solos, cerca del área de las duchas, y yo tenía el corazón que se me salía de la boca. No sabía qué decirle, ni tenía idea de cómo él pensaba encarar el asunto, aunque ya me imaginaba cuáles eran sus intenciones. Me sorprendió muchísimo que fuera tan directo. Sin dar vueltas, me dijo que yo le gustaba mucho y que se moría de ganas de coger conmigo.

—¡Epa! —Exclamó Gisela—. ¿Así de una? ¿De frente y sin indirectas?

—¡Exacto! Me quedé boquiabierta. Nunca se me había ofrecido un tipo de esta manera. De hecho, si alguna vez tuve alguna chance mínima de coger con alguien, todo se fue a la mierda porque, entre tantas vueltas, yo me ponía nerviosa y terminaba huyendo de la situación. Pero esta vez fue diferente. Me lo dejó bien claro.

—¿Y vos qué le dijiste, hermana? —Preguntó Tefi, que parecía la más entusiasmada con esta telenovela.

—Le dije que así, todo transpirado, no me iba a poner ni un dedo encima. Por lo menos tenía que bañarse. Entonces me dijo: “Bueno, esperame unos minutos afuera, me baño y seguimos charlando”. A lo que yo respondí: “Bañate ahora, yo miro”. Puso ojos de cordero degollado “¿Ahora mismo me tengo que bañar? ¿Delante tuyo?”. Y le dije: “Nene, me querés meter toda la pija ¿y te da vergüenza que te vea bañándote?” Al final él accedió. Hice esto por dos cosas: primero porque lo noté demasiado confiado, y quería ponerlo un poquito nervioso. Segundo: para ver qué tan grande la tiene. Después de darle a la matraca con Nahuel, no pienso conformarme con cualquier cosa.

—Muy bien dicho —la alentó Macarena—. Y muy bien pensado. ¿Y qué tal la tiene?

—Al principio la vi flácida, pero calculé que estaría bastante bien. Sin llegar a ser tan grande como la de Nahuel. Él empezó a bañarse frente a mí y cuando vio que yo sonreía, comenzó a recuperar la confianza. Se tocó la verga un rato, hasta que se le puso dura. Ahí me gustó más. Mucho más. Y bueno… si él iba a ser directo, yo también. No quería que mi miedo me hiciera huir. Agradezco todas las veces que cogí con Nahuel, y con ustedes, chicas… porque de verdad me hicieron perder el pánico ante las interacciones sexuales. Encaré la situación de la misma forma en que lo hubiera hecho Macarena.

Todos miramos a la mencionada, ella mostró una libidinosa sonrisa y dijo:

—Le chupaste la pija ahí nomás.

—¡Así fue! —soltó una risita y todas aplaudieron, yo también me les uní. Teniendo en cuenta lo tímida que era Pilar antes de la pandemia, esto es una gran victoria para ella—. Él cerró la ducha y yo me arrodillé. Me la tragué toda sin pensarlo. Me dije a mí misma: “Hacelo, Pilar… hacelo y no pienses en nada. Solo disfrutá”. Estaba re caliente.

—Uy, qué lindo —celebró Tefi—. Decime que después se fueron a su casa y estuvieron garchando toda la noche.

—Esperá, no te adelantes a los hechos —dijo Macarena—, porque sé que eso no fue exactamente lo que pasó. Segui contando, Pilar.

—Como iba diciendo… yo estaba re caliente. Era mi primera vez comiéndole la verga a un tipo que no fuera mi hermano. Y quería más. Durante años me sentí insegura con mi propio cuerpo; pero ustedes me ayudaron a mirarme con otros ojos. Tuve confianza en mí misma, sabía que si me desnudaba, a Sebas se le iba a caer la mandíbula al piso. Y así fue, empecé a quitarme la ropa, él me ayudó. Se puso como loco. Se mandó de una a chuparme las tetas y me dijo que le encantaban.

—Claro, ¿cómo no le van a gustar semejantes tetazas? —Dijo Ayelén, sorprendiendo a todos los presentes—. Deberías estar muy orgullosa de tenerlas. —No pude notar ni un poquito de envidia en sus palabras, así que debo asumir que fue sincera.

—Gracias, lo estoy. Muchas veces me imaginé cómo sería mi primera vez (la oficial, la que no incluyera miembros de mi familia), y creí que sería más melosa, más romántica. Como en las novelas que suelo leer. Sin embargo, yo era pura calentura. Quería pija. Además, no quería quedar como una virgen, porque ya no lo soy. Me puse en cuatro sobre uno de los bancos del vestuario y le pedí a Sebas que me la metiera toda… “Dame duro, sin miedo, que yo me la banco”. Me la metió bien fuerte y empezó darme con todo. Se nota que el pibe tiene experiencia.

>La estábamos pasando de maravilla, cuando veo a un pibe entrando en el vestuario. Ahí sí, me volvió toda la vergüenza de golpe. Intenté cubrirme las tetas, como si eso sirviera de algo. Era uno de los chicos que jugó con Nahuel al fútbol, y no venía solo… lo acompañaban los demás. Habían vuelto porque uno de ellos se olvidó las llaves de la casa. Resultó ser cierto, las llaves estaban en el piso.

—Ay… ¿y cómo te sentiste al estar expuesta ante todos? —Preguntó Brenda—. Yo me hubiera muerto de la vergüenza; pero al mismo tiempo me hubiera calentado un montón.

—Fue exactamente lo que me pasó. Me parece que vos y yo no somos tan diferentes. Por un lado quería salir corriendo, y por el otro… no sé, me re calentó que me vieran desnuda y con una pija bien metida en la concha. El corazón empezó a latirme como un tambor… y la misma calentura me llevó a decir una locura. Simplemente se me salió de la boca. Le dije al primero que entró: “¿Querés que te chupe la pija?”.

—¡Esa es mi hermana, carajo! —Exclamó Macarena.

—Al principio los pibes creyeron que estaba bromeando. Fue muy duro para mí decirles que hablaba en serio, pero lo hice. “Dale, vení… te la chupo a vos… y a todos los que quieran”. Y como ya se imaginarán, el pibe aceptó. Y acá es donde quiero mostrarles la primera foto, la sacó uno de los pibes. No me molestó que lo hiciera, siempre y cuando no la compartiera con nadie que no estuviera allí.

En pantalla apareció una impresionante imagen de Pilar toda desnuda, en cuatro sobre el banco del vestuario. Detrás de ella había un tipo metiéndole la verga, ese debía ser Sebas, y ya tenía una verga metida en la boca. En el fondo se podía ver un tercer pibe, sacando la verga de su pantalón, dispuesto a esperar por su turno.

—Así que… ¿empezaste a chuparle la pija a todos? —Preguntó Tefi, asombrada.

—Hice mucho más que eso, hermana —dijo Pilar, con una sonrisa libidinosa—. Miren esto…

Un video comenzó a reproducirse en la pantalla. Pudimos ver a Pilar, que ahora estaba acostada boca arriba en el banco, con las piernas bien abiertas. Alguien le estaba metiendo la verga por la concha, no sé quién, porque no se le veía la cara a ninguno (mejor así, no quiero saber de quién es cada verga); pero sé que no era Sebas. Al mismo tiempo Pilar chupaba una verga que tenía a su derecha, mientras con la mano izquierda masturbaba la otra.

—¡Ay, pero qué puta que sos! —Gritó Macarena, viniendo de ella esto es un halago.

—Me sentí la mina más puta del mundo —aseguró Pilar—. Y no saben cómo se pusieron estos pajeros cuando les pedí que me la metieran por el orto. No podían creer que yo estuviera dispuesta a entregar el culo.

Adelantó el video hasta que llegó la secuencia en la que ella estaba montada sobre uno de los pibes, que a su vez estaba acostado en el suelo. Mientras tanto, otro se le acercó por detrás y empezó a presionar la cabeza de la pija contra el culo de mi hermana. No nos sorprendió ver que la verga entró con relativa facilidad, todas ya están bien entrenadas en el sexo anal.

Los gemidos de Pilar resonaron en todo el vestuario y llegaron a nuestros oídos a través de los parlantes del televisor. Le metieron una pija en la boca, hasta el fondo, quizás para que no hiciera tanto ruido y pudiera alertar a algún curioso.

Volvió a adelantar el video y fuimos viendo como todos los pibes se turnaron para meterle la verga en algún agujero.

—Estuvimos garchando sin parar como una hora… —aseguró Pilar—. Bah, ellos sí pudieron descansar unos minutos, mientras le daban el turno a alguien más. La que no tuvo respiro fui yo. En un momento me preguntaron qué hacían si acababa, si yo estaba dispuesta a tomarme la leche. Y les dije que sí, que me la iba a tomar toda, la de los seis. Sin ningún drama. Estaba re puta. Sin embargo, no los dejé acabar, porque a Sebas se le ocurrió la idea de seguir esto en su casa. Allí estaríamos solos, nadie nos interrumpiría. Les dije que guarden la lechita para más tarde. Nos vestimos rápido y salimos del vestuario. Me sentí una diosa, rodeada de machos que se morían por mi cuerpo. No dejaron de halagarme durante todo el camino. Uno me dijo: “No sabía que eras tan puta”, y otro pibe le dijo: “No le digas puta, que se va a enojar”. Intervine diciendo: “No me molesta que me digan puta, al contrario… me calienta”. Así que se podrán imaginar todas las veces que me dijeron puta durante el resto del día.

>Antes de ir a la casa de Sebas pasamos por un supermercado, a comprar cervezas. Los pibes se querían armar tremenda fiesta, y yo era el premio para todos. Dios… no se imaginaban lo feliz que estoy. —Realmente se la veía muy feliz, y eso nos alegró a todos—. Cuando llegamos a la casa, me desnudaron enseguida, aunque no me la metieron. Se pusieron a charlar conmigo y me sacaron fotos. Estas son algunas:

Vimos en pantalla varias imágenes de Pilar posando desnuda ante las cámaras, como si fuera una modelo porno. Se la veía impactante. Sus tetas parecían más hinchadas de lo normal y su concha chorreaba jugos.

—Aproveché para llamar por teléfono a Macarena, quería que ella los dejara tranquilos. Le conté que estaba en tremenda orgía, con seis pibes, y que me iban a dar duro toda la noche. Además le hice prometer que no le contaría nada a ustedes, a cambio me pidió que le mandara todas las fotos y videos de la fiestita… y eso hice.

—Me maté a pajas toda la noche —aseguró Macarena—. Te armaron tremenda partuza, me hubiera encantado estar ahí.

—Yo te invité, nena… la que no quiso ir fuiste vos.

—No fui porque entendí que esa era TU fiesta. No la mía. Y no te preocupes, hermana, ya habrá más partuzas en el futuro —le guiñó un ojo.

—De eso estoy segura, porque estos pibes me garcharon tan bien, que me encantaría que volvieran a hacerlo.

Nos pasamos varios minutos mirando las fotos y los videos que sacaron. Era suficiente material como para que entendiéramos que todas las pijas pasaron por todos los agujeros de Pilar… más de una vez. Le dieron por todos lados, en varias posiciones diferentes. A veces se podía ver a alguno tomando cerveza en el fondo, mientras Pilar chupaba dos pijas a la vez y otro le daba por el culo. También la vimos montando como una jinete lujuriosa todas las pijas que se le presentaron. Sus tetas no hicieron más que rebotar de un lado a otro.

Según lo que nos contó Pilar, estuvieron dándole, de forma casi ininterrumpida, durante cinco o seis horas.

—Claro, ellos podían turnarse y descansar un poco… la que sufría como una yegua era yo.

—Y me imagino que no te quejaste por eso en ningún momento —comentó Gisela.

—No emití ni una sola queja. Me tragué todas las pijas que me dieron y yo misma los alenté a que me dieran por el culo durante largo rato, que se fueran turnando para romperme el orto. Viví largos minutos de pura agonía sexual, como si estuviera inmersa en un orgasmo constante. No sé, es difícil de explicar. Es la sensación más maravillosa que experimenté en mi vida.

El último video que vimos fue uno donde Pilar se desesperaba por chupar las seis pijas al mismo tiempo. Ella estaba arrodillada en el piso, rodeada de hombres. Y claro, no podía chupar todas a la vez; pero se las ingenió para mantener siempre una en la boca y dos en las manos. De pronto, uno soltó la leche sobre su cara, ella la recibió con mucho gusto. Después se sumó otro… y otro. Y así, de a uno, le fueron llenando la cara y la boca de leche. Fue tanta la cantidad de semen que no quedó ni un milímetro de la cara de Pilar que no estuviera cubierto por ese líquido blancuzco. Tal y como prometió, ella se tragó toda la leche. Incluso siguió chupando las vergas mientras lo hacía.

Todas mis hermanas (incluyendo a Ayelén), mi tía Cristela y Brenda, celebraron con vítores este grandioso momento. La felicitaron por haberse animado a tanto, le dieron abrazos y besos en la mejilla. Macarena directamente la besó en la boca.

—Te felicito, hermana —le dijo—. Estoy muy orgullosa de vos.

—Yo también te felicito —le dije, dándole un abrazo—. Te merecías esto… aunque siempre creí que ibas a buscar un “príncipe azul”.

—Ya habrá tiempo para “príncipes azules”, ahora quiero disfrutar un poco de la vida. Quiero vivir experiencias intensas, como ésta. ¿No te molesta que me haya cogido a todos tus amigos?

—No, ni un poquito. Me hubiera molestado si te hubieran tratado mal; pero como sé que la pasaste bien, no hay ningún problema.

—¿Y vos, mamá? ¿Tenés algo para decir? —Preguntó Pilar—. No abriste la boca en ningún momento. Sé que te puede molestar que haya hecho esto; pero después de escuchar las aventuras que viviste cuando eras joven, se me metió en la cabeza la loca fantasía de estar rodeada de pijas, y que todas fueran para mí. Quería experimentar lo mismo que vivieron vos, la tía Cristela… y la abuela. También Maca hizo algo parecido y le pedí que me lo contara todo como mil veces. Sé que te debe dar miedo de que yo, después de esto, pase a ser “la puta del barrio”; pero… te aseguro que no me arrepiento de nada.

Alicia se puso de pie y se acercó a Pilar, le dio un fuerte abrazo, en el que sus tetas tuvieron que pelearse por un poco de espacio.

—Solamente quiero decir que estoy muy orgullosa de vos, hija. Me alegra que hayas vencido todos tus miedos y te hayas animado a vivir una fantasía sexual tan intensa… y tan excitante. Eso te lo digo por experiencia. Sé perfectamente lo que sentiste al hacerlo. No quiero que vivas con el mismo arrepentimiento que yo. Y solo me queda por decirte: Bienvenida al “Club de las putas reventadas en un gangbang”.

—Uy… yo quiero unirme a ese club —dijo Brenda. Y estallaron las risas.

Al igual que mi mamá, yo también estoy orgulloso de Pilar. No debió ser nada fácil para ella hacerle frente a todos sus miedos al mismo tiempo; pero lo hizo… y logró salir victoriosa.


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El día que Ayelén y Cristela se mudaron, se permitieron una “despedida sexual”. No quise entrometerme, pero sé que Cristela y Alicia cogieron toda la noche, ya que yo estuve con Brenda en el cuarto de Gisela y se podía escuchar todo. A mi hermana mayor le pareció una buena idea que yo también tuviera una última noche a solas con Brenda, ya que en un par de días ellas también abandonarían la casa. Eran demasiadas despedidas juntas.

Mi noche con Brenda estuvo muy bien, aunque no hubo tanto sexo como cabría de esperar, en lugar de eso preferimos usar el tiempo para charlar. ¿Será eso una señal de madurez?

Lo que sí me sorprendió fue que la “última noche de sexo” de Ayelén en esta casa haya sido con Estefanía. A la mañana siguiente la vi salir del cuarto y las dos se reían mientras se daban esporádicos besos.

—¿Y desde cuándo estas dos se llevan tan bien? —Preguntó Brenda, que estaba a mi lado.

—Sé que Tefi iba a intentar hacer las paces con ella… y se ve que funcionó.

Me sentí un poco incómodo. Veía casi imposible que Tefi de pronto afianzara un romance con Ayelén y que decidiera estar con ella… aún así, se las veía muy felices. Como si nunca se hubieran peleado.

Aún así, la mudanza se concretó. Ayelén y Cristela fueron las primeras en dejar la casa, y luego seguirían más… como si esto fuera un reality show donde gana quien más tiempo se queda.

Como cabría de esperar, hubo lágrimas, besos y abrazos. En especial por parte de Alicia, ella se puso muy sentimental al apartarse de su hermana. Debió ser difícil después de que pasaran juntas tantos meses de mucho desenfreno sexual. Quizás habían esperado toda sus vidas por poder experimentar algo así, y ahora debían dejarlo… quizás para siempre. Mi madre estaba muy firme en su postura. En cuanto se concretaran las mudanzas, el sexo entre miembros de la familia debía terminarse.

¿De verdad ésta iba a ser la última vez que Cristela y Alicia compartieran una cama? De ser así, me parecía demasiado doloroso.

Se marcharon porque llegó el taxi y ya no pudieron posponer más la despedida. Prometieron visitarnos en cuanto pudieran.

Antes de irse, Ayelén me tomó del brazo, me llevó a un rincón apartado y me dijo:

—Espero que los rencores hayan quedado atrás.

—Por mí está bien… siempre y cuando no vuelvas a joderme de la forma en que lo hiciste.

—No fue nada personal, solo estaba cuidando lo que era mío —dijo, encogiéndose de hombros.

—Hasta donde sé, Tefi no es tuya. Nunca lo fue.

—Ya sé… y fui una boluda en pensar lo contrario. Tefi ya me lo dejó muy claro. Vamos a seguir como amigas. Y dentro de lo posible, intentaremos respetar esa regla de tu mamá. Al menos tuvimos una buena despedida. Por cierto, creo que vos deberías hablar con ella…

—Es mi hermana, vamos a tener muchas oportunidades de hablar.

—No te hagas el boludo, Nahuel. Entre ustedes hay un tema pendiente que es tan obvio que ya no sabemos cómo hacer para disimularlo. En la casa ya todas saben lo que sentís por ella… te recomiendo que lo hablen cuanto antes, de lo contrario podrían arrepentirse. Mientras más tiempo dejen pasar, va a ser peor para los dos.

—¿Y por qué de pronto esto te importa tanto? ¿Qué ganás vos?

—Nada… tomalo como una pequeña devolución, por todo lo que te hice. Y por el hecho de que ahora somos hermanos y deberíamos llevarnos mejor. Además, solo te estoy diciendo algo obvio. Preguntale a Macarena, a Pilar… o a quien quieras… todas te van a decir lo mismo. Es que sos muy obvio, Nahuel. Si tenés una mínima chance con Tefi, deberías aprovecharla. No seas tan cobarde.

Después de decir esto, corrió hasta el taxi, donde su madre le estaba pidiendo que se apure. Vi cómo Tefi las saludaba con la mano, ella también había estado llorando.


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Pensé que tendría tiempo para evaluar la situación. Al menos un par de meses. Sin embargo, el día en que Gisela y Brenda anunciaron que se mudarían, a Tefi se le ocurrió dar la gran noticia… para que mi madre estallara en llanto:

—No quería decir nada hasta estar segura… ya encontré un departamento. Brenda y Gise me ayudaron a alquilarlo. Ellas me salieron de garantía. Si todo sale bien, en unos días me darán las llaves.

¿Unos días?

“No seas tan cobarde”.

Las últimas palabras que me dijo Ayelén resonaron en mi cabeza, solo para atormentarme. Es increíble que aunque mi prima no esté… siga jodiendo.

—¿Pero por qué todas se tienen que ir al mismo tiempo? —Dijo Alicia, entre llanto, al borde de otra crisis de nervios.

—Perdón, mamá —Tefi la abrazó y apoyó la cabeza en su hombro—. Te juro que no lo hago para lastimarte. Es solo que… después de todo lo que vivimos, necesito tiempo para estar sola.

Sola.

“No seas tan cobarde”.

Gisela me dio un fuerte abrazo, estrujándome la cara contra sus tetas.

—Te voy a extrañar mucho, enano. Prometeme que me vas a visitar.

—Sí, sí… claro que sí. Por suerte se mudan cerca.

El departamento estaba a menos de diez cuadras, podía ir caminando cuando quisiera… y mi mamá también, eso la relajó un poco. No era una despedida definitiva, solo tenía que caminar un poco más para poder tomarse unos mates con su hija mayor. En cambio Tefi…

—Mi departamento está en…

Fue como recibir un martillazo en toda la frente, Estefanía nos anunció que se mudaría a otra ciudad, a unas siete horas de viaje en colectivo. Sentí como el pecho se me contrajo. De pronto el aire me pareció más denso.

—¿Qué? ¿Por qué tenés que irte tan lejos? —Preguntó Alicia, abatida.

—Es que… necesito un cambio de escenario. Además, es una linda ciudad… siempre quise vivir ahí. Y ahora me lo puedo permitir. No sé cuánto me va a durar esto del OnlyFans.

—Exacto —dijo Macarena—. Tiene que aprovechar ahora mismo.

Unos minutos antes de marcharse, Brenda me pidió hablar en privado. Fuimos a mi pieza y cuando creí que me diría algo, sus labios se estrellaron contra los míos. Nos envolvimos en un cálido abrazo y nos dejamos llevar por un apasionado beso.

—Si algún día superás lo de tu hermana, llamame… así podemos empezar algo juntos. Algo serio —me habló con su nariz pegada a la mía, me derritió tener sus ojos tan cerca.

—Te prometo que si eso pasa, vas a ser la primera en enterarte.

—Gracias. Me gustás mucho, Nahuel. De verdad. Ah… y si algún día querés llamarme solo para coger, podés hacerlo cuando quieras. Sabés que a mí no me molesta ni un poquito. A tu mamá también le dije que me llame cuando quiera, por favor hacele acordar de que hablo en serio.

—Muy bien. Estoy más que seguro de que te voy a llamar pronto, además vivís cerca.

—Así es, visitanos cuando quieras… y quizás podamos hacer un rico trío con Gisela —dijo esto último susurrando a mi oído—. Va a ser nuestro secreto, no te preocupes que nadie se va a enterar.

Se me subieron los huevos a la garganta. La promesa de hacer tríos con mi hermana mayor y Brenda, siempre que se nos presentara la oportunidad, me resultó sumamente interesante. Aunque… le prometí a mi mamá que ya no cogería con mis hermanas. Es todo un dilema. Le dije que eso lo veríamos en su momento, cuando ocurriera.

Esta vez las que se subieron al taxi fueron Brenda y Gisela. Las saludé sintiendo que me estaba quedando cada vez más solo.

“No seas tan cobarde”.


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La angustia me estaba devorando por dentro. Necesitaba hablar con alguien. Mientras veía a Macarena preparando su valija, para mudarse con Pilar, entendí lo mucho que me haría falta.

Entré a su pieza y la abracé fuerte por detrás. Ella se puso tensa, porque no me vio venir, pero en cuanto entendió que era yo, se relajó.

—Si me vas a coger, cerrá la puerta… para que mamá no nos vea.

—No vine a coger… además, creo que ya cogimos suficiente anoche.

Tuvimos un intenso “trío de despedida” en el que participó Pilar. Estoy segurísimo de que mi mamá escuchó los gemidos de estas dos, porque no fueron nada discretas. Por suerte tuvo el acierto de no decirnos nada. Alicia entendió, tan bien como nosotros, que ésta podría ser la última vez que tuvieramos sexo juntos.

—¿Entonces, por qué tan meloso? —Preguntó Maca.

—Solo quería agradecerte, por todo lo que hiciste por mí en estos meses. Si bien todas me ayudaron, a su manera… incluyendo a Ayelén, la que más me ayudó fuiste vos. Te convertiste en mi consejera oficial. Te voy a extrañar mucho.

—Oh… si estás esperando que yo me ponga sentimental, no lo vas a lograr. Y si me seguís arrimando la pija en el orto, o me la metés o te alejás un poquito.

—Ufa… a veces me gustaría que fueras un poquito menos fría —le dije, apartándome.

Ella giró sobre sus talones, sonrió y me agarró de la nuca con ambas manos. Luego me chantó un tremendo beso en la boca. No se sintió como los besos que me doy con Tefi… o con Brenda, pero debo reconocer que estuvo muy bueno… y se sintió sincero.

—Yo también te voy a extrañar, sonso. Para mí no solo sos mi hermanito, sino que también sos mi mejor amigo. —Luego bajó la voz—. Y si le contás a alguien que dije eso, te corto las bolas.

—Está bien, está bien… será nuestro secreto —Ahora mismo debo tener la sonrisa más estúpida del mundo—. Por cierto… ¿puedo hablar de algo con vos? Digamos que sería la última vez que te pido un consejo, antes de que te mudes.

—Ah, ya veo… ¿es sobre Tefi, cierto?

—¿Tanto se me nota?

—Muchísimo —cerró la puerta, para que nadie nos interrumpiera. Se sentó en el borde de la cama y me hizo señas para que me uniera a ella—. Dale, contame qué te está pasando.

—Vos sabés lo que me pasa.

—Sí; pero quiero que lo digas vos.

—Ah, ya veo… esto es parte de la terapia.

—Algo así. Al decir “ya sabés lo que me pasa”, estás evadiendo el problema. Tenés que ponerlo en palabras. Darle una entidad real.

—Mmmm… la puta madre, esto no va a ser fácil. —Cerré los ojos y tomé aire. “No seas tan cobarde”—. Creo que…

—No, no empieces con un “creo”. Esa es otra evasión, como si no estuvieras seguro de lo que te ocurre. Y no es tu caso, Nahuel. Vos sabés perfectamente lo que te pasa.

—Dios, no me vas a dejar pasar una. Algún día vas a ser una excelente psicóloga… aunque estés muy loca.

—Gracias —dijo, con una auténtica sonrisa—. Ahora… hablá.

Tuve que repetir el proceso de cerrar los ojos, hacer una inspiración profunda y dejar salir el aire de mis pulmones.

—Estoy enamorado de Tefi.

Se sintió extraño escuchar esas palabras saliendo de mi boca. Creí que nunca las diría. De pronto todo mi cuerpo comenzó a temblar, creí que me iba a dar un ataque o algo así; hasta que Macarena me tomó de la mano. Eso volvió a estabilizarme.

—Ya, hermanito… tranquilo. Todos nos enamoramos alguna vez. Yo también sé lo que es estar enamorada y que la otra persona ni se entere.

—¿Ah, si? No tenía idea… ¿Y de quién estás enamorada vos?

—Ahora mismo, de nadie. Digamos que ya lo superé. Pero hace un tiempo estuve muy enamorada de mi amiga Camila Contreras.

—¿La que viajó con vos a la playa?

—Esa misma. La quería con locura. Esos días que pasamos juntas fueron los mejores de mi vida. Aunque nunca me animé a decirle cuánto la quería, porque ella veía todo ese asunto del sexo lésbico como “un jueguito entre amigas”. Por suerte el amor no dura para siempre, no importa lo que digan las novelas baratas que lee Pilar. El tiempo y la distancia lo marchitan. La cuarentena me ayudó a olvidarme de ella, al menos en ese sentido. Aunque… no sé qué va a pasar la próxima vez que la vea. ¿Pero sabés una cosa, hermanito? Me arrepiento mucho de no haber sido sincera con ella. De no haberle dicho lo que sentía.

—Todavía estás a tiempo de decírselo.

—No, ahora no tiene sentido. Ya no siento lo mismo. Ese amor se murió. ¿Entendés lo que intento decirte?

—Sí —dije, tragando saliva—. Esas cosas hay que decirlas en el momento apropiado, porque hacerlo tarde no tiene sentido.

—Exacto. No cometas el mismo error que yo. Si tenés algo que decirle a Tefi, deciselo.

—¿Y cómo creés que ella se lo va a tomar?

—Ni idea.

—¿Creés que pueda sentir por mí lo mismo que yo siento por ella?

—Tampoco lo sé. Y es absurdo que busques esas respuestas en mí, Nahuel. Si tanto te interesa saberlo…

—Ya sé, ya sé… tengo que hablarlo con ella.

—Así es.

—Bueno, muchas gracias por todo, otra vez. Y de verdad, te voy a extrañar mucho.

Volví a abrazarla.

Esa misma tarde Macarena y Pilar se fueron de casa. La despedida fue tan dramática como las anteriores, mi madre lloró, estuvo al borde de la crisis de nervios y solo pudimos calmarla entre Tefi y yo, porque nos quedamos a dormir esa noche en su cama. Uno de cada lado.

—Las voy a extrañar mucho —dijo Alicia, con leves espasmos provocados por tanto llanto.

—Mamá, ¿vos sabés que esas dos putas ya deben estar en plena orgía con todos los amigos de Nahuel? —dijo Tefi.

—Eso es muy cierto —aseguré—. No me cabe la menor duda de que estas dos se mudaron juntas para poder compartir “fiestitas” como esas. Como lo hacías vos con Cristela… y tu mamá.

—Bueno, espero que la estén pasando bien.

—Te aseguro que la están pasando de maravilla, mamá —Tefi le acarició la frente—. Y ni siquiera viven tan lejos. Podés ir a visitarlas siempre que quieras.

Estas palabras tranquilizaron un poco a Alicia.

No hubo sexo entre nosotros. Las sábanas se sintieron frías. Como si toda la pasión se nos estuviera escapando por la puerta principal.


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Recuerdo, como si hubiera pasado ayer, el momento en que Macarena y mi mamá empezaron a ayudarme con mi problemita de eyaculación precoz. Aunque lo más importante fue que me enseñaron a tratar con mujeres. Creí que eso me serviría el día que termine la cuarentena para buscarme alguna novia; pero en realidad, sin que lo supiéramos, me prepararon para este momento: la charla con Tefi.


Diario de Cuarentena:

<Vamos, cadete, de pie. Entrenó mucho para esta batalla. Hágale frente a sus miedos e inseguridades. Y no se olvide que todo el pelotón estará luchando a su lado, hasta el final>.


Entré al cuarto de Tefi, la encontré jugando con la PlayStation, sentada en el borde de su cama. Tenía puesto un pequeño short azul y una blusa sin mangas color rosa. Por la forma en que se marcaban sus pezones, supe que no tenía corpiño. El pelo color miel le caía a un lado de la cara y tenía la mirada perdida en la pantalla. Me encanta verla tan concentrada, por la forma sensual en la que abre la boca. Dan ganas de morderle los labios.

—Hola, Tefi. ¿Puedo hablar con vos?

Giró la cabeza sobresaltada, evidentemente no se había percatado de mi presencia. Cuando se le pasó la sorpresa, se puso muy seria. Asintió con la cabeza y apagó la Play. Eso me puso aún más nervioso, ella sabía exactamente por qué yo estaba ahí. Sabía que quería hablar de algo serio.

—Pasá… y cerrá la puerta.

Eso hice. Me senté en la cama, junto a ella, y puse las manos sobre mis rodillas.

—Em… no sé cómo decir esto… —la cabeza me dio vueltas. No quise ensayar un discurso, porque quería sonar sincero y espontáneo; pero ahora mismo mi mente está en blanco.

—Esperá… antes de que digas algo… acostate —me mostró una sonrisa lujuriosa.

—Ehh… este… yo…

No me dio tiempo a nada, ella misma me empujó hacia atrás, y antes de que pudiera reaccionar, ya estaba sacando mi verga del pantalón. Se la metió en la boca y empezó a darme una mamada de campeonato… sí, se sintió como si estuviera esforzándose por ganar uno de esos locos concursos que hicimos durante la cuarentena. No hace falta decir que se me puso dura casi al instante, como si dentro de mi verga hubiera un resorte que se activa ante los chupones intensos de Tefi.

Mientras me la chupaba, comenzó a desnudarse, demostrándome que debajo del short tampoco tenía ropa interior. La vi mil veces desnuda, y aún así su hermoso cuerpo me sigue dejando sin aliento.

Cuando ya la tuve bien dura y palpitando de puro gusto, Tefi se montó sobre mí. Tenía la concha muy mojada, lo que me llevó a pensar que quizás estuvo masturbándose minutos antes. La penetración fue suave, su concha ya no pone demasiada resistencia a mi verga, al parecer ya se acostumbró. Mi hermana empezó a dar saltos, puso las manos sobre mi pecho y me miró fijamente a los ojos.

—Ahora sí… —dijo, entre jadeos—. ¿Qué me querías decir?

—Yo… este… mmmm…

—Dale, Nahuel, decilo.

—Mirá, Tefi, lo que pasa es que yo…

—Dejá de dar tantas vueltas. Quiero escucharlo. Decilo de una puta vez.

—Te amo, Tefi… estoy enamorado de vos.

Ya está, lo dije. Lareputisimamadrequeloremilparió… lo dije.

Tefi se lanzó sobre mí y me besó. Fue el mejor beso que recibí en mi vida. Sus labios, además de sensuales y embriagantes, me transmitieron ternura, pasión… amor. Nos quedamos ahí, con los labios pegados, y mi cadera reaccionó, como si se hubiera despertado de un largo sueño. Empecé a moverme y le di fuertes embestidas, las cuales ella acompañó con un meneo digno de una odalisca. Nuestros sexos parecían hechos el uno para el otro.

Separamos nuestros labios, para poder respirar. Y mientras la tenía ahí, tan cerca de mí, le hablé:

—¿Te molesta lo que dije?

—¿Acaso parece que me hubiera molestado?

—Em… no, la verdad que no —nuestros cuerpos se movían por puro instinto. Las penetraciones no se detuvieron ni por un segundo—. Pero necesito que digas algo… necesito saber qué pensás, porque Macarena y Pilar me dijeron que solo te acercás a mí porque soy el único hombre de la casa. La única pija disponible.

—Bueno, Macarena y Pilar también se puede equivocar, ¿o no? Ellas no me conocen tan bien como creen.

—¿Eso quiere decir que…?

—Quiere decir que siento lo mismo que vos, Nahuel. Yo también te amo…

Todo el mundo comenzó a girar, sentí vértigo, como si me hubiera subido a una montaña rusa con un carril sin terminar. En cualquier momento llegaría al final de los rieles y me precipitaría al vacío… pero allí estaría Tefi, para salvarme en el último segundo.

Volvimos a unirnos en un apasionado beso y las penetraciones ganaron intensidad. Sentía que el corazón se me saldría por la boca si no me calmaba un poco.

—No sabía que vos sentías lo mismo que yo —le dije, casi al borde del llanto. No creí que lidiar con el amor fuera tan complicado.

—Claro que sí, sonso. ¿Acaso no te diste cuenta que te buscaba a cada rato? Y no solo para coger… ¿cuántas tardes nos pasamos jugando con la Play? Me encanta pasar tiempo con vos.

En ese instante fui consciente de que Estefanía y yo habíamos pasado muchas horas juntos, sin siquiera quitarnos la ropa. No es solo sexo lo que hay entre nosotros. De verdad podemos disfrutar de la compañía del otro.

—Es cierto —dije.

—Uno de los motivos por el cual empecé a jugar videojuegos, además del aburrimiento, fue para conocerte mejor. Incluso te robé algunos comics y libros, sin que te dieras cuenta. Quería saber por qué te gustaban tanto. Quería conocerte mejor. Además… cuando empecé a subir fotos a internet, vos fuiste el primero al que le conté. Pensé que te molestaría, eso era lo que más miedo me daba. Pero cuando me mostraste todo tu apoyo, me puse muy feliz.

Sus palabras me conmovieron. Sentí un nudo en la garganta.

—Y a mí me pone muy feliz saber que me querés de la misma forma en que yo te quiero a vos —aseguré—. Pero…

—No podemos estar juntos —soltó, y todo ese mundo de fantasía que me había armado dentro del corazón, comenzó a resquebrajarse—. Se lo prometimos a mamá.

—¿Ese es el único motivo por el cual no podemos estar juntos?

—Sí. El único. Te lo juro. Si no fuera por eso, me encantaría estar con vos… como pareja. Aunque seamos hermanos. Me importa un carajo lo que piense la sociedad. Yo te quiero mucho.

—Mirá, la promesa que le hicimos a mamá…

—Tiene su razón de ser —me interrumpió—. La entiendo perfectamente. No quiere que cojas con tus hermanas, porque podríamos quedar embarazadas. Eso es lo que realmente le aterra.

Abrí grande los ojos, no me imaginé que precisamente ese sería el mayor miedo de mi madre; pero ahora lo veo claramente… tiene sentido. Sé que los hijos nacidos del incesto pueden venir con ciertas… complicaciones.

—Qué boludo, no me había dado cuenta.

—Y sí, pensalo… yo ahora tomo pastillas anticonceptivas… todas lo hacemos. Pero basta con que nos olvidemos de tomarla unos días o que las pastillas fallen, para que alguna termine embarazada. Por eso ella nunca va a permitir que seamos pareja. No mientras exista el riesgo de embarazo.

—¿Y si me hago una vasectomía?

—Le romperías el corazón, Nahuel. Sos su único varón y va a querer que algún día le des nietos. De hecho, te los va a exigir más a vos que a cualquiera de nosotras.

—Sí, muy cierto.

—A ella le encantaría que Brenda fuera tu novia. Y sinceramente, me gusta la idea. Brenda es una buena chica… y te quiere mucho.

—Lo sé, ya hablé con ella. Pero no quiere estar conmigo mientras yo siga enamorado de vos.

—Ah, claro… la entiendo. No quiere ser la segunda de nadie. Bien por ella. La respeto por eso.

—Me duele mucho pensar que no podemos estar juntos —aseguré.

—A mi también. Te aseguro que me duele tanto como a vos. Pero…

—¿Pero qué? —Pregunté, aferrándome a cualquier atisbo de esperanza.

—Hace un par de días tuve una bonita charla con mamá… mientras cogíamos. Fue nuestra “cogida de despedida”, como la que tuvo con todas las demás. ¿Y sabés de qué hablamos?

—¿De amor?

—No, boludo… de sexo anal.

—Ah… me lo tuve que imaginar. Si son re putas las dos.

Tefi soltó una risita muy divertida.

—Pero date cuenta, boludo. Mientras mamá me castigaba el orto con tremendo dildo (que por cierto, me encantó la experiencia), básicamente me reveló la forma en la que podemos estar juntos. No me lo dijo directamente. El mensaje estuvo oculto entre líneas y no me di cuenta hasta el otro día, cuando lo pensé en frío. Hizo mucho énfasis en lo lindo que es coger por el culo, incluso me contó que cuando ella buscaba quedar embarazada de Aníbal, sus otros amantes solo se la metían por el culo. Hubo veces en que mientras Aníbal le daba por la concha, había otro tipo dándole por el orto. Y claro… en el sexo anal no hay riesgo de embarazo.

—Eso es muy cierto —dije, sujetando con fuerza sus nalgas. Mi verga seguía entrando y saliendo de su concha, pero yo ya estaba pensando en meterla por otro lado.

—¿Y sabés qué es lo más loco? Que mamá me estuvo dando estas señales todo el tiempo. Desde que descubrió que nosotros cogíamos. Ella fue la que me preparó para el sexo anal… y me enseñó todo lo que sabía del tema. Lo hizo como si nos estuviera diciendo: “Si van a coger, que sea por el culo”.

Se me aceleró el corazón. Tengo vivos recuerdos de Alicia ayudando a que mi verga entrara en el culo de Tefi. Ahora todo cobra otro sentido.

—Eso me lleva a pensar —continuó mi hermana—, que mamá podría tolerar que estemos juntos… extraoficialmente. En secreto. Sin contarle a nadie. Siempre y cuando mantengamos la pija fuera de la concha. Petes, sí. Sexo anal, sí. Sexo vaginal, no. ¿Me explico?

—¿Y vos disfrutarías solo con sexo anal? Más de una vez dijiste que no te gustaba mucho.

—Eso fue hasta que empecé a tomarle el gustito. Ahora debo reconocer que me encanta… me calienta un montón. Me llena de morbo. ¿Por qué te creés que hice trampa en el concurso de chupar conchas? Quería que te dieras cuenta… y que me rompieras el orto.

—Y porque siempre fuiste una sucia tramposa.

—¿De qué hablás, pendejo? —Dijo, riéndose—. En el Mortal Kombat te cago a palos, y nunca te hice trampa.

Volvió a besarme. Los dos estábamos muy emocionados. Demasiado emocionados… y excitados.

—En la mesita de luz hay lubricante —me dijo—. Rompeme el orto.

No tuvo que pedirlo dos veces. Embadurné toda mi pija con abundante lubricante y ella se puso en cuatro delante de mí, con las nalgas bien abiertas.

—Quiero que me des bien duro —me suplicó.

Apunté la verga, sujeté la cadera de mi hermana con ambas manos y empecé a hundirla. Ella chilló, se puso roja y apretó los dientes. Resopló por la nariz mientras entraba.

—Así… seguí… no pares de empujar. Quiero sentirla. Uf… mi dios… cómo amo esta pija.

Ese comentario, días antes, me hubiera hecho sentir mal. Lo hubiera tomado como que Tefi solo me quería por mi verga; pero ahora entiendo que no es así… y me puso muy contento. Me dio fuerzas para empezar a darle duro.

—Ay… sí… sí… dame con todo. Mi culo es tuyo, Nahuel… siempre que quieras, me podés dar por el orto. Lo voy a reservar exclusivamente para vos.

No pretendo que Tefi se pase la vida sin tener sexo con otros hombres; sin emgargo me gustó saber que hay una parte de su cuerpo reservada exclusivamente para mí.

A la cogida le puse tanto énfasis como la vez que Ayelén la sorprendió haciendo trampa en el concurso. Estuve dándole duro, sin parar, cuando se me ocurrió que quizás debería grabar esta secuencia… podría ser la última vez que tuvieramos sexo en mucho tiempo, porque…

—Tefi… ¿por qué te vas a mudar tan lejos?

Sí, ya sé. Soy un boludo. La estoy pasando genial dándole por el culo a mi hermana, y se me ocurre hacer este planteo. Es que, cuando se me instaló ese pensamiento en la cabeza, no pude contener la pregunta.

—Lo hago por nosotros, Nahuel.

—¿Para que no estemos juntos?

—No, tarado. Todo lo contrario. Es para que podamos estar juntos. ¿No te das cuenta? En esa ciudad no nos conoce nadie, podríamos salir a pasear… ir al cine, ir a cenar… podríamos besarnos en una discoteca, y nadie sabría que somos hermanos.

El corazón me dio un vuelco, no había pensado en esos detalles.

—¿Lo decís en serio?

—Sí. Por supuesto que no vamos a estar juntos todo el tiempo, esa va a ser la parte difícil; pero de vez en cuando podés hacer un viaje, para visitarme. Y si estás allá, con todas las horas que hay de viaje, lo mejor sería que te quedes a dormir unos días. ¿No es cierto?

—Sí, sería lo más lógico —dije, volviendo a acelerar el ritmo de las penetraciones.

—No podemos estar juntos como pareja… pero los días que pasemos en mi departamento, va a ser como si lo fuéramos. Vamos a hacer todo lo que una pareja de novios haría… sin miedo a que alguien nos reconozca. Eso sí, el sexo… siempre por el culo. Esa es la regla fundamental.

—Puedo vivir con eso —le aseguré.

Se me fueron las ganas de grabar esta secuencia de sexo anal, porque ahora sé que habrá muchas más.

—Ah, y otra cosa… siempre te voy a mandar fotos porno. Y no solo las que suba a OnlyFans… me voy a sacar algunas solo para vos.

—Uf… eso me va a encantar.

No sé si este fue mi mejor desempeño sexual, pero sé que le puse muchas ganas… y Tefi también. Su cadera se meneó al ritmo de las penetraciones y fue hermoso ver como toda mi verga se hundía hasta el fondo de su culo, una y otra vez.

Le seguí dando sin parar hasta que acabé allí mismo, en ese agujero, como si lo estuviera proclamando “Propiedad privada de Nahuel”.


Diario de Cuarentena:

<Cadete, estamos orgullosos de su desempeño. Le hizo frente a sus miedos, y salió victorioso. En el cuartel siempre recordaremos esta épica batalla. Cambio y fuera. Hasta siempre, soldado. Fue un placer luchar a su lado>.



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El día que Tefi se mudó sentí miedo. No por nosotros, con eso estaba tranquilo. Incluso ella me dijo “Vamos a dejar pasar unas semanas, y después venís a mi casa, a quedarte unos días”. Puedo extrañarla durante unas semanas si sé que pronto estaremos juntos otra vez. El miedo fue por Alicia, porque creí que tendría una fuerte crisis de nervios, la peor de todas. Al fin y al cabo, todas sus hijas habían abandonado el nido.

Sin embargo, en cuanto cerró la puerta, después de despedirse de su hija menor, me abrazó por detrás, apoyando sus tetas contra mi espalda, y me dijo al oído:

—Al final solo quedamos vos y yo… ¿eh? Mi chiquito de mamá…

Empezó a besarme en el cuello y antes de que me diera cuenta, una de sus manos se metió dentro de mi pantalón.

Por supuesto, la pija se me empezó a poner dura de inmediato, como un soldado que recuerda cuál es su deber en cuanto escucha la voz de su comandante.

—Vení, vamos a la pieza —me dijo cuando ya la tuve bien dura.

Se despojó de toda su ropa en el camino y me esperó en la cama, en cuatro patas, mientras se abría las nalgas con ambas manos.

—Dale, garchame toda… dame duro.

Supe que esto iba en contra de la propia promesa que ella nos hizo cumplir; pero pensé que lo estaba necesitando, para no llorar por la partida de todas sus hijas. Y además, no lo voy a negar, yo también necesitaba sacarme a Tefi de la cabeza por un rato.

Por eso me acerqué a mi madre y le clavé la verga en la concha, hasta el fondo. La sujeté de los pelos, como a ella le gusta, y empecé a darle.

—Ay… sí… así… dame con todo. Sin miedo. Así me vas a coger de ahora de adelante…

—¿De ahora en adelante?

—Sí… sí… mmmm dame, dame…

Y le estuve dando durante largos minutos. Cuando me cansé de tanto traqueteo, ella tomó el relevo. Me acosté en la cama, con la verga apuntando al techo, y Alicia se montó sobre mí. Era una yegua desbocada. Sus enormes tetas rebotaron para todos lados y gimió a todo pulmón.

En cuanto llegó el momento de acabar, ella se prendió a mi vega como una sanguijuela. La succionó con fuerza y tragó todo el semen, sin derramar ni una sola gota. Quien hubiera visto la escena desde afuera hubiera pensado que yo ni siquiera acabé.

Ya más tranquila, se acostó sobre mí, poniendo una de sus tetas sobre mi pecho.

—¿Cómo es eso de “ahora en adelante”? —Pregunté.

—Ah, sí… va a ser nuestro pequeño secreto. Conmigo sí podés coger… todo lo que quieras, y cuando quieras.

—¿No sería eso hacer trampa?

—Mmm… puede ser… pero también entiendo que te va a costar mucho estar sin coger, después de los meses que pasaron. Te acostumbraste demasiado al sexo. Prefiero que te saques la calentura conmigo antes que con alguna de tus hermanas… al fin y al cabo, a mí no podés dejarme embarazada. Los tiempos de fertilidad ya pasaron para mí.

—Ah… entonces era cierto.

—¿Qué cosa?

—Tefi me dijo que tu miedo era que yo dejara embarazada a una de mis hermanas. Por eso no querés que estemos juntos.

—Exacto. Y tus hermanas lo entendieron muy bien. Sé que puede ser doloroso, Nahuel… sé que a Tefi la querés un montón, tanto como yo quiero a Cristela; pero es mejor así. La vida es demasiado complicada.

—Sí, mamá… lo entiendo.

—Entonces… ¿me prometés que cuando quieras coger, primero me vas a buscar a mí, antes que a alguna de tus hermanas?

—Sí, te lo prometo.

—Y no te olvides de llamar a Brenda. Esa chica me gusta mucho para vos… y es bien putita, nunca te va a decir que no.

—Y a vos tampoco. Me pidió que te recordara que ella iba en serio cuando te dijo que la llames para coger cada vez que quieras.

—Lo sé, lo sé… quizás algún día la podamos llamar, para darle duro entre los dos.

—Es posible, sí… me gusta la idea.

Nos quedamos ahí en la cama, en silencio, sin hacer nada. De todo lo que dijo Alicia, hubo una frase que me quedó dando vueltas en la cabeza: “Sé que querés a Tefi, tanto como yo quiero a Cristela”.


—--------------


La vida con Alicia empezó a ser algo rutinaria. Empecé a buscar trabajo, porque no quería quedarme en casa todo el día sin hacer nada; pero la situación estaba difícil. Muchos comercios habían cerrado por culpa de la pandemia y había demasiada cantidad de gente buscando empleo. Mi madre me dijo que ella tendría paciencia todo lo necesario, siempre y cuando yo colaborara con los quehaceres domésticos. Me dijo que debía aprender a cocinar y a valerme por mí mismo “porque yo no soy la sirvienta de nadie”, añadió.

Un día mi madre volvió de hacer unas compras y me encontró en una situación que, de no haber pasado todo lo que pasó, hubiera sido muy incómoda.

Entró a mi pieza y me descubrió dándole por el culo a mi tía. Las nalgas de Cristela rebotaban cada vez que mi verga se hundía hasta el fondo, de su concha chorreaban hilitos de flujo, demostrando que estaba muy caliente, y gemía como una puta.

—¿Hey, qué hace ella acá? —Preguntó Alicia—. ¿No habíamos acordado que esto se terminaba?

—Pero, mamá… vos misma lo dijiste… a vos no te puedo dejar embarazada, y a la tía Cristela tampoco. ¿Qué problema hay de que coja con ella?

—Eso, hermana… —dijo Cristela—. ¿Qué problema hay? ¿O acaso te vas a poner celosa de mí? ¿Querés a Nahuel para vos solita?

—Emmm… este, yo… no, claro que no…

—¿Por qué mejor no te sacás el pantalón y me dejás chuparte un rato la concha? —Le preguntó su hermana.

—Dale, mamá… decile que sí —tuve que hacerla reaccionar, porque se quedó dura—. ¿Acaso tenés miedo de que Cristela te deje embarazada? —Eso hizo reír a mi tía.

—Si la dejo embarazada, nos hacemos millonarias vendiéndole la historia a los noticieros.

Alicia también sonrió. Entendió que era una tontería quedarse afuera del disfrute. Se quitó toda la ropa y saltó a la cama.

Su hermana inició el proceso comiéndole la boca, se ve que se extrañaban mucho y les gustó besarse. Después bajó por las tetas, donde se entretuvo un buen rato, y siguió el camino hasta la concha. Todo esto sin que yo me detuviera ni por un segundo. Ahora sí que puedo mantener un buen ritmo al coger. Además el culo de mi tía estaba en su punto.

Me quedé con ellas unos minutos hasta que, sin acabar, me puse de pie y encaminé hacia la salida.

—Hey… ¿te vas? —Preguntó Cristela—. Mirá que todavía me la banco…

—Creo que las dos merecen estar solas un rato —le dije, apoyando mi espalda contra la pared, mi verga aún estaba bien dura—. Mamá, entiendo perfectamente por qué no querés que Tefi y yo estemos juntos. Te prometí que ya no cogería con ella y voy a cumplir esa promesa. Pero me parece una tontería que por mi culpa tengas que sacrificar tu relación con Cristela. Entiendo que la situación es muy diferente. Las dos son mujeres, el riesgo de embarazo no existe. Se quieren un montón… merecen estar juntas.

Los ojos de mi madre se llenaron de lágrimas.

—¿Lo decís en serio?

—Sí. Pasaron muchos años deseando estar juntas, como si fueran una pareja. Ese momento ya llegó.

—Muchas gracias, Nahuel… gracias por entender…

Ahora la que lloraba era Cristela.

—Solo prometanme que no van a discutir por boludeces. —Las dos asintieron con la cabeza—. Muy bien, y no se preocupen… si no quieren contárselo a nadie, yo no voy a abrir la boca. Será nuestro secreto —les guiñé un ojo—. Sean felices.

Me sonrieron y vi cómo sellaban el reinicio de su relación con un apasionado beso. Cerré la puerta al salir, necesitaban estar solas.



—----------


Me pone triste no poder estar junto a Tefi, no de la forma en que me hubiera gustado. Pero al menos sé que siente por mí lo mismo que siento por ella, y aún más importante… que nos veremos otra vez y viviremos nuestras propias aventuras. Eso es lo que me ayuda a mantener ardiendo la llama de la esperanza.

Quién sabe, quizás algún día podamos pasar juntos unos días… o unos meses. Al fin y al cabo Cristela y Alicia finalmente encontraron su forma de estar juntas, después de tantos años.

Las posibilidades son infinitas. Uno nunca sabe qué acontecimiento podría poner el mundo de cabeza, como ya ocurrió.

Algo me dice que Estefanía y yo tendremos nuestro “gran momento”. Ese día llegará, solo debo ser paciente.


Diario de Cuarentena:

<Es el fin de una era… y el comienzo de una nueva. La humanidad pudo derrotar al Covid. El mundo está volviendo a la normalidad y yo, como soldado solo sirve en tiempos de guerra, me pregunto cuánto tiempo faltará para la próxima pandemia>.

FIN

  

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Comentarios

Martín ha dicho que…
Ese final merece un spin off, o al menos un epílogo!!

Fue una gran historia, la que mas me gusto por el trabajo que hiciste desarrollando cada personaje. Felicitaciones!
Gabimaru ha dicho que…
Y... La verdad no me gusto mucho el final, poner a Pilar asi com los amigos de Nahuel y luego el socializar con ellos es utópico por lo que conlleva los rumores maliciosos y eso lo sabe Nahuel por eso me parece no va con el personaje.

Para terminar asi... Pudo ser mas dramático y con un final abierto de diferente forma.

Ejemplo: Teffi era medio Tsundere en su personalidad, Pilar la timida, Gisela la maternal con doble personalidad, Macarena la sociable, etc entonces segun cada personaje un final épico hubiera sido que todos se independicen como esta escrito pero que Nahuel no sepa lo de Teffi hasta último momento y al declarar su amor, Teffi lo rechase y se vaya, haciendo un escenario de lagrimas de macho jajajaja pero pasado un tiempo Nahuel reciba una carta o mensaje de Teffi para que vivan juntos. Y que la tia convensa a su madre de no intervenir y se queden ambas madre y tia viviendo juntas ademas de relatar el encuentro de Nahel y Teffi en otra ciudad, SIN PONER LO OBVIO DE LO OBVIO DE QUEDAR EMBARAZADA, HAY MUCHOS METODOS PARA EVITARSE UN EMBARAZO cono T de cobre, pastillas,

Un final asi con ambos abrazados y ver que les depara el futuro hubiera sido épico.

Se me ocurren mas finales jajajaja perdon quiza por que escribo novelas tengo ese estilo de escritura en fin a miiii me pareció asi, con una Teffi fria y plana sin la personalidad que le dieron.
Pero en general una gran obra erótica que me mantuvo pendiente capitulo a capitulo. Gracias por este gran trabajo.
Nokomi ha dicho que…
Martín: Por ahora no habrá ningún spin-off, prefiero centrarme en nuevos proyectos.

Gabimaru: Discrepo con lo que considerás un "final épico". Me parece absurdo que Tefi rechace a Nahuel solo para invitarlo a vivir con ella tiempo después. Tefi no lo haría sufrir de forma tan gratuita, mucho menos si ella siente lo mismo por él.
No está bueno eso de decirle a otro escritor/a cómo debe terminar sus relatos. Si escribís historias deberías saber perfectamente que cada escritor tiene su propio punto de vista, y construye la narrativa y los personajes a su manera. Es irrespetuoso que otro venga y diga: "debería haber terminado así y así, porque a mí me gusta más"... como si yo pudiera leer tus pensamientos y debiera escribir la obra a TU gusto, siendo que ni siquiera te conozco.
Ragnarok543 ha dicho que…
excelente final eres una espectacular escritora me encanto este final, un poco habierto que tal vez lo utilices pero en mi opinion este es tu mejor relato
Cheche ha dicho que…
No puedo creer que haya terminado ya! Siento que fue hace poco que empezaste esta historia y yo en mi mente "no le ganará a strip poker en familia" y mira lo que hiciste?!
Eres una gran escritora y ahora termine las enamorado de Estefanía y de Alicia (Alicia siempre fue mi favorita y ahora más).
Pienso que sí se merece uno o varios especiales de vez en cuando como: algo de navidad, vacaciones, un reencuentro familiar o capítulos puntuales de cada personaje.
Creaste a una familia que todos adoramos, aprendimos a quererlos y a fantasear con ellos, creaste a un protagonista con él que podemos identificarnos todos.
Sabes como convertir en na historia erótica en una de amor y suspenso.
No te imaginas lo mucho que extrañaré a estos personajes.
De verdad mientras leía reía, me sorprendió y hasta se me ponía un nudo en la garganta como si estuviera ahí y fue a mi al que le pasará.
Eres sin duda una de las mejores escritoras que he leído Nokomi y todos te aplaudimos de pie.

Extrañaré a esta familia, espero espin off o cross over con estos personajes.

Mucha suerte y sigue asi
Anónimo x ha dicho que…
Que gran final, no quería que terminara está historia, espero y le des continuidad a Teffi y Nahuel y que les des un final feliz a ambos, de más está decir que eres una gran escritora con gran talento, TQM.
NARKD ha dicho que…
Te agradezco por esta historia. Me encantó
Está es tu manera de terminar tu historia
Lo único que tengo es admiración y agradecimiento.

Espero por tu siguiente gran obra.
Nokomi realice unos fanarts de las chicas.
Y aunque no pude trabajar como yo quería
En ellas. Te dejo un link para que las puedas
Ver
Esta es mi forma de agradecerte. Abrazos

https://cafeshibe.com/temas/fanarts-de-aislado-entre-mujeres.10726/

Mi favorita siempre será Macarena y me encantaría ver un spin off de ella y por qué no un poco de nokomiverso
emyzero ha dicho que…
un poco melancolico el final pero como terminas algo así viven para siempre en el desenfreno con sus ya conocidas consecuencias que solo traerán problemas o sigues adelante como la vida misma, por eso me gustan tus historias tienen ese componente humano de duda y duelo, los personajes son personas reales con sus miedos y problemas, exelente trabajo se volvió de mis favoritos esperaba con ansias la publicación de cada capítulo fueron unos años para conocer el final y suerte en tus siguientes proyectos aquí estaré esperándolos.
Mario González ha dicho que…
Felicidades, comparto con la idea de que son reacciones humanas y el final fue perfecto, extraordinario. Esperando nuevos proyectos y siguiendo los que ya están en proceso. Gracias por compartir tu talento con nosotros
Fran ha dicho que…
Maravilloso, Nokomi! Un final espectacular para semejante historia. Me encantó, me quedé fascinado nuevamente de la magia que salen de tus letras, te llegó desde hace años, como bien he comentado antes y la verdad he notado un crecimiento exponencial en tu arte, te felicito por ello. Gracias por tu tiempo, por dejarnos ver un poco lo que piensas, por encandilarnos con tus historias, gracias por tanto! Acá seguiré fiel, leyéndote en cada historia. Un beso
Héctor Vilchis ha dicho que…
Antes que nada agradecerte por tenerme atrapado hasta el final con éste relato, pero con honestidad, y con absoluto Tefi to respeto el final me pareció decepcionante, el cambio de actitud de Ayelén me resulta inexplicable, nunca relataste como resolieron las cosas ella y Tefi, considero que era muy predecible que terminaran separados Nahuel y Tefi, pero debió resolverse de otra manera el asunto entre él y Brenda, también resolviste de forma muy simple las salidas de todas de la casa, las únicas que tenían una fuente de ingresos eran Gisela y Tefi, Pilar y Macarena no y sin embargo con recursos de no se donde rentaron un departamento, te repito esta crítica la hago con mucho respeto pero me hiciste recordar el final de How I Met Your Mother dónde en 2 episodios resolvieron de la forma más simple y conveniente a la trama lo que habían desarrollado por 9 años, en general me gustó muchísimo este relato, lo considero tu mejor trabajo, pero el final me resultó decepcionante
Juan ha dicho que…
Nokomi no les des importancia d lo q digan, la verdad fue una historia sin igual, no tenes una idea d como esperaba cada capítulo q subías, la verdad, t aplaudo si llegarás a sacar está historia en un libro, t aseguro q lo compraría, felicitaciones x el excelente relato...👏🏻👏🏻
chinitus ha dicho que…
me encanta muchos tus relatos, y mas los estilo de incesto. la verdad que este fue el mejor final, me jugaba que Nahuel se queda con Brenda, pero como termino me encanto mas. la verda que te felicito por lo gra escritora que sos.

muchas gracias por tu relatos


espero leer otro de familia muy pronto
RojanKhxzr ha dicho que…
Un final impresionante, digno de una escritora como vos Nokomi. La verdad, aplaudo ante tales palabras y como finalizó todo de la mejor manera.

El diario de Cuarentena del Soldado Nahuel diría que fue de las mejores cosas de la historia, que no haya sido un simple pensamiento esta bueno. Aparte, tuvo su toque humorístico ante situaciones serias, asi que estuvo bastante bueno como el resto de la historia.
Espero ver a futuro alguna referencia en otra historia, como la de Sabrina de Transferencia Erótica en esta misma historia.
UniMask ha dicho que…
bueno que te puedo decir buen final, de estos 2 años y medios, me diste un nuevo gusto por la lectura, la cual me inspiraria para crear las mias y asi añadir con mi futuro trabajo de artista. por cierto no te molestaria si hiciera una continuacion no canonica, que cuente un poco mas en como vive una familia incestuosa con nuevos personajes y nuevos problemas. claro dando respectivos creditos. y por cierto en twitter (X) ya hice mis dibujos representaciones. espero sea de tu agrado. y sigas escribiendo historias asi. exitos
Miranda ha dicho que…
Ahora siento un vacío en mi corazón. Las historias no pueden ser para siempre, pero es duro cuando grandes historias acaban 😣
Nokomi, ¿alguna ves has pensado en hacer versiones en libro digital de tus novelas?
Nokomi ha dicho que…
UniMask: si querés escribir algo, usá tus propios personajes. No uses los míos, ni tampoco copies la estructura de mis relatos. Ya tuve problemas con uno que decía "inspirarse" en mi obra, y literalmente la estaba plagiando. De una u otra forma siempre termino afectada por la falta de creatividad de los demás "escritores".

Miranda: De hecho, ya estoy trabajando en una versión "novela digital". Los miembros del Tier 5 de mi Patreon están "financiando" el proyecto con sus donaciones. A ellos les voy comentando todo el trabajo que hago en cada capítulo. Y los demás miembros de Patreon pueden ver las versiones nuevas de los capítulos cuando ya están listos.
CamachoHDM ha dicho que…
Este ha sido un largo viaje, tanto como la pamdemia misma... Con el tiempo se le ha acabado cogiendo aprecio a estos personajes, pues la forma en que has manejado este relato ha sido excelente, si bien es cierto que nos tienes acostumbrados a una gran calidad y esmero en detalles, esta ha sido, de largo tu mejor trabajo, nos deja con ansias de poder leer tu siguiente obra... Gracias por esta, que ha sido todo una montaña rusa de emociones, se que hablo por muchos al decir que nos ha encantado... Saludos desde México ����
Link ha dicho que…
Me he cascado un montón de tremendas pajas con esta historia a lo largo de estos años.
Muchísimas gracias.
Y si. Este final se merece un spin off.
chasirette ha dicho que…
Que genialidad tu pluma, tu imaginación y tu trabajo son admirables. Un placer enorme haber encontrado tus relatos. Muchas gracias por tan notable arte.
OxesCamba ha dicho que…
que espectacular libro!!!
digno de hacerle todos los capitulos y es más
da para hacer toda una serie épica de sexo
netflixxxxxx por favor animate!!!

FELICIDADES NOKOMI!!!
Ricardo Sarmiento ha dicho que…
20 HORAS

Sí, 20 horas estuve pegado a la pc leyendo todo, no pude despegarme ni para dormir ni comer, sólo para buscar algo de beber y más pañuelos descartables de los tantos pajazos que me pegué.
Tuve muchos momentos graciosos, sobretodo con las notas del "cadete", y algunos donde me sentí identificado porque sí, he cojido con varias de mis parientas aunque nunca he sabido de algo entre ellas (y me daria mucho morbo saberlo algun dia) aunque dudo que eso pase ya que todos somos mayorcitos y los momentos donde estuvimos juntos fueron encuentros casuales donde nos encontrabamos accidentalmente en una disco o sitio similar y terminabamos cojiendo toda la noche.

En fin, todos los personajes tuvieron un cierre muy bueno, sobretodo FERNANDA, PILAR y AYELEN, me alegra que pilar se transformara en una "puta" similar a su madre, después de tan recatadita y que ayelen fuese perdonada y la vieja desterrada; aunque me gustaria saber si vas a agregar algo como un tiempo después (o años después) donde veamos si el chavo se queda con brenda o si las "hermanas milfs" continuan juntas, o, si el chavo va a "visitar a la prima" y tiene un trio con la abuela y si al final tefi y su hermano consuman su amor nuevamente.....

FELICIDADES POR LA HISTORIA, Y AUNQUE COMENCÉ A LEERLA EN TODO RELATOS LA TERMINÉ EN TU BLOG
Ffran ha dicho que…
No queda nada más que agradecer, espero pronto ser patreon y contribuir con tu trabajo, por fin algún relator que hace algo entretenido. Gracias Nokomi, demasiado bueno estuvo
Calaguti ha dicho que…
Enhorabuena Nokomi.
Es tu mejor relato con diferencia.
Tratas a todos tus personajes con mucha humanidad y que sin ser perfectos, les trasmites ternura y sentimientos que no suelen verse en la mayoría de los relatos eróticos.
Hay tanta información, que lo he tenido que leer dos veces para comprender mejor a todos.

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