Un Fin de Semana con mis Hermanas [09].

 

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Un Fin de Semana con mis Hermanas.


Capítulo 09.

Los Secretos de Benjamín.




Para comenzar con mi narración antes tenía que conectar mi celular a la computadora. Realicé esta tarea tomándome todo el tiempo posible. Pude ver cómo la desesperación de mis hermanas iba en aumento.

一Dale, nene. ¿Podés apuntarte? 一se quejó Luci.

一¡Ja! Mirá quién habla de apurarse 一comentó Flor con sarcasmo一. Nos hiciste esperar un montón para contarnos lo que pasó con mamá.

一Sí, porque no quería contarles. Pero Benjamín parece tener muchas ganas de contarnos. Se demora sólo para hacernos sufrir.

一Es cierto 一dije一, pero además de contárselos, se los puedo mostrar. Una tarde, en la que creí que no había nadie en casa, entré al living, justo donde estamos ahora, y me encontré con esta escena.

Presioné el botón para iniciar la reproducción de un vídeo y en la pantalla del televisor apareció el mismo sofá en el que ahora estaban sentadas mis hermanas. Sobre el sofá, de rodillas y dándome la espalda, estaba Silvina, la preciosa amiga de Luci, con sus abundantes rulos cayendo sobre su espalda y el culito bien paradito. Detrás de ella, y arrodillada en el piso, estaba Lali, nuestra madre. Se podía ver claramente cómo la lengua de mamá se perdía entre los gajos vaginales de Silvina.

一¡Qué puta! 一exclamó Lucía一. Silvina nunca me dijo que mi mamá le había chupado la concha.

一Mamá está totalmente loca 一dijo Flor一. ¿Cómo se le ocurre hacer una cosa así en nuestra propia casa… y con la mejor amiga de una de sus hijas? ¿Segura que no sabías nada de esto, Luci? Ya no te quedan muchos motivos para mentir…

一Por eso estoy diciendo la verdad. Silvina ni siquiera me insinuó que una mujer mayor que ella le había comido la concha. La muy puta ni siquiera dijo nada.

一Claro, seguramente vos le habrás contado todo lo que hiciste con tu mamá 一dije一.

一Bueno no, no le conté nada de eso, pero Silvina es mi mejor amiga y en esta situación estaba involucrada mi mamá. No me hubiera enojado con ella si me hubiera contado.

Mis hermanas miraban la pantalla incrédulas, algo que me pareció extraño después de todo lo que habíamos visto.

一¿Porque les resulta tan raro ver esto? 一pregunté一. Ya vieron a mamá hacer cosas peores.

一No lo sé 一dijo Flor一, quizás sea porque me estoy imaginando como habrá hecho para seducir a Silvina.

一Eso no le habrá costado mucho 一dijo Luci一. Silvina podrá parecer una mosquita muerta, pero se calienta bien fácil. Y mamá tiene mucho poder de convicción. A mí me resulta raro porque ninguna de las dos me dijo nada.

一Benja ¿Y vos qué hiciste cuando la viste ahí? 一preguntó Flor一. ¿Solamente te quedaste grabando todo?

一Sí, preferí no meterme. Me imaginé que Silvina se asustaría si llegaba a verme. Además tampoco estaba seguro de cómo reaccionaría mamá. Grabé todo lo que pude y después me fui. Ya tenía lo que necesitaba. Esperé unas horas, hasta que Silvina se fue, y después fui a hablar con mamá.

一¿Unas horas? 一preguntó Flor一. ¿Esas putas estuvieron chupándose la concha durante horas?

一En realidad no lo sé 一respondí一. Porque no sé cuándo se fue Silvina. Simplemente espere hasta que escuché a mamá caminando por el pasillo. Ahí fue cuando salí de la pieza y le di un susto bárbaro. Ella creía que estaba sola en casa. Supuestamente yo debía estar con Carolina, pero Caro me dijo que se sentía mal, así que me quedé en casa. No le avisé a nadie porque nunca tuve que pedir permiso para quedarme en mi casa.

一Por eso la descubrí yo 一dijo Luci一. A veces mamá es muy arriesgada. Pero creo que es parte de su juego. Le gusta el riesgo. Lo sé porque varias veces lo llamó a papá mientras se la estaban cogiendo entre dos o tres. Hablaba con el mientras le metían la pija, y a veces hasta gemía un poco. Sí papá le preguntaba por qué estaba tan agitada, ella decía que estaba haciendo ejercicio. Y cuando yo empecé a participar en las fiestas de mamá, me usaba para que papá no sospeche. Respiraba agitada, y cuando papá empezaba a pensar qué ocurría algo raro, que esa no parecía ser la respiración de alguien que hace ejercicio, mamá me pasaba el teléfono a mí. Mi trabajo consistía en convencer a papá de que las dos estábamos haciendo ejercicio. Daba bastante morbo, en especial cuando nos estaban dando por el orto.

一¿Y qué opinaban los tipos que estaban con ustedes? 一preguntó Flor.

一Les divertía la situación. A veces ellos mismos proponían qué mamá llamara por teléfono a su marido.

一¡Hey! Ahora qué hago memoria vos me llamaste a mí un día 一comentó Flor一. Te noté muy agitada y te pregunté si estabas cogiendo. Vos te reíste y me dijiste que estabas trotando con mamá. Incluso me saludó. ¿Ese día se las estaban cogiendo, cierto?

Lucía soltó una fuerte risotada.

一Bueno, sí. Ahora sabés la verdad.

一¡Ay! Me da mucha bronca que me hayas llamado cuando andabas cogiendo con mamá. Si hubieras estado sola no me molestaría tanto. Lo que me jode es que mamá estaba ahí, riéndose de mí.

一Uy, perdón no me di cuenta. Pensé que te resultaría divertido saberlo.

一No, porque me demuestra que nunca le importé a mamá. En su juego, yo cumplo el mismo rol que papá. Soy la pelotuda que nunca se entera de nada.

Me sentí mal por Florencia, no se lo quería decir, pero ella tenía razón. Mamá la había dejado de lado. Hasta se había burlado de ella. Ese chiste de llamarla mientras cogían era como decirle a Flor: “Mirá, a Luci sí la invito a mis fiestitas… pero a vos no”. Intenté redirigir el tema de conversación, para que Flor no empezara a llorar otra vez.

一¿Les sigo contando? 一Pregunté.

一Sí, dale… seguí 一se apresuró a responder Luci, creo que ella también se dio cuenta de que lo mejor era evitar hablar de las partuzas en las que participó con nuestra madre.

一Bien. Como dije, Lali casi se muere del susto cuando me vio. Pude jugar con ella un poco, haciéndome el boludo, pero me pareció más divertido ir de frente. Le pregunté: “¿Desde cuándo te gustan las conchas?”. Se puso pálida. Casi como si papá la hubiera sorprendido siendo infiel.

一Y… pegó en el palo. No sos el marido, pero sos el hijo 一comentó Luci.

一Además, si los cálculos no me fallan, esto pasó antes de que vos la descubrieras cogiendo con un tipo. Así que creo que fue su primera experiencia siendo sorprendida infraganti.

一¿Por qué estás tan seguro de eso? 一Preguntó Luci.

一Se va a entender mejor cuando te cuente lo que pasó después.

一Y dale, nene, contanos… 一dijo Flor.

一Con una condición…

一No, ni hablar. Contanos 一insistió Flor.

一Luci puso condiciones para contar lo que hizo con mamá… ¿por qué yo no puedo hacer lo mismo?

一Porque ya sé cuál va a ser tu condición. Querés metérmela por el culo otra vez… y te digo que no, porque ahora mismo tengo el orto dolorido.

一No es exactamente lo que estaba pensando, pero se parece. Creo que ahora le llegó el turno a Luci de pagar.

一Mmm… esa idea me gusta 一dijo Flor, con una sonrisa maliciosa一. Dale, nena… prepará ese culo, ahora te toca a vos.

一¿Qué? No… ni loca…

一¿Qué pasa? ¿Vas a decir que te da miedo? 一Florencia parecía estar divirtiéndose mucho con la situación一. ¿No era que te metieron cinco pijas por el orto?

一Sí, pero no todas a la vez. Y nunca una tan grande como la de Benja.

一Eso no es excusa 一dijo Flor一. Yo me dejé hacer el orto siendo prácticamente virgen… solo me metí el consolador una vez, nunca me habían hecho el orto.

一Mentira… estoy segura de que sí te lo hicieron. La pija de Benja no te hubiera entrado si fueras virgen del culo. Contá la verdad, nena. ¿Quién te da por el orto?

一Nadie… 一Flor se mordió el labio inferior.

一¿Ves? Estás mintiendo. ¿Tenés algún amante secreto del que no nos querés contar?

一No…

一¿Entonces?

一¡Bueno, basta! 一Flor se puso de pie y caminó nerviosa delante de su hermana一. Ya te lo dije, nena… mi vida sexual es patética. No cogí con nadie, más que con el pelotudo de mi novio. Si la pija de Benja me entró fue porque me gusta meterme el consolador…

一¿Por el orto?

一Sí, por el orto… me gusta ¿y qué?

一A mí me parece genial que te guste, hermanita 一dijo Luci, con una amplia sonrisa一. Lo que no me agrada es que mientas al respecto. ¿Qué tiene de malo que te guste hacerte el orto con un consolador? A mí me parece algo muy sexy.

一A mí me parece patético. No me gusta quedar como una pendeja pajera.

一¿Y de dónde sacaste el consolador?

一Se lo robé a mamá.

一¡Ajá! Entonces ya sabías que había consoladores en esa caja negra 一dije, señalándola con un dedo.

一Bueno, sí… pero eso es lo único que sabía.

一¿Y por qué usaste ese consolador? 一Pregunté一. ¿Por qué no te quedaste en tu pieza usando el tuyo?

一No sé… supongo que lo hice porque estaba aburrida. Quería alguna emoción más fuerte. Hacerme la paja en mi pieza ya no me calienta. Lo hice tantas veces que ya me aburre… por eso empecé a meterme el consolador por el culo. Necesitaba sentir algo diferente… y bueno, a la larga me terminó gustando, y empecé a hacerlo con más frecuencia. Ya está, ya te lo conté. ¿Contenta?

一Sí, ahora sí. ¿Ves? Es mejor ser sincera. Acá nadie te está juzgando, hermanita. 一Luci también se puso de pie一. Está bien, voy a entregar el orto… pero antes voy a necesitar que me calienten un poco, porque el sexo anal no es algo que me guste hacer en frío.

一¿Querés que te chupe la concha? 一Preguntó Flor.

一No, quiero chupártela yo a vos. Eso me calienta más. El que se puede entretener con mi concha es Benja.

一Y Benja está feliz con esa decisión 一dije, poniéndome de pie.

Luci le hizo señas a Flor para que se sentara contra uno de los apoyabrazos, con las piernas apuntando hacia el centro del sofá. Luci se puso en cuatro frente a ella.

Hacía unos minutos había penetrado la concha de Luci, pero en esa ocasión no tuve la oportunidad de disfrutarlo como es debido, porque Flor nos interrumpió. Agradecí que mis hermanas estuvieran tan calientes como yo. Además ellas también reconocían que nos moríamos de ganas de coger. No era de extrañar, después de todas las cosas que pasaron y las que vimos en la pantalla.

Tomé a Luci por la cintura y apunté mi verga. La clavé sin misericordia. Cuando ella se echó hacia adelante, por el envión de mi penetración, Flor le agarró la cabeza y prácticamente la obligó a comerle la concha. La lengua de Luci se movió hábilmente entre los labios vaginales de su hermana mayor y le hizo varias visitas al clítoris. Por mi parte, me encargué de demostrarle a Luci por qué a Caro le gusta tanto coger conmigo… y por qué Flor se calentó tanto durante la noche anterior.

Mis pijazos fueron potentes, y los gemidos ahogados de Luci me incentivaron aún más. Coger con Luci me produjo un efecto inesperado, sentí un morbo diferente. Creo que es porque siempre pensé que la más experimentada en el sexo era Flor, y que Luci era virgen. Entonces tuve esa sensación de estar cogiéndome una virgen… y al mismo tiempo sabía que en realidad se la estaba metiendo a una pendeja que había participado en orgías… con su propia madre.

Después de unos largos minutos, la verga me empezó a palpitar, frené un poco porque aún no quería acabar, todavía quedaba lo más importante.

Saqué la pija de la concha y la llené de lubricante, hice lo mismo con toda la parte central de las posaderas de mi hermana.

一Bueno, nena… prepará el orto, porque allá voy.

一Ahora sí estoy lista 一aseguró Luci一. Quiero que me la metas bien adentro del orto.

Esas palabras hicieron que la sangre se me subiera a la cabeza. Luci estaba demostrando que era puta en serio, no solo de palabra. ¿Le habrá dicho lo mismo a los cinco tipos que se la clavaron por el orto? Quiero creer que sí. Me calienta imaginarla en esta situación con otros hombres.

一Mientras le vas abriendo el orto a Luci, podés contarnos lo que pasó con mamá 一sugirió Florencia. Ella tenía las mejillas rojas, respiraba agitadamente y muchas perlitas de sudor cubrían su cara y sus tetas. Entre sus piernas, Luci agitaba la cabeza como si fuera un perro ante un suculento plato de comida.

一Puedo intentarlo 一dije mientras apuntaba el glande al orto de mi hermana más pequeña一. Lo siguiente que me dijo mamá fue: “Tenemos que hablar”. Nos metimos en mi pieza 一fui presionando lentamente y admiré cómo ese culo se iba abriendo de a poco一. Le volví a preguntar sobre su afición a las conchas y ella me dijo que estaba atravesando una etapa de “experimentación”. El sexo convencional la tenía muy aburrida y necesitaba algo nuevo. Así que le pregunté por qué lo hizo con Silvina. Ahí fue cuando Lali me confesó que llevaba varias semanas mirándole el culito a Silvina con ganas y aprovechando cada oportunidad que tenía para rozarle las manos, las nalgas… o para apoyarle las tetas en la espalda.

一¿Y te lo contó todo así sin más? 一Preguntó Flor.

一Más o menos. 一Mi glande se hundió por completo en el culo de Luci, lo saqué y volví a empujar hacia adentro一. Al principio tuve que insistir un poco. Pero se convenció de que podía hablar conmigo cuando le conté que Carolina también andaba probando cosas nuevas, por eso se había acostado con otros tipos. Le expliqué que eso a mí no me molestaba, todo lo contrario, me gusta que mi novia tenga experiencia en la cama, que sepa moverse.

Al parecer estas palabras fueron un incentivo para Luci, cuando el glande fue metiéndose en su culo otra vez, ella empezó a menear las nalgas de adelante para atrás, casi como si me estuviera diciendo: “Yo también sé moverme”.

一Che, vos viste a mamá chupándole la concha a Silvina 一dijo Luci一. ¿Pero te contó si Silvina hizo lo mismo con ella?

一Sí, como yo insistí mucho… y mamá parecía tener ganas de compartir la experiencia con alguien, le pregunté si la pendejita también había probado concha. Lali me dijo que esa no era la primera vez que hacían algo juntas, ya se habían revolcado en la cama un par de veces… y obviamente las dos se dieron con ganas la una a la otra.

一¿Habrá pasado antes o después de que Silvi me la chupó a mí? 一Se preguntó Luci一. Conmigo parecía muy nerviosa, pero quizás solo estaba actuando.

一La gente que pisa esta casa suele mentir mucho 一dijo Flor一. Y también ocultar muchas cosas. Quizás Silvi ya había probado concha con mamá y después te hizo probarla a vos.

一Pendeja de mierda 一dijo Luci一. Ya voy a hablar con ella. Necesito que me diga la verdad. Me molesta que no me haya contado nada.

一A mí me molesta más que vos y Benja hayan hablado de estos temas con mamá… ella no habló conmigo.

Una vez más Flor se estaba lamentando de que nuestra madre la hubiera dejado de lado, decidí seguir con mi relato, antes de que ella se amargara y decidiera ponerle fin a tan bello momento.

一Lo mejor de haber tenido esta charla con mamá es que sirvió para que ella empezara a confiar un poco más en mí… aunque evidentemente no confió tanto como para contarme de sus andanzas con Luci 一supuse que eso calmaría un poco a Flor一. De eso no sabía nada. Lo juro.

El culo de Luci ya estaba llegando al punto ideal de dilatación, mi verga entraba y salía cada vez con más facilidad, enterrándose aún más profundo en ese agujero.

一Antes dijiste que sabías que mamá era infiel… ¿te referías a Silvina? 一Preguntó Flor.

一No solamente a ella. Mamá me dijo que estaba viéndose con un tipo, a espaldas de papá… uno bien dotado, con el que le encantaba coger. Aclaro que mencionó solo a uno, no habló de tríos ni nada de eso. A mí no se me hizo raro que ella tuviera un amante, con lo linda que es, me parece lo más obvio. Aunque aparentemente papá nunca se dio cuenta.

一Si papá supiera la mitad de lo que hace mamá, se muere 一comentó Flor.

一Sí, por eso es mejor que no se entere de nada 一dijo Luci一. Papá es algo… sensible. Quiere a mamá… a su manera. El orgullo le quedaría muy herido si supiera que no es capaz de satisfacer a Lali en la cama… y se pondría incluso peor si supiera que a su esposa se la garcharon entre varios tipos al mismo tiempo.

一Y ni hablar de si además se entera que su hijita participó en eso 一puntualizó Flor一. Ahí sí que le da un ataque. Papá debe pensar que nosotras somos vírgenes.

一Y yo puedo dar fe que de vírgenes no tienen ni el orto…

Tomé a Luci por la cintura y empecé a darle más fuerte… y seguí acelerando el ritmo a medida que notaba que mi verga podía moverse con mayor facilidad dentro de ese agujero. Las nalgas de mi hermanita rebotaron contra la verga, como si estuvieran aplaudiendo. Los gemidos de Luci se volvieron pornográficos y solo quedaron ahogados porque Flor la obligó a comerle la concha.

A pesar de que este no es el primer culo en el que meto la pija, la emoción es como si fuera la primera vez, porque ahora sí puedo decir que le rompí el orto a mis dos hermanas. Bueno, no es que vaya a ventilar estos asuntos con cualquiera; pero quién sabe, quizás algún día se lo pueda confesar a la puta de mi novia. Sé que a Carolina le puede dar mucho morbo la situación, si se lo cuento en el momento apropiado. Hasta… podría mostrarle un video…

一Flor, pasame el celu.

一¿El mío o el de Luci?

一Me da igual, cualquiera que tengas a mano.

Me alcanzó un celular y lo primero que hice fue encender la cámara. Grabé en primer plano cómo mi verga se perdía dentro del culo de Luci y luego enfoqué el jueguito lésbico que había entre su lengua y la concha de Flor… que por cierto, estaba muy mojada. Flor estaba tan caliente que incluso sonrió y saludó a la cámara cuando la enfoqué. Posiblemente ella tambíen querría una copia del video, para sus frecuentes sesiones de consolador y paja. Aunque… quizás pueda convencerla de que no necesita depender tanto de su consolador, si es que tiene la venosa verga de su hermano a disposición. Ya buscaré el mejor momento para proponerle eso. Ahora lo mejor que puedo hacer es disfrutar.

Estuve un largo rato dándole al culo de Luci sin parar, los minutos en el video iban transcurriendo uno detrás del otro. La situación era monótona, pero sé que voy a disfrutar mucho cuando vuelva a mirarlo mientras me haga la paja… o quizás mientras alguna de mis hermanas me esté chupando la verga. Con todo lo que pasó, no puedo dejar de pensar qué ocurrirá con mis hermanas cuando termine este fogoso fin de semana. ¿Dirán que ya tuvimos suficiente con el incesto o todo lo contrario? Quizás esto solo las haga desear más… como a mí.

Me detuve sin haber acabado, porque Luci me lo pidió. Entre jadeos, gritos ahogados y gemidos, me pidió que frenara. Ella había tenido un orgasmo y creo que Flor tuvo alguno mientras le comían la concha, porque hubo un momento en que la vi sacudiéndose con bastante violencia.

Saqué la verga y me quedé de pie junto al sofá.

一¿Y… qué tal? 一Le pregunté a mi hermana menor.

一Uf… no me voy a poder sentar en una semana. Me rompiste el orto.

一Fue una sola pija… ¿cuántas te metieron en un mismo día?

一Cinco.

一¿Qué? 一Preguntó Flor一. ¿Te metieron las cinco pijas el mismo día?

一Primero fueron en grupos separados 一dijo Luci一, pero después se nos juntaron todos los sementales… los muy turros lo hicieron a propósito. No nos dijeron nada que ya habían organizado una fiestita para mamá y para mí. Cuando llegamos nos enteramos que estaban los cinco juntos y… no pudimos hacer nada. Nos superaban en número. Nos dieron por todos lados, durante toda la noche. Ahí sí que estuve una semana sin poder poner el orto en una silla.

一No me di cuenta de eso 一dijo Flor.

一Porque tuve que disimular mucho… y mamá también. Nos partieron el ojete bien partido.

一¿Hay grabaciones de eso?

一Sí, alguna habrá. Grabamos casi todas las veces que estuvimos cogiendo.

一Necesito ver eso 一dijo Flor.

一Yo también… pero antes tengo que contarles otra cosa sobre mamá.

一¿Qué? ¿Todavía hay más? 一Preguntó Flor.

一Sí, queda lo más importante.

Luci se puso de lado y se inclinó sobre uno de los apoyabrazos del sofá, evitando que el peso de su cuerpo recayera sobre su culo. Me di cuenta que Flor hacía algo parecido. A veces a mi novia Carolina le ocurría algo parecido luego de una potente sesión de sexo anal conmigo.

一Les sigo contando 一dije一. Yo tenía muchas ganas de seguir hablando con mamá sobre temas relacionados al sexo, pero no pudimos seguirlo ese mismo día. Tuvimos que esperar como una semana. Una noche en la que ella no podía dormir, se metió en mi cuarto de prepo. Yo estaba… em… me estaba recreando con las revistas que escondo debajo de la cama. 一Mis hermanas soltaron una risita picarona.

一¿Así que ella te vio con la pija dura? 一Preguntó Luci.

一Sí… y bien dura. Creo que mamá nunca se imaginó que yo estuviera tan bien dotado, me miró la verga como si estuviera mirando una culebra. Yo me estaba quejando porque ella entró sin golpear, hasta que me dijo: “Si me perdonás por eso, te dejo quedarte con las revistas porno”. Entendí que eso también era una forma de comprar mi silencio acerca de lo que ocurrió con Silvina.

一Pero vos ya sos grande, Benja 一dijo Flor一. Mamá no tiene ningún derecho a prohibirte tener revistas porno.

一Sí lo sé… pero le estaba siguiendo el juego. En ese momento lo que más me llamaba la atención era su atuendo. La muy yegua solamente tenía puesto un camisón blanco, bastante transparente. Podía notar que debajo no llevaba nada puesto. Nada. Se le transparentaban claramente los pezones y como el camisón era tan corto, cuando se sentó en la cama le quedó media concha a la vista.

一Bueno, no te puedo culpar por calentarte con tu mamá 一dijo Luci一. A mí también me calienta mucho verla desnuda.

一Mientras yo la miraba con cara de boludo…

一Es decir, la cara que tenés siempre 一acotó Flor, pero la ignoré.

一...mamá me dijo: “¿Sabés algo de sexo anal?”. La pregunta me descolocó totalmente. Sin embargo entendí que esta era mi oportunidad para sacarle más información. Le dije que ya tenía experiencia en sexo anal, que a Carolina le encantaba que le diera por el culo… ella quiso que le contara más sobre eso, por eso le mostré este video.

Le di al botón “Reproducir” y en la pantalla apareció el hermoso culo de Carolina, con mi verga erecta perdiéndose dentro de su agujero posterior, tal y como había ocurrido segundos antes con el culo de Luci.

一¡Uf! 一Exclamó Flor一. ¿Esa es Caro? ¡Qué ojete tiene! ¡Y cómo le entra la pija! Benja, ¿te puedo pedir un favor?

一¿Cuál?

一¿Me pasás este video?

一¿Es para hacerte la paja?

一Em… bueno… sí…

一Entonces sí te lo paso… pero con una condición.

一Y dale con las condiciones. Está bien. ¿Qué querés?

一A cambio vos me tenés que dar un video en el que te estés metiendo el consolador en el orto.

Ella sonrió.

一Bueno, eso lo puedo hacer… tengo varios videos así.

一¡Hey! Yo también quiero eso… y el video de Caro… 一dijo Luci.

一Creo que vos nos podés pagar a los dos con lo mismo 一le dije一. Tenés que darnos un video en el que estés chupándole la concha a Silvina.

Luci se encogió de hombros.

一Está bien, después les paso alguno. ¿Vos querés lo mismo, Flor?

一Sí 一respondió Florencia, con las mejillas rojas.

La muy turra se estaba pajeando mientras miraba cómo yo le daba por el orto a Carolina. Era una paja sin escrúpulos, con las piernas bien abiertas y muchos dedos entrando y saliendo de su concha. A Luci pareció gustarle la idea, porque enseguida empezó a hacer lo mismo.

一Lo más lindo de mostrarle este video a mamá fue que ella se acostó a mi lado, apoyando una de sus tetas sobre mi pecho, y no pareció molestarle que yo me estuviera pajeando. Mientras mirábamos fue haciéndome las preguntas típicas de toda persona que se quiere iniciar en el sexo anal: “¿Duele mucho?” “¿Es difícil meterla?” “¿De verdad se siente placer al hacer eso?” Fui respondiéndole a cada una de esas preguntas basándome en lo que Carolina me contó. Le dije que a Caro le daba más placer coger por el culo que por la concha… más que nada por el morbo que le genera. También le dije que podía doler si el tipo no tiene mucha idea de lo que hace. Ahí fue cuando ella me confesó que le interesaba eso del sexo anal, pero que tenía miedo de decírselo a su amante, porque era un tipo bien dotado y tenía miedo que la lastimara al metérsela. Le comenté que Carolina y yo usábamos algunos métodos muy sencillos para que ella pudiera relajarse, porque para que te metan una pija en el orto tenés que relajarte.

一Eso es totalmente cierto 一dijo Luci一. Hubo veces en las que me puse algo nerviosa, me intimidó el tamaño de alguna pija, y me dolió un poco porque yo estaba “cerrándome” sin darme cuenta. Mamá me chupó la concha para que me relajara y gracias a eso la pija entró lo más bien.

一Mamá me pidió que le explicara con lujo de detalle cuáles eran los métodos que yo usaba con Carolina. Le dije que lo iba a entender mejor si se los mostraba de una forma un poco más… didáctica.

一¡Qué guacho! 一Exclamó Flor一. Siempre intentando sacar ventaja de la situación.

一Por supuesto. Era mi momento y no pensaba desperdiciarlo. Al principio a mamá no le pareció buena idea, pero después de tres videos de sexo anal con Carolina, terminó aceptando. Ahí fue cuando empezó esto.

Reproduje un nuevo video en la pantalla del televisor. Mis hermanas se quedaron boquiabiertas al ver a mi madre acostada boca abajo con ese corto camisón que no alcanzaba a cubrir ni un poco de su concha. En el video yo me coloqué detrás de Lali, con la pija bien dura, y empecé a masajearle la espalda con una mano mientras con la otra sostenía el celular. Le expliqué a mi madre que un poco de masajes previos ayuda mucho a relajar el cuerpo. Aproveché para grabar un primer plano de su culo y de su hermosa concha.

一Uf, las pajas que te habrás hecho con este video 一comentó Florencia.

La respuesta era obvia, no hizo falta responderle. En el video se pudo ver cómo yo acomodé mi verga entre las nalgas de mi madre y empecé a menearme de atrás para adelante.

一Ah… ¿el masaje viene con verga incluída? 一Preguntó mi mamá desde la pantalla.

一Bueno, sí… es una parte importante del procedimiento 一le dije, intentando contener mi risa.

一Ya veo 一contestó.

De a poco le fui levantando el camisón y ella fue separando sus piernas. Así que aproveché para dar unos pequeños empujones con mi glande contra el agujero de su culo.

一¡Ey! ¿Eso simboliza que ya me la estarías metiendo? 一Preguntó Lali.

一No, no simboliza nada. Esto es lo que el tipo debería hacer para que puedas prepararte mentalmente. Con unos golpecitos del glande contra el culo ya vas a ir entendiendo lo que se vendrá.

一Mm… ¿pero no sería mejor que lo hiciera con una buena lubricación?

一Eso se puede arreglar 一le dije.

Apunté la verga a su concha y empecé a mover el glande entre esos húmedos gajos vaginales. Luego volví a presionar contra su culo.

一Mmm… ya veo 一dijo Lali一. Pero para eso yo tendría que estar muy mojada.

一Y ahora lo estás.

No mentía, se podía notar claramente los jugos que manaban de su concha.

一Maldito tramposo 一me recriminó.

Volví a humedecer mi verga, pero esta vez presioné un poco más contra su concha, provocando que se le abriera un poco.

一Ey… ¿no será pasarse mucho por una simple demostración?

一Solo te estoy enseñando… además, no me vas a decir que esto no te relaja 一presioné más fuerte y mi glande se perdió dentro de su concha.

一Ay… quizás me relajaría si fuera con otro tipo, pero vos sos mi hijo y me pone más nerviosa.

一Cerrá los ojos y respirá profundo 一le dije一. Vas a ver cómo en un ratito vas a empezar a sentirte mejor.

Volví a encajar la punta de mi verga entre sus nalgas, pude notar cómo su culo iba cediendo. Ella soltó un par de gemidos suaves que me indicaron que, a pesar de sus miedos y dudas, lo estaba disfrutando. Presioné un poco más fuerte y pude ver cómo mi glande iba entrando de a poco. No quise ir demasiado lejos, lo saqué y volví a enterrarlo en la concha…

一Ay, Benja…

一Es para lubricarlo mejor.

Moví un poco el glande dentro de su concha y cuando lo saqué reanudé mi trabajo de dilatación anal. Ya estaba dando frutos, la mitad de la cabeza de mi verga ya había ingresado. Fui dando pequeños empujoncitos, imitando la forma en que lo hago con Carolina cuando ella quiere sexo anal.

一Tengo que reconocer que sí me siento un poco más relajada 一dijo mi mamá.

Eso me dio la pauta de que podía ir un poco más lejos. Volví a su concha y esta vez metí el glande y un poco más. Ella gimió, pero no se quejó. Estaba muy mojada, pude sentir el calor y la humedad de su sexo directamente contra la piel de mi verga. Me moví como si me la estuviera cogiendo y cuando consideré que ya la tenía bien lubricada, volví a su culo.

Esta vez pude enterrarle todo el glande. Ella ahogó un agudo grito contra las sábanas. Me moví lentamente y la cabeza de mi verga se encargó de hacer todo el trabajo. De a poco el agujero de su culo se fue abriendo más y más.

一Ay… Benja…

Di un par de embestidas cortas y logré entrar un poco más. Su culo estaba sumamente apretado, se aferraba a mi verga como si fuera una boca succionando.

一Bueno, ya me quedó claro 一dijo ella一, ahora sacala.

一¿Sabés que si practicás un poco te va a doler menos cuando lo hagas de verdad? El culo es como cualquier músculo, tiene memoria.

一Puede ser… sí, me dijeron algo parecido.

Saqué la verga, pero solo para volver a enterrarla. No podía meter ni la mitad, ella aún no estaba lista, pero la parte que entraba ya me hacía disfrutar mucho.

一¿Me vas a dejar bien dilatada? 一Preguntó ella, entre gemidos.

一Esa es la idea…

Empecé a moverme más rápido, literalmente como si la estuviera culeando, solo que mi verga no entraba completa como cuando me cogía a Carolina. De todas maneras esto sirvió para que mi mamá tuviera una buena experiencia y supiera lo que es el sexo anal. Ella se aferró a las sábanas y soltó gemidos cada vez que mi verga la penetró. De vez en cuando la sacaba, para corroborar qué tan dilatado estaba su culo. Cuando vi que ya se había abierto lo suficiente, metí un poco más. Esta vez sí entró hasta la mitad. A mi mamá le dolió bastante ese proceso, porque estrujó las sábanas con fuerza e incluso las mordió, para no gritar, sin embargo paró su culo y separó más sus piernas, como si me estuviera diciendo: “Dale, metela más… hasta el fondo”.

Mis hermanas se estaban llenando las conchas de dedos mientras miraban esta escena en la pantalla.

一Así que vos fuiste el que le desvirgó el culo a mamá 一dijo Luci.

一Algo así… aunque no lo tomaría como una primera vez oficial.

El video se interrumpió de forma abrupta.

一Ahí tuve que cortar la grabación porque escuché que la puerta del cuarto de papá se abría. Mamá también se llevó un gran susto. Espió el pasillo y cuando se dio cuenta que papá solo quería ir al baño, se relajó un poco. Sin embargo eso fue suficiente para ponerle fin a nuestra clase de educación sexual.

一Pero me imagino que después de esa noche habrán pasado más cosas entre ustedes 一dijo Flor.

一No, todo lo contrario. Mamá dejó de acercarse tanto a mí, como si tuviera miedo de que yo quisiera metérsela por el orto. O quizás se deba a que empezó a coger con otros tipos… y con Luci, y ya no andaba tan caliente. ¿Ves? A mí también me dejó de lado.

一No me echen la culpa a mí por eso 一se defendió Luci一. Yo nunca le insinué a mamá que tuviera que alejarse de ustedes. Cualquier problema que tengan respecto a eso, lo hablan con ella.

一Yo le voy a preguntar por qué me dejó de lado 一dijo Flor.

一Lo único que te pido es que seas discreta a la hora de encarar el tema 一dijo Luci一. Porque si le decís a mamá que viste lo que hay en un pen-drive, solo vas a conseguir que se cierre más y que no quiera hablarte.

一Ya veremos…

一Bueno, chicas, fue un gran día 一dije一. Pasó de todo… y ahora… me voy a la pieza a acabar. A menos que alguna de ustedes tenga ganas de tomar la lechita antes de irse a dormir.

Mis dos hermanas se miraron con una sonrisa pícara en los labios. Cuando yo me puse de pie, ellas se acercaron a mí, se pusieron de rodillas y sin mucho preámbulo, empezaron a comerme la verga. Como tenía mi celular en la mano, aproveché para filmar este gran momento.

Las dos demostraron que ya no les molestaba hacerme un pete. Chuparon con ganas, se lamieron la boca la una a la otra y succionaron mi glande con fuerza. La que noté más entusiasmada con esto fue a Florencia. Ella estaba muy caliente, aún más que Luci. Intentó varias veces hacer garganta profunda, y casi lo consiguió una vez. Lucía demostró una vez más lo bien que se le daba eso de tragar pijas hasta la garganta y Flor la miró maravillada. Todo concluyó con una abundante lluvia de semen, que cayó justo sobre sus caras. Saltó mucha leche porque llevaba largo rato aguantando las ganas de acabar. El orgasmo que tuve fue tremendo, muy intenso… y lo mejor de todo es que pude grabar cómo las caras de mis hermanas se llenaban de líneas blancas irregulares.

Cuando ya tuve los huevos bien secos, me fui a mi pieza. Necesitaba descansar y prepararme mentalmente para el día siguiente, porque este era un fin de semana largo y todavía nos quedaba el lunes por delante. Si mañana mis hermanas están de buen humor, pueden pasar grandes cosas.


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Comentarios

Arnold Mauricio ha dicho que…
Sencillamente espectacular!!
Ahora ya se sabe que Lali se acostaba con la amiga de Lucia, Silvana!!😰🧐 , Esos detalles lésbicos de la madre con la amiga de su hija me volaron la cabeza, me imagino que cuando vuelva la madre el día siguiente lunes , pasarán cosas extremadamente interesantes 😂😅
A ver con qué se topa Benjamin...
Zara�� ha dicho que…
Me encanta este blog.♡ Una pregunta ¿habrá más capítulos?
Unknown ha dicho que…
Estoy enamorada de esta historia, una pregunta porque solo aparece cuando la actualizas
Nokomi ha dicho que…
Zara: Sí, habrá más capítulos.

Unknown: No entiendo tu pregunta.
Rafa ha dicho que…
Ya imagino que se revelaran mas cosas y habra una pelea y una orgia.

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